Por: Ismael Ibáñez/ En Colombia hay dos sectores que mueven enormemente la economía: la construcción y el transporte, siendo que este último, sin lugar a dudas, conecta a la economía del país con diferentes sectores empresariales.
Así, si es la comida, desde el campo hasta la ciudad, llega a través del transporte; si son las mercancías que se venden en los centros comerciales o tiendas también van a necesitar de un camión o algún medio de transporte, de manera que, en términos generales, si se paraliza el transporte la economía sufre un colapso.
Desafortunadamente, esto no se ha entendido por los gobiernos de turno durante mucho tiempo, en la medida en que no ven la significancia del transporte en la integración entre los territorios, no entienden que las vías nacionales, como arterias que mueven al país, están deterioradas, las inversiones que se hacen son de corto plazo y de inadecuada calidad, porque al poco tiempo están en deterioro total.
Por estos días en Santander hemos vivido las diferentes manifestaciones de inconformidad por parte de gremios del transporte producto del mal estado de las vías, especialmente en las provincias Comunera y Guanentina.
En el Socorro, gracias a la presión efectuada por este grupo de valientes, Invías presto atención y anuncio una millonaria inversión; esperemos que no se quede en anuncios y pronto veamos la intervención.
En el peaje de Curití fue noticia el cierre de la vía por los grandes cráteres que hay desde Socorro hasta Bucaramanga. Téngase en cuenta que en el tramo Barbosa – Bucaramanga existen 4 peajes en tan solo 212,2 km, es decir, que en promedio cada 53 km hay un punto de cobro, es absurdo, es un abuso completo y, como si fuera poco, la inversión en el mantenimiento de las vías es nulo.
Ahora, si sobre la vía Bucaramanga – Bogotá llueve, por el lado de Bucaramanga al Sur de Santander, vía Bucaramanga hacia San Alberto no escampa; durante mucho tiempo ese tramo vial tan importante que nos comunica con la costa del país ha sido una trocha completa. Antes del estallido social había activos dos peajes y, sin embargo, llegando al peaje Río Blanco localizado después del Playón, se encuentra la vía totalmente deteriorada, inclusive desde cuando el sitio de cobro estaba funcionando.
Y ni que hablar de la Ruta Del Cacao, que a tan solo pocos días de su puesta en marcha ya se estaba cayendo su bancada. Esto deja mucho para pensar, son obras de alta inversión inicial, se dañan con poco uso y duran mucho en ser intervenidas. De manera que es triste ver como los peajes solo se limitan a cobrar y el mantenimiento de las vías es nula.
Con el anterior contexto los camioneros no tuvieron otra salida que protestar por lo justo, pues ellos son los que más aportan con sus pagos a los peajes y son los que más se afectan dañando sus vehículos como producto del pésimo estado de la malla vial. Me uno al sentir de los camioneros. No es justo pagar altas tarifas en los peajes sin que se vea retribuido en el estado de las vías. Recordemos que las vías conectan al desarrollo del país y sin el transporte gran parte de la canasta familiar no llega a nuestros hogares.
Invías debe priorizar su inversión en mantener las carreteras en excelente estado y exigirles a las concesiones que, a la vez que recuperan las inversiones aplicadas con estas tasas, se mantenga la infraestructura en condiciones de calidad, como se las entregaron: funcionando y sin huecos.
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*Administrador de Empresas, Especialista en Gerencia Empresarial, Magister en Dirección y Administración de Empresas, Doctor (c) en Administración y Dirección de Empresas, Gerente General El Porvenir IG SAS.