Por: Claudia Aponte/ En las elecciones del pasado 05 de diciembre predominó la apatía para elegir los Consejos Municipales de Juventudes, definidos como los mecanismos de participación, concertación, vigilancia y control de la gestión pública e interlocución de los jóvenes con la institucionalidad. Los votantes fueron colombianos entre los 14 y 28 años de edad.
Ese panorama no fue alentador dado que sólo el 10,42% acudió a las urnas (aproximadamente 1.280.000 votantes), una abstención muy alta para el potencial en ese grupo de edad que alcanzaba los 12.282.273 de jóvenes[1].
Según proyecciones Dane 2018-2070[2], para el 2022 en Colombia los jóvenes entre 18 y 28 años (con cédula de ciudadanía) ocupan un 18% del total de la población y el 25% del potencial electoral en el país.
Aplicada dicha proporción, por ejemplo, en Santander, cuyo censo electoral para el próximo 29 de mayo, informa de un potencial de 1.776.177 ciudadanos distribuidos en 777 puestos y 4.919 mesas, de los cuales 446.507 pertenecen al grupo de jóvenes entre 18 y 28 años de edad.
A lo anterior, es de aplicársele la abstención total respectiva posible, que hace 4 años en primera vuelta estuvo en un 47%, lo cual implicaría que en Santander –si se mantiene el comportamiento electoral– se supondría que 209.858 jóvenes irían a las urnas. Ello no es tan cierto porque en los grupos de más de 28 años existe menos abstención históricamente, lo cual denota que se tiende a mayor abstención entre los jóvenes y al calcular se baja el promedio de esta, en el total poblacional.
Entonces, ¿qué está pasando con los jóvenes? ¿Por qué mayoritariamente no acuden a las urnas? Colombia necesita sus votos, y la única manera de tenerlos es generar mayor compromiso y responsabilidad en esta población que, claramente define las elecciones con la cuarta parte posible del potencial total de votos.
Se puede suponer que las pasadas elecciones para elegir los Consejos Municipales de Juventudes ocurrieron en un año en el que el país vivió violentas protestas en las calles que, tuvieron como protagonistas principales a los jóvenes que per se, se sienten excluidos de los círculos políticos, económicos, educativos, gremiales, entre otros, siendo por ende una oportunidad para ingresar a dichos escenarios y participar, pero fue baja su asistencia a las urnas, como ya se ha comentado.
La democracia existe siempre y cuando los espacios de participación sean efectivamente utilizados por los ciudadanos, porque ella está protegida como la base del Estado de Derecho y, sin democracia no hay derechos humanos.
El rol de los jóvenes consiste en entender y convencerse de que la única forma de fortalecer el sistema democrático en Colombia es participando masivamente con responsabilidad y conciencia frente a elegir garantizando un voto informado en las jornadas electorales.
Entre las estrategias para promover la participación en política y el voto responsable entre los jóvenes, se encuentran:
1- Informarlos: Estimulando en los jóvenes y desde la niñez, hábitos como la lectura, no exclusivamente de todo lo que se sube en redes sociales –porque están cundidas de fake news– sino a saber identificar lo útil de lo inútil para la construcción del país, conocerlo, aprenderlo y aplicarlo en lo posible. Los periódicos, las editoriales, la historia, etc. son un espejo social importante. Se reitera la necesidad de educar frente a la selección ideal de las fuentes de información para que sean serias, verídicas y oportunas.
2- Enseñarlos a debatir con argumentos: El debate es una de las formas más efectivas de aprendizaje y convencimiento, debe ser transversal en la formación integral de los jóvenes para la vida y para el país, permitiéndoles apropiarse con razones de sus posiciones y defenderlas con un discurso respetuoso, que lógicamente incluye el análisis, las controversias y polémicas frente a sus propuestas o las propuestas de otros. La convivencia social se basa en el respeto por las diferencias y los jóvenes deben aprender a debatir para así avanzar en esta.
3- Fomentarles la participación democrática: Mediante las elecciones internas en los organismos estudiantiles durante toda su formación académica. Con la postulación de varios candidatos y candidatas que mediante distintas y limpias estrategias que lleven adelante, desarrollen desde las aulas la difícil tarea de elegir bien y siempre con la participación seria y responsable de todas y todos.
4- Comunicarles desde personajes o hechos representativos y modernos: No se puede negar que existen marcas posicionadas desde individuos famosos, o por situaciones de alta recordación, gusto y reconocimiento que, no necesariamente tienen relación con las elecciones inmediatas pero que pueden representar posiciones políticas para la construcción colectiva y responsable del país. Lo anterior para promover, entre otros, la cultura del voto juvenil informado y masivo que conlleve de manera real a mejorar las oportunidades para este grupo poblacional.
Frente a la lista de posibles formas de motivar la participación política de los jóvenes, estas se deben enmarcar en que los años vividos no son proporcionales al nivel de ingenio en las ideas que se tienen, ello conlleva a no subestimar a los más jóvenes. Los padres no deben continuar con las acciones de rechazo a todo lo relacionado con la política porque también desde el ejemplo se motiva o se desmotiva a los jóvenes y la única forma de que cambie la historia es precisamente participando.
Mientras no exista el compromiso de todas y todos, el escenario político resultante será rechazado por las mayorías y criticado, sin ir mínimamente a cumplir el deber ciudadano del voto en las urnas, para intentar el cambio que se necesita.
Nota: Yo sí me apunto al cambio e invito todos los jóvenes a participar el próximo domingo 29 de mayo, en la elección del próximo presidente de nuestro país. El futuro inmediato está en manos de todos los electores no de unos pocos, ni de aquellos de determinada edad o partido político… Colombia nos necesita yendo a las urnas masiva y responsablemente para conocer en una vuelta el nombre del presidente 2022-2026 y no derrochar aproximadamente 500.000 millones de pesos o más en una segunda vuelta, eso sería un acto de altísima irresponsabilidad como ciudadanos.
¡Hagamos el cambio en primera con los jóvenes!
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*Ingeniera de Sistemas de la UIS, Especialista en Gerencia Pública de la UIS y Magíster (c) Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia y en curso Doctorado en Políticas Públicas.
Twitter: @CLAUDIAAPONTE1
Instagram: @claudia.aponte.5688
Facebook: Claudia Aponte
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] Cifras De La Registraduría Nacional Del Estado Civil. Resultados Electorales 2021
[2] Cifras del Censo Nacional De Población Y Vivienda – CNPV 2018. Proyecciones De Población Nacional, Por Área, Sexo Y Edad. Proyecciones De Población A Nivel Nacional. Periodo 2018 – 2070.