Por: Laura María Jaimes Muñoz/ El ideal de una persona, por lo general, es la realización personal, la felicidad, el cumplimiento de metas y aspiraciones, relaciones significativas o contribuciones a la sociedad (aunque esto puede variar de una persona a otra), en tanto si el ideal es el bienestar colectivo! debes, incluir principios como la justicia, la igualdad, la liberad, la democracia, la solidaridad y valores fundamentales para la prosperidad de una comunidad.
Así es que, un conjunto de valores, normas y metas que se consideran deseables serían la guía para la formulación de políticas y para la toma de decisiones que fundamentarían un proyecto significativo para la sociedad –esto- “soñando” o “viendo los toros desde la barrera”.
Ahora bien, las emociones influyen en cómo las personas perciben y responden a los ideales de sujetos que logran persuadir a otros para lograr ser vencedores en su propósito en los diferentes contextos, encontramos entre ellas, emociones como la esperanza, la ira, el miedo o la empatía pueden llegar a moldear las opiniones frente a los líderes, la política o los movimientos, por ello no perder el horizonte sería la clave.
Pensemos, sólo por poner un ejemplo: Colombia, encontramos una gran brecha entre los ideales políticos y la realidad, ya que factores como la corrupción, la inestabilidad política, la violencia, los intereses de poder e intereses económicos direccionan nuevos ideales que dejan en vergüenza nuestro actuar y por lo tanto son decisiones que avergüenzan nuestro país, entendiendo que es preferible resistir ante la adversidad que sólo el hecho de pensar en cambiar de ideales.
Si miramos en retrospectiva la historia lamentable, “ni Pablo Escobar siendo el patrón del mal, pudo con la corrupción de nuestro país” es verdad, todos lo sabemos, pero guardamos silencio, esto no quiere decir que precisamente este personaje fuera inspirador, aún con todo el dinero y el poder que tenía, es más esos son los perversos moldes del dinero rápido que carcomen las mentes de los jóvenes que hoy en día quieren salir adelante ¡sin esfuerzo!
El deseo primitivo es como un virus que ataca y en el momento de decidir especialmente para aquellas personas que no gestionan sus emociones, su deseo se propaga rápidamente actuando desde lo profundo de ese “animal” que llevamos dentro. Sigmund Freud, habló sobre el «Ello», una parte de la mente que representa los impulsos y deseos primitivos” y que éste opera con el principio del placer.
Y al observar la realidad nos encontramos que, las presiones externas, los cambios en las circunstancias de la vida, el desempleo, la falta de oportunidades y entre muchas otras situaciones en la cotidianidad serían los factores detonantes para ese cambio repentino de decisiones ¡y es así que para suplir “el placer” no precisamente el sujeto pensaría desde sus valores o principios, ya que su “estado emocional” no le permite discernir.
Los ideales surgieron en la historia para seguir convicciones transformadoras que beneficiarán al colectivo y en contra de la desigualdad social, para servir como guías en el comportamiento humano, inspirar metas nobles y fomentar la cooperación, donde el entendimiento muto impulse el progreso social y el desarrollo personal, todo podría darse mediante una conciencia colectiva (Émile Durkheim) armonizando intereses individuales y sociales.
¿Qué nos queda? ¡Persistir hasta llegar a reconocer que los nobles ideales son la mejor opción!
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*Psicóloga, especialista en psicología clínica y de la salud.
Sí la misma gente no cambia sus forma de pensar nuestro país nunca cambia son los electores quienes permiten que vivamos en un país rico pero viviendo en pobreza