“Oh, maldito metal, vil ramera de los hombres que enloquece a los pueblos”: Sir William Shaquespeare.
Por: Orlando Beltrán Quesada/ Hace pocas semanas surgió el escándalo internacional por la detención en cercanías de islas Canarias del barco ganadero “Orion V”, por parte del Servicio de Vigilancia Aduanera de España en colaboración con la DEA. Este había zarpado de Cartagena (Colombia), rumbo a Beirut transportando 1.750 cabezas de ganado vivo en condiciones infernales, al igual que todos esos viajes en los que exportan ganado vacuno vivo desde Colombia u ovejas desde Australia, rumbo al oriente medio a países como Egipto, Iraq, Jordania, Líbano, Israel o Kuwait. En este barco encontraron 4 toneladas y media de cocaína en el sitio donde se almacenaba el heno para el más que sufrido ganado.
Si, más que sufrido, torturado ganado el que se lleva en los llamados Barcos de la Muerte, o Barcos Hediondos. Animales tan sintientes como nosotros mismos o como los perros o los gatos, que en esos trayectos de, entre 25 y 30 días desde Colombia, tratan de sobrevivir en un horrible hacinamiento que se contamina al extremo, con temperaturas de hasta 47°c, casi nadando entre los excrementos, quedando muchos de ellos ciegos por las infecciones, mientras otros mueren aplastados o asfixiados, o de sed al no alcanzar exitosamente el agua y el alimento. Los cadáveres se acumulan en pilas y son arrojados al océano, siendo arrastrados por las corrientes marinas muchos kilómetros y llegando muchos de ellos hasta costas turísticas, inclusive.
Los que llegan vivos son matados en esos países de manera mucho más cruel que en nuestro medio occidental; por motivos religiosos, son degollados para que se desangren y mueran sin ningún tipo de insensibilización previa.
Los testimonios orales de la veterinaria australiana Lyn Simpson para el programa Los Informantes de Caracol TV son desgarradores, al igual que las imágenes que todos los colombianos pudimos ver, grabados por ella y un marinero pakistaní durante las travesías infernales en las que participaron. “Las ovejas se cocinan vivas” dice ella. Para José Félix Lafaurie, portavoz de los ganaderos colombianos, la exportación de ganado vivo “es un tema de comercio, no de conciencia”:
Aquí podemos ver la verdad, dar click:
En el portafolio de Frontera Vacana, la empresa dueña del cargamento de las 1.750 reses se puede leer que “contamos con un equipo especializado que gestiona y controla todo el proceso de transporte para que su producto llegue a tiempo y con la mejor calidad”.
¿A qué se refiere con el término “mejor calidad”? Desde la óptica del llamado bienestar animal para el ganado de carne, la “calidad” implica que un animal maltratado o estresado es menos rentable. Eso lo sabe cualquier empostador, vendedor o matarife de ganado.
El portafolio de Expoganados de Colombia, una de las empresas más grandes en el sector exportador de ganado vivo desde 2011, cuyo fundador y gerente es el santandereano Roberto Dulcey Cristancho dice: “Los animales son transportados en barcos especializados para el transporte animal, cumpliendo con todas las normas internacionales de bienestar animal”. Gran falsedad.
La violación de las normas internacionales a partir de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de la UNESCO-ONU, y de los 5 principios universales de Bienestar Animal son más que evidentes en todos esos fatídicos barcos de la muerte. La crueldad es dantesca, importando más el sonido de las monedas y el crujir de los dólares que el sufrimiento de los pobres animales.
La codicia ganadera es sorda a sus mugidos y balidos de dolor y espanto, cuya voz es también humana a través de muchas personas que en Colombia y en el mundo sentimos su dolor y su terrible angustia durante esas travesías, y por ello denunciamos, señalamos, esperando que haya cambios, cosa poco probable en este mundo cada vez más regido por la ambición, madre de la codicia, que no conoce límites. Tanta crueldad en el transporte de ganado vivo es aberrante y debería desaparecer de Colombia, tal como ha desaparecido de otros países.
A estas alturas no se sabe quien compró el cargamento de ganado a la empresa Frontera Vacana, la cual manifiesta, al igual que José Félix Lafaurie, que fue vendido con carta de crédito FOB (Free On Board), es decir puesto al lado del barco. ¿A quién?
No hay razones para señalar o acusar a ninguno de los ganaderos exportadores de ganado vivo y que ahora están en la mirada pública, sobre la propiedad del alijo de cocaína. Es de esperar que las autoridades españolas y colombianas, junto con la DEA, establezcan si el cargamento de droga fue introducido en Cartagena misma, o durante la travesía, tal como se sospecha y, sobre todo, a quien pertenecía.
En el caso del cargamento encontrado esta vez, cabe preguntarse esto:
1- ¿Cuánto pueden valer las 1.750 reses en pie?
De acuerdo con los datos suministrados por Fedegan para la revista Portafolio sobre las exportaciones de ganado vivo entre enero y noviembre de 2022, las reses que llevaba el Orion V podrían valer aproximadamente un millón trecientos ochenta y cuatro mil dólares (US$ 1.384.000.oo)
2- ¿Cuánto pueden valer las 4,5 toneladas de cocaína?
En Jordania, se pagan actualmente US$169.000 por un kilo de cocaína. En Kuwait cuesta US$214. 000.oo. El mismo kilo que en Colombia cuesta mil quinientos dólares (US $1.500.oo) (información del diario La República)
El cargamento de cuatro mil quinientos kilos de cocaína que llevaba el Orión V costaría fácilmente de haber “coronado” en El Líbano, trecientos ochenta mil doscientos cincuenta millones de dólares (US$380.250.000.000.oo) si solo costara la mitad de precio de lo que cuesta en Jordania.
Razón tiene la Brigada Central de Estupefacientes de España, que desde 2018 tenía indicios de que esos cargamentos de ganado vivo en el entonces sospechoso barco Orion V, con bandera de Togo y antes llamado FM Spiridon, servían para disfrazar el envío de estupefacientes. Ese barco figura registrado a nombre de la sociedad El Murr y Jerro (Mur Shiping) con sede en Honduras, aunque de origen árabe.
La DEA tiene fuertes indicios de la forma como se está llevando cocaína en los barcos ganaderos.
Se sabe que hay empresas navieras dedicadas a este vil negocio. Los propietarios de la droga son muy poderosos y tienen fuertes conexiones con gobiernos y personajes suramericanos, según serios investigadores. Desde hace 5 años la DEA venía siguiéndole la pista al Orion V y ahora cayó con el macabro cargamento de 4,5 toneladas de cocaína y las sufrientes 1.750 cabezas de ganado.
Por falta de espacio en esta amable columna de Corrillos, continuaré en mi próxima publicación mostrando varios de esos tentáculos:
¿Quién es el llamado “Jeque del oro” por su vinculación al contrabando del oro llevado desde Venezuela a Aruba y el medio oriente y cuál es su vinculación con este caso del Orion V y con Fedegan?
¿Sabían, si o no, los ganaderos de Fedegan, que este barco y otros de transporte de ganado, están vinculados con las actividades ilícitas del tráfico de estupefacientes, y que la DEA ya había detectado que en la Guajira colombiana habían cargado droga en dos ocasiones, al menos?
Vendaje: Ya empezaron las quejas sobre la falta de eficiencia de la tal Unidad de Bienestar Animal de Bucaramanga, UBA, en la atención pronta y efectiva de los casos de maltrato animal, que son muchos en esta ciudad. La UBA fue la limosna que el inepto alcalde Juan Carlos Cárdenas le dio a la ciudad, con un miserable cupo total de 180 animales entre perros y gatos, tratando de hacer lo que no pudo y no quiso hacer su patrocinador Rodolfo Hernández, a quien Cárdenas traicionó al no seguir sus órdenes y directrices. Ya tocaremos el tema ampliamente…
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*Administrador de Empresas UNAB, Especialista en Derecho del Medio Ambiente U. Externado, Fundador de ADAN en 1988.
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