Por: Holger Díaz Hernández/ Después de varios intentos el Congreso de la República aprobó la Ley de Residencias Médicas que permite por fin a los médicos en Colombia no sólo recibir un pago por su trabajo durante el periodo de estudio sino además eliminar el cobro por parte de las universidades donde realizan su especialidad.
Este cobro en muchos casos supera los 25 millones de pesos por semestre haciendo muy difícil que la mayoría de ellos puedan acceder a esta posibilidad en un país donde los pacientes se agravan o mueren porque no tienen la oportunidad de ser tratados por un médico especialista, en la actualidad hay aproximadamente 5.000 médicos en formación en clínicas y hospitales sin recibir casi ninguna remuneración, la mayoría de ellos trabajando en jornadas extenuantes y en horarios nocturnos y fines de semana.
Se logró la participación de Ascofame (Asociación Colombiana de Facultades de Medicina), Anir (Asociación Nacional de Internos y Residentes), la Fmc (Federación Médica Colombiana), Acome (Asociación Colombiana Médica Estudiantil) entre otras, a esto se sumó que se contó con el aval del gobierno; en fin se unieron todos los actores interesados para lograr un objetivo común en pro de la defensa de los derechos del sector médico.
«Lo que estamos haciendo es quitarles a las universidades esa posición de ser parásitos para sacarle la plata a las familias de los residentes que son médicos graduados, y que además con su trabajo son los que sostienen la vida de los Hospitales y Clínicas», afirma Fernando Guzmán, presidente de la Federación Médica Colombiana.
En el país es casi imposible ingresar a una especialidad médica ya sea clínica o quirúrgica, primero porque el número de cupos es muy bajo en la mayoría de las universidades, esto con el aval de algunas de las sociedades científicas que no tienen ningún interés en aumentarlos porque significan competencia para quienes ya tienen el privilegio, además el sistema de selección a veces es oscuro y limitado a recomendados o familiares de los círculos académicos; quienes ingresan enfrentan un panorama de condiciones laborales denigrantes y sin ningún tipo de remuneración con el agravante de que algunas instituciones privadas se han enriquecido con el trabajo casi de esclavos de los residentes en formación, se está en mora de revisar estos temas y tomar decisiones que permitan aumentar el número de cupos sin afectar la calidad de la educación médica nuestra que es reconocida a nivel internacional.
La realidad es que cientos de profesionales tienen que irse al exterior donde tienen mejores posibilidades y además la ventaja de que en la mayoría de las veces obtienen un pago decente por su trabajo.
Pero tanto va el cántaro al agua que por fin se rompe y ya es una realidad está ley que reivindica al gremio de los médicos residentes. Lo aprobado en la ley es el pago de tres salarios mensuales mínimos vigentes a título de apoyo educativo, afiliación al sistema de seguridad social y derecho a vacaciones remuneradas, turnos de máximo 12 horas y 66 horas semanales, la financiación será con recursos de las becas-crédito y el 0,5 % de la cotización del régimen contributivo.
Sólo falta la firma de Juan Manuel Santos para que se convierta en realidad este anhelo de los médicos, el próximo gobierno tiene la responsabilidad además de revisar el proceso de convalidación de los títulos de especialistas médicos formados en el exterior que hoy se enfrentan a hechos de corrupción en el ministerio de educación (algunos casos denunciados por columnistas de medios nacionales) y que los obligan a quedarse como cerebros fugados o a vender su conocimiento a precios irrisorios en entidades del país, durante meses o años.
Ya lo ha dicho el hoy candidato y seguramente presidente de la República, Iván Duque, que una vez posesionado entrará a definir este tema de interés para el sistema de salud donde hacen falta con urgencia miles de especialistas y subespecialistas.