Por: Roberto Aponte/ El billete de cincuenta mil pesos colombianos, es una representación de cómo lo cultural tiene un gran valor. En su primera versión está plasmado el influyente poeta Jorge Isaacs y en la segunda versión y en la que se utiliza actualmente aparece el nobel de literatura Gabriel García Márquez. Ellos son exaltados en el billete, pero su impacto va más allá. Sus obras han causado un legado permanente.
Las grandes historias y expresiones a través de la escritura tienen el poder de prevalecer en el paso del tiempo, además de desglosar las más intrínsecas expresiones culturales de una sociedad demostrando sus maravillas y problemáticas, pero también como sus personajes se desenvuelven en múltiples conflictos. En este caso hablaré de la novela que le dio a Gabriel García Márquez su reconocimiento, Cien Años de Soledad.
¿Cómo plasmar un siglo de la historia colombiana? Un siglo que abarca facetas sociales y políticas, con un ligero toque de fantasía pero que representa bastante bien el territorio en el que vivimos. Superficialmente es mi manera de definir el impacto de esta historia. Aunque los cien años es algo que vemos a través de la familia Buendía, un linaje que ha perpetuado sus defectos hasta sumirlos en la soledad.
La riqueza de la obra se plasma en vividas descripciones que permite a todos nuestros sentidos percibir claramente a Macondo, un pueblo que conocemos desde su fundación hasta sus mejores y peores años. En las primeras páginas notamos como la curiosidad y la ambición de José Arcadio Buendía lo hace reaccionar ante los maravillosos inventos de los gitanos y con el avanzar de los años vemos como la llegada de visitantes de otras culturas e incluso de habitantes del mismo país va moldeando la identidad de este poblado. La historia de este enclave demuestra momentos importantes en la historia colombiana, como la guerra de los mil días y la masacre de las bananeras, y su impacto en la familia Buendía.
Obtener una maestría del movimiento literario llamado realismo mágico es una herramienta que le ha dado a esta obra su toque maravilloso. A pesar del contexto histórico y de presentar la realidad de la época presenta ligeros toques fantasiosos que hacen la experiencia más amena, a fin de cuentas, la idiosincrasia de este territorio le ha dado el título del “País del sagrado corazón” debido a muchos sucesos sociales que, aunque van más allá de nuestro entendimiento representan lo que somos como comunidad.
Esta historia demuestra con un lenguaje sutil y ameno, a través de irónicos hechos que rozan entre lo trágico y lo cómico nos demuestran a través de los defectos de los personajes y las consecuencias de sus comportamientos la importancia de generar a través de nuestras acciones impactos positivos en nuestra familia que de la misma forma se terminarán reflejando en la sociedad.
Todas estas características le han dado a esta novela la calidad que tiene y además le permitirá no solo ser una historia que perdurará por muchos años, sino que también ha permitido plasmar la realidad colombiana de aquel fatídico siglo. Una realidad que en varios aspectos se sigue manteniendo, como las luchas políticas y el abandono de pueblos que en tiempos posteriores rebosaban de riqueza.
Escribir una novela de este calibre se ha vuelto un logro, que ha inspirado en muchos escritores y que demuestra que la apuesta cultural es algo que generará riqueza en nuestro país. Para muchos la lectura de esta obra y otras del mismo autor nos ha permitido tener un mejor conocimiento como cultura y sociedad y no solo en Colombia sino en toda Latinoamérica.
En las grandes obras están las claves para aprender de estas y mejorar como sociedad e incluso aprender de estas para plasmar maravillosas historias.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories