Por: Alfonso Prieto García/ Nunca antes en la historia del ordenamiento vehicular peatonal en Bucaramanga, se vivió un desenfrenado comportamiento anárquico de sus usuarios; hoy no sabemos a qué debemos atender primero, si a las señales que establecen las prioridades en la dirección del tráfico vehicular, la jerarquía del tipo de vías y su prelación, la disposición relacionada con las calzadas y las asignadas para desplazarse las motocicletas, bicicletas, ciclas eléctricas y otros tipos de medios.
Respecto de la ignominia de algunos conductores, que en poca mediana o gran cantidad, de acuerdo a los días, las fechas y las actividades que desarrollan, irrespetan las señales de tránsito, se desplazan en sentido contrario a la disposición del trazado dispuesto por las autoridades, utilizan los carriles exclusivos para bicicletas, no acatan las semaforización, se cruzan de forma irregular entre una carrera y una calle para cambiar su dirección de movilidad, se parquean sus motos en las esquinas a la espera de pasajeros, omiten los pares, prelaciones en la vía, andenes, islas, zonas especiales de desembarque de personas especiales con reducción de movilidad, no cumplen con las normas de seguridad para conservar su integridad y la de la comunidad.
Utilizan medios de transporte de dos ruedas paras transportar carga, movilizar servicios de mensajería y entregas domiciliarias de manera riesgosa e irresponsable, por la forma como conducen a las velocidades no permitidas y en general, más los riesgos que representan que el aporte social y productivo que generan, en particular al perderse la tranquilidad, el sosiego y el disfrute durante el desplazamiento, amén de la inseguridad, los bloqueos o dificultades para la circulación por la cantidad innumerable de vehículos de servicio público y particular existentes en Bucaramanga, que a junio del año pasado alcanzaron las siguientes cifras:
- 162.031 automóviles.
- 462.996 motocicletas.
- 65.090 camionetas.
- 23.519 camperos.
- 16.685 camiones.
- 3.582 buses.
- 3.570 busetas.
Bucaramanga con 499 kilómetros de vías entre primarias, secundarias y terciarias, atienden la población flotante del área metropolitana, por encontrarse la mayor parte de las actividades del sector productivo y de servicios en su casco urbano y alrededores.
La circulación de los medios de transporte no se agudizaría de no ser por la presencia de tan nutrida y concurrente cantidad de medios, en particular motocicletas, que al no acogerse a las normas por su aparente condición de urgencia en el servicio de domicilios, transporte informal de pasajeros de manera irresponsable insegura y sin ningún tipo de protección de accidentes; vehículos particulares prestando el servicio de transporte público de forma ilegal, a riesgo de desatención y desamparo en accidentes; vehículos modificados en su estructura de chasis original, para la prestación del servicio de movilidad de pasajeros y carga, sin el cumplimiento de lo debido y la emergente aparición de personas y empresas que alquilan las motocicletas a precios bajos y garantías personales, no solo para solventar la movilidad personal, sino facilitando la disposición del servicio a personas que infringen la ley en acciones delictivas de todo tipo.
¿La pregunta es, que hacer frente a esta realidad agobiante? La propuesta que nace de la interacción con la ciudadanía y el ejercicio profesional de la planeación, invita a evaluar la situación desde varios frentes:
Desde la movilidad, la seguridad, la proveeduría de los medios de transporte, la construcción de vivienda, centros de atención, servicios, educación, recreación y salud, la cultura ciudadana y la capacidad deontológica, axiológica y coercitiva del administrador social.
Espere las propuestas de solución en la segunda entrega.
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*Economista, Magister en Administración de Empresas, exconcejal de Bucaramanga, exdirector seccional UCC Bucaramanga, Asesor nacional de calidad UCC, Investigador Colciencias y Asesor de proyectos.