Adolfo Muñoz González, de 71 años de edad, murió mientras paseaba en Santa Marta. A su regreso del viaje a la Costa Atlántica tenía planes de reunirse con la familia para sobrellevar la pérdida de su hermana.
Muchas son las hipótesis que se tejen frente a la muerte de Muñoz González, quien, a pesar de estar por cumplir los 72 años, el 20 de diciembre próximo, gozaba de perfecta salud.
Una de las hipótesis de su deceso habla de un ataque cardíaco. Sin embargo, sería la primera y definitiva dolencia de ese corazón santandereano que tan bien marchaba en ese cuerpo alegre, activo y familiar. Es más, entre su familia no se tienen antecedentes de que hubiese algún pariente, de los tantos que tiene, que haya tenido dolencias o problemas del corazón. Un ataque de corazón no se hereda, pero en la familia en definitiva no se tienen antecedentes de esa dolencia.
La segunda hipótesis reposa en que en la cabeza presentaba un hematoma de consideración. El golpe habría sido producido con un objeto contundente. La versión explicativa respecto a ese golpe en la cabeza refiere que al sufrir el ataque al corazón perdió el equilibrio y cayó. Habría caído de espalda y al chocar contra el suelo la cabeza habría chocado contra una piedra o un objeto contundente.
Hay una tercera conjetura y es que el cuerpo de Muñoz González fue encontrado flotando en el agua del Mar Caribe en un sector rural de Santa Marta conocido como Bahía Concha, el cual se encuentra en el sector del Parque Nacional Natural Tayrona.
Esa conjetura daría a suponer que Muñoz González sufrió el ataque al corazón, se cayó al piso y su cabeza se golpeó con una piedra u objeto contundente, ese golpe le habría hecho perder el sentido. Al perder el sentido y caer dentro del agua la hipótesis que surgiría es que su deceso se produjo por ahogamiento.
Las unidades del Laboratorio Móvil de Criminalística de la Sijín de la Policía Metropolitana de Santa Marta realizaron las diligencias de levantamiento y el cuerpo sin vida fue llevado a la Morgue. Más adelante, cumplidas las diligencias en Medicina Legal, el cuerpo les fue entregado a sus familiares quienes organizaron las exequias, cumplidas en medio del dolor y la sorpresa por esa muerte repentina, sin mayor explicación.
El deceso de Muñoz González se produjo a las 12:30 del mediodía del viernes 14 de octubre de 2022, ya hace una semana, y a sus familiares solo les informaron que el fallecimiento quedó registrado como un deceso violento.
Los medios de comunicación en Santa Marta y la zona Caribe reseñaron en las páginas judiciales el deceso de Muñoz González como “la muerte de un turista por inmersión en una playa del área rural de Santa Marta”. Las autoridades tampoco les entregaron más detalles, es más solo informaron de la muerte hasta el sábado 15, es decir un día después del insuceso.
La familia de Muñoz González, pese a que ya dio cristiana sepultura a su pariente y trata de superar esa muerte repentina, en medio de su dolor está expectante frente a los resultados de la necropsia para entender de manera taxativa cuáles fueron las verdaderas causas de muerte de Muñoz González o al menos tener una explicación más plausible, como no la tienen ahora.
¿Quién era Adolfo?
Adolfo Muñoz González nació en San Vicente de Chucurí, Santander, el 20 de diciembre de 1950, hijo de Juan de Dios Muñoz Suárez y María Antonia González, ambos fallecidos.
Nació y se educó en San Vicente de Chucurí, proveniente de la vereda Mérida y posteriormente vivió en el barrio El Bosque. Estudió en el colegio Camilo Torres. Realizó sus estudios superiores en la universidad de Antioquia, donde se tituló abogado.
Regresó Adolfo como profesional a su tierra natal en donde ejercería. En San Vicente de Chucurí tenía una vida plena al lado de su extensa familia Muñoz. Fueron trece hermanos, varios de los cuales hicieron familia así que cuando se reunían los Muñoz y sus familias era un grupo inmenso.
Siempre le gustó compartir con la familia su vida, sus logros. Mantuvo por siempre sus costumbres arraigadas a la unión de los Muñoz. Su partida fue un dolor indescriptible para todos.
No hacía mucho, el 27 de septiembre de 2022, Adolfo tuvo que despedir a su hermana Edelmira, madre de Laura Jaimes Muñoz y de Wilson, Luz Smith, Martha Yomara, Sergio Samuel y Fredy Alberto. Laura María, sicóloga y muy cercana a la Revista Corrillos, además es una profesional muy consultada por medios como el Canal TRO debido a los temas de sicología que trata.
Adolfo es recordado por su extensa familia Muñoz como el tío chévere, el amigo, el que era capaz de salir a las 12 de la noche de una finca un 31 de diciembre para llegar al encuentro con su familia después de cuatro horas caminando sólo. Nunca dejó un fin de año de estar con la familia.
Era uno de los participantes más emotivos en las continuas caminatas a la finca de Alicia o a los lugares bonitos de San Vicente, explorando ríos, cascadas, fincas o vía a Zapatoca por el Camino de Lenguerke.
Su recorrido profesional, recuerda su familia, fue siempre al servicio de la comunidad ejerciendo como abogado, como concejal, como personero y como fiscal en San Vicente y fiscal en Bucaramanga. Su empatía y don del servicio no permitía que nadie se fuera de su oficina sin ser ayudado.
Adolfo en su amor por la política de izquierda buscaba siempre llevar la contraria a todos porque la mayoría de la familia Muñoz es de pensamientos conservadores. No perdía amaneceres de asados, sancochos y hasta bailes en el atrio, en el pueblo, bailando con todos.
Cuando salía del trabajo siempre buscaba planes en una tienda o cafetería en donde pudiera hablar y reírse con sus contertulios. Sus juegos de tejo con sus amigos eran una regla para él, los campeonatos eran aventuras que al siguiente día podía contar con todas sus travesuras. El fin de semana era el plan para la finca con la familia.
Cuando Adolfo se mudó de San Vicente de Chucurí a Bucaramanga ya empezó a tener un rol más agitado propio de la vida en la ciudad. Sin embargo, no perdía la oportunidad de buscar donde conversar y compartir con amigos y parientes.
El jueves 13 de octubre, antes de irse para Santa Marta, estuvieron reunidas varias personas, entre ellas Laura María, su sobrina e hija de su hermana Edelmira. Planearon ese día que cuando regresara de Santa Marta irían a La Mesa de Los Santos a descansar y a hacer un sancocho.
Se trataba de sobrellevar la tristeza de la pérdida de su hermana doña Edelmira, la mamá de Laura María. En medio de los planes le recomendaron a Adolfo que no se olvidara de echarse bloqueador para que cuando regresara del viaje no estuviera muy quemado.
El 14 de octubre, viernes, Adolfo murió. Hoy todavía su extensa familia no entiende qué pudo pasar para que su pariente, un hombre con tantos planes y de plena salud, ya no esté con ellos.