Mucho se ha hablado de las EPS y la Reforma a la Salud, esto, me hizo realizar un ejercicio de análisis de las EPS desde las vivencias y la realidad nacional, sus acciones, desatenciones, errores administrativos y malos tratos a los usuarios se convirtieron un detonante para su fin.
Por: Walther Mayger Duarte Gómez/ Mucho se ha hablado por estos días de las EPS, la reforma a la salud, el enfrentamiento en medios de congresistas con la ministra Corcho, defensas y ataque para las EPS´S, lo cual me hizo realizar un ejercicio de análisis de las EPS desde las vivencias y la realidad nacional.
Revisando archivos y entrevistas, encontré que, en el año 2015, en medio del balance de Justicia y paz, (un escenario que se creó en el marco del acuerdo de desmovilización de grupos paramilitares) el entonces Presidente Juan Manuel Santos, manifestó que “se estimaba que entre el 2002 y el 2010 los paramilitares saquearon al menos 530.000 millones de pesos de la salud de los colombianos.”
Las manifestaciones del Presidente Santos daban crédito del manejo y saqueo que le hicieron los Paramilitares a la salud en Colombia, y para ello se valieron de EPS de su propiedad, si, en Colombia los grupos armados ilegales crearon y se apoderaron algunas EPS, tal es el caso de la EPS Menaxca, lo sucedido en el atlántico en donde ha quedado en evidencia según los computadores incautados a Édgar Ignacio Fierro Flores (exjefe paramilitar) que el bloque Norte se apoderó de la Salud de los Departamentos del Atlántico. Bolívar y Magdalena, en Córdoba, Mancuso hizo lo propio, y lo mismo sucedió en los llanos Orientales con las Autodefensas Campesinas de Casanare al mando de ‘Martín Llanos’
Pero bueno, en un País como el nuestro, en donde el conflicto armado y el narcotráfico han permeado hasta el más pequeño de los lugares en donde se manejan recursos públicos, era lógico que los tentáculos del Paramilitarismo llegaran a allí, es así que decidí darle una segunda oportunidad a las tan mencionadas EPS, sí, que decidí revisar las experiencias propias y las de mi entorno con estas famosas Entidades Promotoras de Salud.
Entonces recordé que, a mi mamá, cada quince días debe ir a que le aprueben un medicamente esencial para ella, pues, es hipertensa, en el último trámite, tuvo que ir a tres lugares diferentes, inclusive hasta con la nueva médica, quien le dijo que no podía recetarle el medicamento porque no estaba autorizada en el sistema, válgame Dios, no podía hacerlo, no podía recetarle le medicamento que la mantiene en una vida digna, solo porque no la autorizan a hacerla. Finalmente, y ya con su última pastilla le fue dada su medicamente eso sí, no sin antes advertirle que debe ir en quince días a mendigar un Derecho que ya tiene.
Pasó el tema de mi madre, así que procedí a sacar una cita con la idea que me revisen un hombro que me lastime haciendo Crossfit – esas cosas que nos suceden cuando nos ataca la crisis de los 40’s – en medio del proceso, me asignaban cita para dentro de quince días, no había otra opción, era eso o era eso, por lo menos me daban cita, pues, la última vez que tuve contacto con mi EPS, esta estaba con problemas de archivo y yo, tenía afán en sacar un certificado de afiliación.
Mi experiencia sacando el certificado, fue un total viacrucis, no me lo expedían virtual, pues como ya mencioné, no tenían en buen estado las bases de datos, por lo tanto, me obligué a ir a las oficinas a obtener el certificado, una vez llegué a allí, vi filas de casi una cuadra a la do y lado, una gran cantidad eran adultos mayores que estaban haciendo tramites en la EPS, cuando le dije al portero que requería el certificado, me dijo que no, que allá no se expedían, que eran virtuales, me fui algo frustrado y en el camino encontré otra sede, allí una vigilante escucho mi queja y llamo a la oficina donde había estado antes, ella con su buena gestión pudo lograr que se dignaran a atenderme, pero en horas de la tarde, porque estaban “ocupados”.
Por último, examine las vivencias de mi hija con la EPS en donde estamos afiliados, este ejercicio me llevo a la época en que tuve Covid (por allá en agosto de 2020), y que aparentemente mi hija también lo tuvo, y digo que aparentemente, porque aún estamos esperando el resultado del examen de Covid que le realizaron hace casi tres años y medio.
También recordé, el episodio de un familiar cercano a mi hija, la persona en mención, padeció de una enfermedad que poco a apoco la llevó a perder el control total de su cuerpo y terminar en un estado casi vegetativo (no tengo el termino preciso para referirme), esta situación física conllevo a que le recetaran pañales de adultos, una cama especial junto a un colchón anti escaras y un cuidado permanente de enfermera, pero, la EPS no lo acepto; ante esta situación, se presentó una acción de tutela que falló a favor, no obstante, después de tres meses y tres desacatos otorgaron lo recetado, sin embargo, al día siguiente de empezar a gozar de estos cuidados, la paciente falleció, es decir, permaneció durante casi tres meses sin la plena atención y con un irrespeto total por su vida digna.
Los años de desatenciones y millones de personas inconformes junto a los malos tratos de los usuarios, la intervención en actos de corrupción, la negligencia y el sistema de mercantilización de la salud y en algunos casos, el desconocimiento de la vida digna de los pacientes, son la crónica de una muerte anunciada de las EPS, que al parecer, están destinadas a desaparecer.
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*Abogado egresado de la UIS, especialista en Derecho Público, magister en Derecho, doctorando en Derecho.
Twitter: @Walther_Duarte
Facebook: Walther Mayger Duarte Gomez
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