Por: Holger Díaz Hernández/ Desde el año 2012 el Ministerio de Salud estandarizó el uso de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano causante del cáncer de cuello uterino, el segundo más frecuente después del de mama y que produce la muerte de 2.300 mujeres aproximadamente al año en el país, lo cual constituye un grave problema de salud pública, siendo Santander un departamento con gran prevalencia de la enfermedad. Este cáncer es la primera causa de mortalidad en la población femenina además de que se ha demostrado que el 85% de las mujeres que lo padecen son de los estratos medios y bajos.
La aplicación se realiza en mujeres desde los 9 a los 18 años ya que lo ideal es hacerlo antes de que hayan iniciado su vida sexual, en Colombia cerca de 6 millones de mujeres han sido vacunadas hasta la fecha pero preocupa de sobremanera que en el año 2016 la cobertura fue solo del 16 por ciento a pesar de haber logrado porcentajes del 96% en años anteriores todo esto debido a la polémica suscitada porque un grupo de adolescentes en el municipio de Carmen de Bolívar, presentaron reacciones de carácter neurológico las cuales fueron atribuidas a la vacuna y a pesar de que múltiples estudios del Instituto Nacional de Salud han demostrado que no existió relación de causalidad, en el inconsciente colectivo continúa el temor a usarla.
El Virus del Papiloma Humano es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en el mundo tanto en hombres como en mujeres, en la mayoría de estas las defensas del cuerpo eliminan el virus, pero cuando esto no ocurre se producen daños en las células del cuello de la matriz que se pueden transformar en cáncer, la vacuna lo que hace es preparar el sistema inmunológico del organismo para evitar la infección.
Existe una gran preocupación por parte de las diferentes instituciones del sector salud: Ministerio, Academia Nacional de Medicina, Instituto Nacional de Salud y el Instituto Nacional de Cancerología dadas las grandes implicaciones que tiene el hecho de que al bajar las coberturas de vacunación están siendo desprotegidas millones de mujeres que tienen un riesgo muy alto de no solo padecer cáncer y morir sino además de adquirir enfermedades como verrugas genitales, papilomas laríngeos y otras.
Hace muy poco tiempo se publicó el estudio más grande realizado con científicos de 130 países y en más de 70.000 mujeres que corrobora su alta eficacia (más del 90%) en la prevención del cáncer, con muy pocos efectos secundarios y ninguno de ellos relevante, algunos países incluido Brasil están vacunando también a los niños entre 12 y 13 años para prevenir enfermedades como el cáncer de pene, ano y garganta, ejemplo que deberíamos seguir también nosotros.
Está comprobado que la vacuna es altamente efectiva, que salva vidas, que lo ocurrido en el Carmen de Bolívar fue un fenómeno de contagio social como lo ha afirmado el Ministro de Salud Alejandro Gaviria, por lo tanto debe retornar la confianza de la población en su utilización.
No podemos permitir que vuelvan a ocurrir episodios como los de los años 60s del siglo pasado donde por creencias religiosas o factores culturales millones de niños no fueron vacunados contra la Poliomielitis y como resultado muchos quedaron con secuelas de por vida, en el caso del Virus del Papiloma Humano la vacunación implica la certeza de evitar la aparición de más casos de cáncer con todas las consecuencias que esto representa y además garantizar la optimización del uso de recursos médicos y económicos que van a redundar en mejorar la calidad de vida de las mujeres colombianas, de ahí la gran importancia que tiene vacunar a todas nuestras niñas y adolescentes. “Prevenir es propender por la salud y vida”.