Las operaciones militares tuvieron lugar en la provincia central de Marib, donde los hutíes avanzaron en tres frentes y en la provincia suroccidental de Taiz, según fuentes militares progubernamentales. Estos combates tuvieron lugar menos de 5 horas después del inicio del alto el fuego. Las fuerzas yemeníes respondieron con bombardeos de artillería.
«Anunciamos la entrada en vigor de la tregua humanitaria y militar y nuestro compromiso de detener todas las operaciones militares, siempre que la otra parte mantenga el mismo compromiso», había dicho en Twitter el portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea.
Por su parte, los insurgentes acusaron a Yemen de haber violado 34 veces la tregua en los últimos 24 horas, pero no precisaron si eso ocurrió después del inicio del alto el fuego.
Tras la escalada de ataques de los hutíes contra Arabia Saudita, los esfuerzos por lograr una tregua se intensificaron. El acuerdo fue finalmente alcanzado por Naciones Unidas con las fuerzas progubernamentales y los rebeldes. Y coincidía con el primer día del Ramadán, el mes sagrado musulmán, lo que significó un poco de esperanza entre los civiles.
Un conflicto de años que desencadenó en la peor crisis humanitaria del mundo
Arabia Saudita lidera desde 2015 una coalición militar que apoya al presidente yemení, Abd Rabbo Mansour Hadi, en su guerra contra los hutíes que son, a su vez, respaldados por Irán, país que niega haberles suministrado armas. El conflicto es considerado como una guerra indirecta entre Irán y Arabia Saudita.
Tras siete años de intervención, la coalición liderada por la monarquía del Golfo no ha conseguido desalojar a los rebeldes de las zonas conquistadas en el norte de Yemen. Una anterior tregua nacional acordada en 2016 entre las partes enfrentadas y otras decididas unilateralmente, también fracasaron.
Según Naciones Unidas, cientos de miles de personas han perdido la vida en el conflicto, la mayoría de ellas indirectas por hambre, enfermedades y la falta de agua potable, mientras que otras millones han sido desplazadas.
La hambruna es un peligro inminente para la mitad de la población, es decir 14 millones de personas. La malnutrición y la escasez de alimentos afectan a millones de hogares que ya no pueden permitirse vivir. Los niños son los más afectados por la malnutrición.
Según la organización Oxfam, la guerra destrozó la economía del país y provocó un desempleo elevado, lo que dejó a la población sin ingresos y endeudada.