Por: Iván Aguilar Zambrano/ Los indicadores sobre la percepción de seguridad ciudadana en el área metropolitana de Bucaramanga no son los mejores, según los resultados de la encuesta de “Bucaramanga Metropolitana Como Vamos” presentados en el segundo semestre de 2019, se evidenció que la cosa no anda bien, la encuesta arrojó que el porcentaje de personas que se sienten inseguras en Bucaramanga paso de 14% obtenido en el año 2016 a 34% en el año 2019.
Esta percepción tiene su respaldo en las cifras, según datos de la Policía Nacional, en el área metropolitana de Bucaramanga se presentaron 151 homicidios en el año 2018, es decir un incremento del 4% con respecto al año 2017. Así mismo, al revisar delitos como el hurto, el panorama no cambia, ya que los números oficiales dicen que los robos a personas en Bucaramanga pasaron de 4.302 en el año 2017 a 5.043 en el año 2018 y si hablamos de este mismo delito a establecimientos comerciales, la ciudad cerró el año 2018 con 1.362 hurtos, es decir con 115 casos más que en el año inmediatamente anterior.
Frente a esto, suele señalarse y achacarle las responsabilidades únicamente a la Policía Nacional, cuando esta más que probado que la fuerza pública por sí sola no puede garantizar que nuestras ciudades sean más seguras. De ahí la importancia de entender que si queremos derrotar a la delincuencia debemos sumar esfuerzos y propiciar el diálogo ciudadano, pues es la comunidad el mejor camino para dar con los delincuentes, pero eso requiere construir confianza, volver a la red de cooperantes, contar con las recompensas, retomar los frentes de seguridad, fortalecer la policía cívica y desde luego, que la justicia sea más eficiente para que no devuelva a los delincuentes a las calles.
De igual modo debemos usar la tecnología, pues como no instalar más cámaras de seguridad y con reconocimiento facial, como no dotar a la policía de drones y equipos de comunicación, todo esto para facilitar su compleja y valerosa labor.
Desde luego también hay que realizar un trabajo interinstitucional con los organismos de seguridad, para que además de presencia, apliquen inteligencia, identificando y atacando los focos y causas del delito, donde insisto, los ciudadanos pueden ayudar mucho, pero todo esto requiere que los directos responsables ejerzan su liderazgo, empezando por los señores alcaldes.
Vale la pena recordar que son los alcaldes quienes tienen la delegación constitucional de ser la primera autoridad de policía del municipio, además en sus funciones, establecidas en artículo 91 de la Ley 136 de 1994, modificado por la Ley 1551 de 2012, dice, entre otras, que ellos son los responsables de “Diseñar, implementar, liderar, desarrollar y promover planes integrales de seguridad y convivencia ciudadana, para garantizar instrumentos efectivos contra la delincuencia urbana y rural”.
A todo lo anterior le llamamos en el año 2002 Seguridad Democrática, que por cierto nos dio grandes resultados, pero como corro el riesgo a la descalificación de la propuesta por mera mezquindad política, dejémoslo en que la seguridad es tarea de todos.
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