Andrea Blanco Pimiento, Secretaria Departamental de la Mujer y Equidad de Género, resumió en un párrafo que es “madre cabeza de familia, abogada, especialista en Contratación Estatal y en Derecho Administrativo y magíster en Políticas públicas y Derecho Administrativo. Si hay algo que me caracteriza es la disciplina, la constancia, el amor, la empatía por el trabajo hacia la dignificación de los derechos de las niñas y de las mujeres”.
Pero cada línea de allí es una historia, por ello amplió luego que es una “mujer de 35 años de edad, desde niña dedicada al deporte, disciplinada. Criada en un ambiente con muchos estereotipos, siempre primaban la disciplina, la constancia. Estudiosa, pero una mujer realmente apasionada a la labor social desde niña. Desde los seis años empezó la práctica de la natación hasta los once años. Luego se dedicó al patinaje y cuando era más grande se dedicó al ciclismo, al CrossFit y ahora al triatlón”.
Dijo también que cuando niña competía y reconoció que “era realmente buena, en patinaje también competí a nivel escolar, y ya ahora solo como aficionada en varias disciplinas”. Lo hace, según revela, porque “me da vida y le agradezco mucho al deporte por la disciplina, la constancia y la dosificación en cada uno de mis proyectos”.
No reconoce ninguna influencia para la práctica deportiva, al contrario, dice que “cuando uno tiene un patrón de formación que le inculca a uno la disciplina, el deporte, eso es algo que ya viene con uno, algo innato del ser humano. En mi familia mi papá es deportista, mi mamá también me dio ese ejemplo. Pero ahora ya de grande lo hago por pasión. Además, es como tener un equilibrio en la vida tanto como cuerpo, alma y mente”.
Antes de estudiar derecho hizo cuatro semestres de medicina. Pasaba por muchos episodios de su vida personal “que hoy ya puedo contar, porque muchas cosas han sanado. Tuve que irme del país, cuando regresé tuve tiempo como para pensar realmente qué era lo que quería. Cuando estudiaba medicina me despertaba a las 4:30 de la mañana, tenía que irme para clase, a mi hijo lo volvía a ver hasta las doce de la noche. Como era madre cabeza de familia, decía cómo voy a hacer, mi hijo está creciendo, yo estudiando, mi mamá era la que me apoyaba en el cuidado de mi hijo. Hice un alto y me senté a conversar con mis padres, quienes siempre me han apoyado, a Dios gracias. Me decían estudia Derecho, pero no me gustaba esa carrera, vine a enamorarme del Derecho cuando ya estaba en tercer semestre. Me apasioné por el Derecho Administrativo. Tuve la oportunidad de trabajar en la Universidad Santo Tomás lo que hizo que me apasionara más por la carrera”.
Los grandes logros que le reconocen a Andrea Blanco la ponen como protagonista por su resiliencia y pasión y que en sus palabras define que “se vale ser diferente, pensar diferente, se vale ser Mujeres Valientes, que no necesitan aprobación de nadie para ir en procura de sus ideales, de sus sueños; se vale apostarles a senderos aguerridos desde el amor, la pasión y la disciplina, se vale seguir la intuición porque uniendo todo esto, estoy segura que se podrán obtener grandes resultados. Aquellos que marcan la diferencia en un mundo que, lastimosamente, solo nos atemoriza, y muy poco nos impulsa a creer y crecer como mujeres”.
De allí que desde hace más de dos años dedique sus esfuerzos al trabajo social desde la Secretaría de la Mujer, liderando escuelas de formación en política pública para las mujeres en Santander para la dignificación de sus derechos; en el empoderamiento económico y social de las mujeres rurales en el departamento.
Le reconocen el trabajo constante, comprometido y con sentido social que lidera con su manera de trabajar, “ante todo -dice Andrea Blanco- el trabajo por la visibilización de los derechos de las mujeres y la adecuación de la perspectiva de género en sus proyectos como mujer, que lideran su compromiso a futuro para la mitigación en el cierre de las brechas de género”.
“El valor de la disciplina se adquiere llenándonos de orden y eficacia para cumplir con los retos que nos proponemos, para confiar en nosotros mismos, porque cuidar tu salud es amarte a ti mismo es el comienzo de un romance que dura toda la vida” dice. Abanderada en la mitigación de los índices de violencia contra las mujeres. Creó la ‘Ruta única de atención a mujeres víctimas de violencia’ en Santander. Quiere el empoderamiento integral de las mujeres “reconocer nuestra identidad, quiénes somos e incluso nuestras cualidades son características imprescindibles para el desarrollo personal” dijo Andrea Blanco.
“Las santandereanas son el eje transformador de la sociedad, -dice-. Debemos siempre enfocar los esfuerzos en la formación de las mujeres en buenas prácticas empresariales, contabilidad, economía familiar, economía empresarial, inducción al cambio, habilidades Gerenciales y gestión del cambio, así como trabajo en equipo y comunicación asertiva solo así lograremos un verdadero empoderamiento”.
Asegura que “la fuerza está en tu interior, estás viva, puedes sentir, vibrar, perseguir tus objetivos e intentarlo las veces que sea necesario. ¡Lo importante es no detenerte, ese es el verdadero sentido de la vida, estar en acción!”
Remarca que cuando empoderas a una niña hoy, ella sabrá alzar su voz para ser protagonista en la toma de sus decisiones. Niñas y niños se convirtieron en protagonistas de sus acciones por la igualdad de género, porque todo inicia desde la educación para romper estereotipos que la sociedad ha impuesto todos estos años y cita a Malala Yousafzai al enfatizar que “debemos decirles a las niñas que sus voces son importantes”.
Para generar autonomía económica con el propósito de que las mujeres sean quienes manejen sus propios recursos, debemos apostarle a disminuir las brechas existentes en algunos ámbitos, especialmente en el laboral, por eso hay que seguir trabajando con una perspectiva de equidad e igualdad de género desde la prevención, atención y acceso a la justicia para impulsar el desarrollo social. Su visión a futuro prioriza la mujer reconociendo el papel fundamental dentro de la sociedad como mujer empoderada para la toma de decisiones, resume la Secretaria de la Mujer.
Y concluye con que “ante todo, se considera una madre e hija amorosa y dispuesta a darlo todo por su familia, su pilar más importante”.