Por: Sandra Patricia Maldonado Leal/ A través de la historia, la misión y el rol de las mujeres en la tierra ha venido evolucionando a medida que pasa el tiempo. Por lo general las mujeres tenemos roles domésticos y de crianza de los hijos. Sin embargo, en las últimas décadas, las mujeres hemos ido ganando terreno en diversos ámbitos, incluyendo la gobernanza y la vida pública. Para ello hemos tenemos claves fundamentales como misión fundamental para la igualdad de derechos y oportunidades en todos los aspectos de la vida, incluyendo la educación, el trabajo, la participación política y por supuesto la toma de decisiones.
Cabe recordar que el movimiento por los derechos de las mujeres y lucha por la igualdad de género, los derechos humanos y la justicia social, ha tenido una larga historia que se remonta a varios siglos atrás, en donde se enmarcaron algunas épocas y acontecimientos clave que marcaron hitos importantes en este proceso hermoso de justicia social. Mencionando entre algunas pensadoras como Mary Wollstonecraft en su obra «Vindicación de los Derechos de la Mujer» (1792), comenzaron a cuestionar la desigualdad entre hombres y mujeres y a reclamar los derechos de las mujeres a la educación y a participar en la vida pública, movimientos femeninos a inicios del siglo XX, así como la lucha por el voto de las mujeres y participación política, entre otras.
Ahora bien, el empoderamiento femenino, es crucial para que podamos desarrollar todo nuestro potencial y contribuir plenamente al desarrollo de la sociedad. Implicando esto eliminar barreras culturales, sociales y económicas que limitan nuestras oportunidades.
Cada una de las mujeres estamos asumiendo roles de liderazgo en los negocios, en las IES, en la política y demás esferas de la vida pública. Lo que significa que la participación en la gobernanza es fundamental para garantizar la representación de nuestros intereses y perspectivas en la toma de decisiones.
Las mujeres desempeñamos papeles cruciales en el desarrollo sostenible, puesto que indirectamente en nuestras jornadas, laborales, personales, familiares; somos agentes de cambio en áreas como la educación, la salud, la preservación del medio ambiente y la construcción de comunidades resilientes.
Es por ello que, en el ejercicio del rol en la gobernanza, se han logrado avances significativos, persisten desafíos y barreras. Aunque hay más mujeres en cargos de liderazgo político y público, esa representación sigue siendo desproporcionadamente baja en muchos países y sectores. Las mujeres líderes a menudo enfrentan obstáculos adicionales, como estereotipos de género, discriminación y falta de apoyo. A pesar de ser creadas para cumplir una misión en la tierra, que no desampararemos, pues la contribución al desarrollo humano, social, a la igualdad de derechos, de oportunidad, y la construcción de sociedades más justas, será nuestra incansable participación en la gobernanza y la toma de decisiones, para lograr estos objetivos.
La empatía de cada mujer tiene esa capacidad para conectar emocionalmente y comprender las necesidades de los demás, lo que permite tomar decisiones más inclusivas y centradas en las personas. La colaboración, mutua entre el género tienden a favorecer estilos de liderazgo más cooperativos y a valorar los aportes de diversos puntos de vista, fomentando así un ambiente de trabajo en equipo. Porque teniendo el potencial de ejercer multitareas, permite que se manejen responsabilidades simultáneamente, una habilidad crucial en los entornos dinámicos y exigentes del gobierno. Pero ante todo se tiene la virtual de ser conciliadoras y diplomáticas para resolver desacuerdos, lo que puede ser invaluable en la política y las negociaciones internacionales.
Otra cualidad clave es la ética. Numerosos estudios sugieren que las mujeres líderes tienden a priorizar la integridad, la transparencia y la responsabilidad en sus roles de liderazgo. Pero ante todo la resiliencia; en donde a lo largo de la historia, las mujeres han demostrado una gran fortaleza y determinación para superar obstáculos y desafíos, cualidades esenciales para el éxito en puestos de alto nivel.
Más que ser gobernantes, las mujeres tenemos una importancia en la sociedad, no sólo poque seamos centro de justica de género, al contrario, porque la presencia de la mujer en funciones de liderazgo aumenta la toma de decisiones, somos motivadoras de otras mujeres para desempeñar esas funciones, además promovemos la igualdad de género como eje central en la democracia.
Todas las habilidades de liderazgo femenino lo debemos asumir con empatia, con colaboración y ética, puesto que somos ese complemento valioso para la gobernanza contribuyendo a ese mundo que tanto añoramos justo e incluyente.
Entonces, que esa lucha por los derechos de las mujeres y la justicia social siga siendo ese proceso gradual, que se evidencien los avances que se han venido remontando a siglos atrás, pero que ha cobrado mayor fuerza e impulso desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX hasta la actualidad.
Las mujeres, tenemos una gran responsabilidad y oportunidad para asumir roles de liderazgo, gobernar con sabiduría y contribuir al bienestar de nuestras comunidades y naciones. Por ello quiero escribir algunas recomendaciones sobre lo que podemos hacer para ser excelentes líderes y cumplir con nuestra misión en la vida:
1- Cultivar la confianza en nosotras mismas. Debemos creer firmemente en nuestras capacidades, talentos y valor intrínseco. La autoestima y la determinación son claves.
2- Educarnos y capacitarnos continuamente. El conocimiento y las habilidades son fundamentales para el liderazgo efectivo. Debemos aprovechar todas las oportunidades para desarrollarnos profesional y personalmente.
3- Ser ejemplos de integridad y valores éticos. Como líderes, nuestras acciones deben reflejar principios sólidos de honestidad, justicia y respeto por los demás.
4- Ejercer un liderazgo compasivo y empático. Nuestras cualidades femeninas de empatía, cuidado y sensibilidad nos permiten conectar mejor con las personas y entender sus necesidades.
5- Promover la igualdad de género y empoderar a otras mujeres. Debemos apoyarnos mutuamente, abrir caminos y servir de mentoras para las futuras generaciones de líderes femeninas. Unidas somos más.
6- Ser agentes de cambio social positivo. Nuestro rol como líderes va más allá del poder político o empresarial, también implica trabajar por causas nobles como la justicia social, la protección del medio ambiente y la erradicación de la pobreza.
7- Mantener el equilibrio entre la vida profesional y personal. Para ser líderes efectivas, necesitamos cuidar nuestra salud física y mental, cultivar relaciones sanas y encontrar tiempo para nuestras pasiones y seres queridos, para ejercitarnos, para bailar, para saltar, para reír.
8- Ser perseverantes y no rendirnos ante los obstáculos. El camino al liderazgo no siempre es fácil, enfrentaremos desafíos y críticas, pero debemos mantenernos firmes en nuestras convicciones. Porque las lágrimas no son sólo muestras de tristeza, sino que también de felicidad.
Embracemos nuestra misión con valentía, sabiduría y compasión, para construir un mundo mejor para todas y todos. Dios es nuestra guía, nos dio inteligencia como respuesta correcta, pero nos llena de sabiduría para saber cuando decir o callar la respuesta correcta.
Cada una de nosotras tenemos el potencial para ser líderes transformadoras. Dios no se equivoca todo pasa por algo.
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*Administradora de empresas, especialista en Gerencia de Mercadeo, especialista en Docencia Universitaria, magister en Gestión Pública y de Gobierno, candidata a Doctora en Administración Gerencial.
Estamos en un mundo de cambio constante y la mujer es y será siempre la columna vertebral de una sociedad.
Doctora felicitaciones por ese empoderamiento y que las mujeres sigan siendo ejemplo de superación.
Nota: NECESITAMOS UNA MUJER QUE TENGA EL CARACTER Y LA PERSONALIDAD PARA DIRECCIONAR ESTE PAIS. POR QUE AL HOMBRE HACE RATO LE QUEDÓ GRANDE.
Desde la perspectiva de la mujer en la diversificación de funciones, resaltamos como lo menciona la columnista nuestro deber intrínseco en aportar a la sociedad con la educación de nuestros hijos de la familia y como docentes la verdad la justicia y el amor
Acepto el desafío a la invitación de ser agente transformador.