Por: Víctor Andrés Salcedo Fuentes/ A los políticos les gustan las actuales reglas electorales, la mayoría por no decir todos han crecido y se han formado con ellas, ya que las mismas rigen desde el año de 1986, con algunas tímidas reformas legislativas o modulaciones por vía jurisprudencial.
Así como el empresario todo lo que ve quiere transformarlo en riqueza, el político por su parte lo quiere aprovechar en votos. La actual reforma electoral no deja mas allá de ser, a mi modo de ver, una plataforma para hacer política con el propio estatuto. Se levantan entonces las banderas de la equidad de género, sacan pecho los congresistas que se autoproclaman defensores de dicha causa, proponiendo listas paritarias entre hombres y mujeres. Estos mismos audaces y vanguardistas legisladores la pretenden sacar del estadio, incluyendo espacios especiales para la población LGTBI.
No niego que en el país ha existido históricamente un desequilibrio de oportunidades para las mujeres y más aún, frente “algunos” sectores de la población LGTBI y digo algunos sectores, porque para nadie es un secreto que muchas veces los discriminados somos los heterosexuales. Es una realidad que existe hace décadas unas logias y comunidades del más alto nivel político de este país, donde para usted poder gozar de las mieles de la burocracia pública, debe ser y demostrar ser, homosexual. Esto sucede en algunos partidos políticos y en todas las ramas del poder público. Son muchas las historias que se oyen, de cómo para poder acceder y ascender en ciertos escenarios públicos, se debe estar alineado no con un pensamiento ideológico frente a lo público, sino con la orientación y preferencias sexuales, cosa que no deberían tener relación alguna.
Hablando desde lo político, aclaro; la discriminación que existe en este país no es ni con los homosexuales ni con las lesbianas, por cuanto muchas personas que hasta públicamente se identifican con dichas orientaciones sexuales, han tenido y tienen poder por nombramientos directos y por elección popular, así que aquí no hay ningún tipo de discriminación contra dicha población. Otra cosa sucede con la población transexual o transgénero, quienes son víctimas de estigmatización y rechazo por la sociedad y desde donde reconozco se debe trabajar activamente por su inclusión y derechos.
Por tanto, dejen de hacer politiquería barata con el código electoral, que lo que necesita este país es transparencia en la manera como los partidos políticos a nivel nacional y regional confeccionan las listas para aspirar a las diferentes corporaciones públicas.
Señores, el problema no se soluciona bajo una supuesta política de equidad de género, promoviendo listas paritarias entre hombres y mujeres, que lo único que buscan es protagonismo político de sus autores, ya que el problema radica, óigase bien, es en el monopolio del poder político, entre los llamados clanes y caciques electorales de nuestras regiones, donde les da lo mismo poner a un hombre o una mujer siempre y cuando sea y pertenezca a sus casas políticas o a sus mismas familias y buscando siempre seguir mandando y perpetuándose en cuerpos ajenos en el poder político regional.
Así que dejen de tratar de parecer ser los abanderados de la equidad y de verdad, sean honestos con sus electores y hagan propuestas que realmente consoliden el camino hacia una democracia moderna e incluyente.
*Abogado Penalista, Magister en Derecho Penal Internacional.
Facebook: Victor Salcedo – Salcedo & Asociados Abogados
Twitter: @VictorSalcedoA1 – @VictorSalcedoAbogado
E mail: victorsalcedof@hotmail.com