Rusia declaró el fin de su representación ante la OTAN y el de las oficinas de Enlace Militar y de Información de esta Alianza en Moscú. Además, el personal de la misión diplomática no contará con su visado desde el 1 de noviembre. Todo esto, en respuesta a la reciente expulsión de ocho diplomáticos rusos de la Alianza.
En una rueda de prensa, Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, confirmó que la medida fue a modo de «respuesta a las acciones de la OTAN»: «Detenemos las actividades de nuestra representación permanente ante la Alianza, incluyendo el trabajo de nuestro principal representante militar, a partir del 1 de noviembre».
Y agregó que «si los miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) tienen algún asunto urgente, pueden contactar a nuestro embajador en Bélgica sobre estas cuestiones».
Asimismo, Lavrov justificó la decisión asegurando que «la OTAN no está interesada en el diálogo equitativo y el trabajo conjunto (…) Por tanto, no vemos la necesidad de continuar actuando como si fuese posible un cambio en el futuro, porque la OTAN ya declaró la imposibilidad de estos cambios».
La decisión rusa no fue bien vista por la Alianza Atlántica. La portavoz y periodista Oana Lungescu contestó que «hemos tomado nota de la decisión de Rusia de suspender el trabajo de su misión diplomática ante la OTAN, y de la Misión de Enlace Militar de la OTAN en Moscú, y de cerrar la Misión de Información de la OTAN en Moscú. Lamentamos estas medidas».
Aunque la organización se mostró «abierta al diálogo, incluso a través del Consejo OTAN-Rusia», el principal foro de diálogo entre ambas partes, también se mostró inamovible en su consideración hacia al país. Según la Alianza, sus decisiones fueron una «disuasión y defensa, en respuesta a las acciones agresivas de Rusia» y su política en general «sigue siendo coherente».
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, consideró que «es más que lamentable esta decisión tomada en Moscú» y esta «dañará seriamente la relación» entre Rusia y los países que conforman el grupo militar intergubernamental.
¿El telón de fondo? La expulsión de ocho miembros rusos
El pasado 6 de octubre, la Alianza retiró la acreditación a ocho miembros rusos de la misión, debido a que se trataban de «agentes de inteligencia no declarados». La noticia sobre un presunto espionaje la dio a conocer el secretario general, Jens Stoltenberg.
Entonces, Moscú reaccionó afirmando que «las expulsiones socavaron las esperanzas de que las relaciones con la Alianza liderada por Estados Unidos pudieran normalizarse». Y de esta manera, los lazos entre el Este y el Oeste llegan a su punto más tenso desde la Guerra Fría.