Por: Deivy Fernando Vega Herrera/ Esta semana, la noticia que el gobierno Petro había liberado a alías ‘Pichi’ por nombrarlo gestor de paz causó una ola de indignación en todo el país. Aunque luego se aclaró que la información era falsa[1], la noticia ya había cumplido su objetivo: avivar la rabia e indignación entre los colombianos. Al final, el hecho de que la información fuera falsa no impidió que políticos como Jaime Beltrán[2] o María Fernanda Cabal[3] usaran la noticia para avivar el descontento popular contra el gobierno. Este episodio demuestra que no es necesario decir la verdad para difundir una idea política; con provocar una reacción emocional en la población es suficiente.
En Colombia no es raro que los medios de comunicación difundan noticias falsas o engañosas. Como destacó el informe de Reuters en 2023[4], el aumento de las noticias falsas en Colombia ha debilitado la credibilidad de los medios, generando que los colombianos confíen cada vez menos en las noticias que reciben.
Tan solo en las últimas semanas se vieron dos ejemplos de esto con la difusión del supuesto nuevo impuesto del 5×1000 en la reforma tributaria[5] o la noticia de la supuesta liberación del alías “Pichi” por parte del gobierno[6]. Con ambas noticias el objetivo de los medios pareció ser el mismo: alimentar el enojo y la indignación ciudadana recurriendo a información falsa o imprecisa.
Que los medios despierten rabia o enojo por el contenido de sus noticias no es casualidad. Como menciona la filósofa Martha Nussbaum en su libro “Political emotions: Why love matters for justice”, el uso de la ira es un arma eficaz para forjar posturas políticas, ya que las emociones, especialmente las negativas, son fácilmente manipulables y tienden a polarizar a las personas en torno a una causa o figura pública[7].
Por eso se entiende, según el filósofo Noam Chosmky, que cuando los medios promueven rabia o indignación con noticias falsas, lo que buscan es proteger la agenda política de los grupos económicos que los financian[8]. Grupos económicos que en Colombia, además de concentrar los principales medios de comunicación[9], financian y apoyan activamente a partidos y políticos particulares[10], lo que explica por qué estos grupos económicos utilizan sus medios para promover o proteger sus intereses políticos.
Con este contexto, no sorprende que los medios hayan difundido la noticia falsa de que el gobierno Petro había liberado a alías ‘Pichi’ por nombrarlo gestor de paz. En la práctica, cualquiera que haya leído la noticia se hubiera sentido como mínimo indignado con el gobierno -y con razón-. Al final de cuentas, que la información fuera falsa terminó siendo secundario: lo importante era usarla como herramienta para avivar el descontento popular contra el gobierno.
A pesar de que el Alto Comisionado de Paz negó rápidamente que alías “Pichi” haya sido liberado y nombrado gestor de paz por parte del gobierno1, el daño de la noticia ya estaba hecho. Como era de esperarse, la rectificación que la noticia era falsa no tuvo la misma resonancia que tuvo la noticia inicial. Es probable que muchos que leyeron la noticia inicial se queden con la emoción que le generó leer la noticia en su momento, y no se vean muy afectados porque la información fue desmentida posteriormente. Como menciona la filósofa Nussbaum, las emociones negativas, como la rabia o el enojo, tienen el poder de instalarse con más fuerza en nuestro subconsciente, lo que provoca un importante efecto político.
Finalmente, la falsa noticia del nombramiento de alías “Pichi” como gestor de paz revela cómo la desinformación puede ser utilizada estratégicamente para manipular las emociones y promover agendas políticas. Al final, los medios de comunicación de este país han demostrado que para ellos lo que importa no es la veracidad de la información, sino el impacto emocional que esta puede generar en la opinión pública. Con este panorama, nuestra responsabilidad como ciudadanos es dudar de la información que recibimos de los medios y siempre tratar de ir a la fuente original antes de emitir juicios políticos. Nuestra mejor defensa contra la desinformación y la manipulación mediática es siempre mantener una actitud crítica con la información que recibimos y más si viene de un medio de comunicación tradicional.
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*Economista y Magíster en Economía y Desarrollo. Asesor pensional independiente con experiencia certificada con Colpensiones y empresas privados. Investigador interesado en la academia. Docente universitario.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] Redacción Colombia (septiembre de 2024). Gobierno aclara que no nombró gestor de paz a ‘Pichi’, narco que quedó en libertad. El Espectador.
[2] Redacción Semana (septiembre de 2024). Alcalde Jaime Beltrán estalló por libertad de alias Pichi tras ser nombrado gestor de paz: “Es una burla para Bucaramanga. Semana.
[3] Nelson Álvarez (septiembre de 2024). María Fernanda Cabal explota contra el Gobierno Petro por libertad de alias Pichi: “Debería estar pagando por su accionar”. Infobae.
[4] Juan Miguel Hernández Bonilla (enero de 2024). El aumento de las noticias falsas en los medios colombianos mina su credibilidad y destruye la confianza de las audiencias. El País.
[5] RTVC Noticias (agosto de 2024). Diversos medios y usuarios en la red social X difundieron rumores sobre un posible cambio en el 4×1000 que podría estar incluido en la nueva Reforma Tributaria. RTVC Noticias.
[6] Daniel Esteban Reyes Espinosa (septiembre de 2024). Polémica por libertad de Óscar Camargo, alias Pichi: será gestor de paz del Gobierno Petro. Infobae.
[7] Nussbaum, M. (2016). Political emotions: Why love matters for justice. Cambridge: The Belknap Press. Dt. Politische Emotionen: Warum Liebe für Gerechtigkeit wichtig ist. Frankfurt am Main: Suhrkamp
[8] Chomsky, N. (2010). Diez estrategias de manipulación mediática. Archipielago. Revista cultural de nuestra América, 19(73).
[9] Guillermo Franco (enero de 2022). Los medios de los principales grupos económicos lideraron las audiencias digitales. La República.
[10] Ana León y Manuela Galvis (Abril de 2024). Así donaron las empresas a los partidos políticos en 2023. La Silla Vacía.