Para entender por qué Perú no tiene aún un ganador o una ganadora oficial, ayuda el símil estadounidense. En noviembre pasado, también tras unos comicios reñidos y porque en el país el vencedor debe tener o sobrepasar al menos 270 votos electorales, Joe Biden no supo de su tarea presidencial hasta cuatro días después de la jornada electoral.
Así que, se podría decir, que este es el ‘remake’ peruano de esos días en vilo, con un único primer resultado: si se creía que la ciudadanía estaba dividida, en parte por los extremos de los candidatos, ahora la votación lo confirma, con un Pedro Castillo por delante de Keiko Fujimori, pero por muy estrecho margen.
El aspirante presidencial por Perú Libre ostenta desde este lunes 7 de junio el liderazgo, con un 50,26% de apoyos válidos –8.657.705–, según el cómputo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
La primera actualización del organismo, que fue a las 23:30 del domingo día de urnas, puso en cabeza a la candidata conservadora de Fuerza Popular. Sin embargo, desde entonces, y ya con más del 98% de actas procesadas, la hija del expresidente Alberto Fujimori ha ido perdiendo puntos. En el momento del cierre de este escrito contaba con 49,79% de votos. En su última actualización, con un 49,73% –8.565.321–.
Los sufragios que erigirán al o la presidente/a
La resta de ambos votos válidos es de 92.384. Pero todavía no se puede alzar al maestro y líder sindical del magisterio como presidente de Perú debido a que toda papeleta va a ser decisiva.
En concreto, los votos de las zonas rurales y selváticas más alejadas podrían respaldar a Castillo como sucedió en la primera vuelta, llegando a ser su estado de Pensilvania particular –como lo fue para Biden–.
Si bien, a la vez, los últimos votos de los peruanos en el exterior no llegan sino este miércoles 9 de junio (se han contado más del 64% de las actas con más de 200.000 votos emitidos). Y son estos lo que podrían dar ventaja a los contabilizados a favor de la ex primera dama y excongresista, ya que en todos los continentes (incluida la región de América) ha cosechado una mayoría aplastante.
Esta idea la respalda la propia ONPE, que ha detallado que las actas provenientes del extranjero serán uno de los últimos pasos del recuento antes de que se puedan dar los resultados oficiales de la segunda vuelta. Asimismo, como detalla el medio local ‘El Comercio’, la certeza de las estimaciones y resultados se dará además con aquellas actas observadas, que deberán ser resueltas por jurados electorales especiales (JEE) –compuestos por un ciudadano, un fiscal y un juez– o, en última instancia autónoma, por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
¿Qué es un acta observada? En Perú, estas actas de escrutinio son las que, ya sea porque el miembro de mesa la rellenó mal o son ilegibles o sus votos han sigo impugnados, necesitan ser revisadas. Si no están firmadas pasan a ser anuladas, pero si tienen otro error remediable quedan a valoración de los jurados.
De acuerdo al Comité Técnico Fact Checking de JNE, la ONPE ya dio aviso de 1.369 actas correspondientes a la misma cantidad de mesas electorales. Y en ellas hay, por supuesto, una cantidad de votos a beneficio de Castillo –autodenominado de izquierda– y de Fujimori –conservadora a favor del neoliberalismo–.
Los casos que sirven de ejemplo son las circunscripciones de Lima, Piura, La Libertad, Callao y Loreto que van en cabeza en cantidad de actas observadas y enviadas. Con más de 800, en todos los casos fue Keiko Fujimori la favorecida en votación, en detrimento de Pedro Castillo.
Denuncias de «fraude», el recuerdo de Trump
Hay que saber que este tipo de actas no son consideradas como contabilizadas por la Oficina de Procesos Electorales. Aunque no se necesitan para conocer al próximo mandatario o mandataria del Bicentenario, su cómputo podría acabar definiendo unas presidenciales de apenas decenas de miles de votos. Dependerá al final de si la distancia entre ambos es tan grande como para no recurrir a ellas.
Ante este escenario, ayer lunes, menos de 24 horas después del balotaje, Keiko Fujimori dijo que su grupo político se siente «optimista» ante la diferencia de sufragios porque confían en que lo extranjero «empareje» la votación. Pero acto seguido, en un arrebato tipo Donald Trump, denunció presunto «fraude» –sin pruebas– en las mesas electorales, señalando a los personeros y seguidores de su rival.
«Hay una clara intención de boicotear la voluntad popular», criticó en contra del maestro, arengando además a la ciudadanía a compartir en redes sociales (#FraudeEnMesa) cualquier irregularidad.
El izquierdista Pedro Castillo evitó entrar en el juego de la acusación y se mantuvo en su línea de prudencia y tranquilidad, recordando a sus partidarios que él será «el primero en hacer respetar la voluntad del pueblo peruano»: «No nos cansaremos de decir lo de siempre, que solo el pueblo salvará al pueblo».
En medio de este acuse de «fraude», este martes 8 de junio Adriana Urrutia, la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, puso orden en una entrevista concedida a ‘El Comercio’. La también politóloga declaró que «no hay ninguna evidencia que nos permita hablar de fraude», ya que su Asociación no solo desplegó a 1.400 voluntarios tanto en regiones como el extranjero que reportaron dos casos, sino que los otros entes «permiten decir que la jornada ha ocurrido con tranquilidad (…) y que se han producido diversos incidentes que los medios de comunicación han reportado y se han sido trasladados a las autoridades competentes que ya están tomando acciones en materia de su competencia para resolver los diferentes incidentes».
En la misma línea, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Jorge Luis Salas Arenas, tildó de «peligroso para (Perú) hablar de fraude por un incidente o dos». «Hay que tener elementos suficientes para hablar de una cosa tan dura. No se puede sembrar dudas de esa naturaleza», afirmó para ‘RPP Noticias’.
Con el fin de despejar cualquier duda, Salas Arenas adelantó al medio que el organismo decidió publicar de forma excepcional «las deliberaciones y votaciones sobre las actas observadas que fueran apeladas».
¿El presidente o la presidenta de Perú se conocerá al tercer día? ¿Será al cuarto, como Biden? Aunque ya no hay un empate técnico tan ajustado como al inicio del recuento, los resultados aún no son concluyentes como para saberlo.
Las últimas regiones peruanas, la decisión de los compatriotas lejanos, así como actas pasadas a revisión, pondrán fin a estas preguntas y darán comienzo al periodo presidencial 2021-2016. La toma de posesión del cargo será, esto sin duda, el próximo 28 de julio.