Por: Luis Eduardo Jaimes Bautista/ “Algunos nacen estúpidos, otros alcanzan el estado de estupidez, y hay individuos a quienes la estupidez se le adhiere”: Paul Tabori.
Administrar una ciudad, es: Estudiar, planear y ejecutar. Mínimos conceptos que no se tienen en cuenta cuando el hombre vive en su caparazón del ego y patrocina la estupidez humana de muchos conductores.
Siempre he escrito unas cuantas cuartillas sobre la política de movilidad, conducción y el respeto por las normas para la convivencia y el desarrollo de la ciudad de Bucaramanga, con el paso de los años se pierden los valores humanos y el respeto por la vida de los semejantes. Principios enunciados anteriormente en la autoridad de la gobernanza para convivir con el garrote y la zanahoria.
La Ciudad Bonita se distinguió porque tenía la mejor dirección de tránsito en el país y los mejores conductores, nombre que se perdió al adentrarnos al siglo XXI, por esa época las reglas para conducir bien y reducir los accidentes. Tema que se trata con pañitos de agua en una educación vial, sin las normas básicas para conducir un vehículo, aumentando el número de accidentes.
Uno de los grandes problemas es la entrega de pases de conducción por escuelas sin exámenes previos aprobados por las direcciones de tránsito en la utilización de la normas y conocimiento del código de tránsito, el mayor daño que le hacen a quienes conducen y son generadores de los accidentes.
Acompañados al desconocimiento de las diez reglas básicas para evitar la muerte y daños cuando se accidentan. En este cambio de estilo de vida, los ciudadanos cada día adquieren más vehículos para movilizarse.
De acuerdo a lo que he observado en 20 años, puedo afirmar qué, no se respetan los semáforos, no usan las luces estacionarias, las señales de tránsito mínimas. Estacionan en las vías arterias, obstaculizando el tráfico rápido, formando la congestión, obligando a los “campeones” del volante a cambiar de carriles sin utilizar direccionales, violan los cruces prohibidos, van en contravía. No utilizan los carriles asignados, para circulación rápida y despacio quienes van cargados o las mismas motos se meten en zigzag.
La ciudad se está llenando de vehículos con placas de otras ciudades del país (motos y carros) en pésimo estado y peligro, perjudicando la salud de los habitantes por la contaminación y a la vez el incremento del transporte pirata, creando terminales en zonas que son de gran afluencia de peatones. Allí recogen y dejan pasajeros, a los ojos de las mismas autoridades que no hacen nada.
A la consigna yo hago lo que me da la gana de algunos conductores de taxis, o de aquellos vehículos de alta gama conducidos por los “doctores” cuando se presenta la hora pico o invaden carriles por ir muy afanados en llegar primero. Un problema de incultura y educación. Sin que ellos tengan en cuenta las cebras para los peatones y den la prelación para cruzar las calles. Todo lo contrario manda el vehículo por encima a niños y ancianos. Ahí si se les cabe el concepto a estas personas el grado de estupidez del alto ego, quienes son los que más cometen infracciones y accidentes sin ser castigados.
Sería hora que se impusieran las fotos multas (sin corrupción) para castigarles el bolsillo, suspender los pases de conducción y que existiera más control por parte de los alférez y policía de trasportes y tránsito, (acabando con la burocracia) para eliminar el caos y la congestión en las vías de la ciudad (de las pocas que existen deterioradas) y no improvisar cuadrantes con pico y placa cuando se va a permitir compra de vehículos y motos, sin tener una solución. Solo llenar los patios de la Dirección de tránsito de latas.
¿Cuándo respetarán los señores conductores de toda clase de vehículos (motocicletas, bicicletas y carros) las cebras que están pintadas y algunas borrosas en casi todas las calles de la ciudad, donde existe un pare? Creo que la mayor ignorancia y estupidez de quien maneja unas latas último modelo u otros vehículos, cuando las personas cruzan la calle, estos señores bestias no paran, sino todo lo contrario le acelera al vehículo, son los que infunden miedo y cultivan la violencia en las vías.
Señores alférez a ellos son los que hay que imponerles los comparendos. Tocarles el bolsillo, si aprenden a respetar la vida de los peatones. Ya no más tolerancia, en una ciudad que se quedó pequeña para el parque automotor.
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