Las tradiciones, historias y fiestas más importantes giran en torno a la gastronomía. En el 2016 el gobierno de Didier Tavera llevó a cabo ‘Los Fogones de mis Nonos’, un programa que buscó rescatar y exaltar los saberes y sabores de la cocina ancestral, y que quedó plasmado en el libro ‘El Fogón de mis Nonos’, una edición con anécdotas y recetas ancestrales que trazan una línea histórica en la gastronomía santandereana.
En este último año de gobierno, el programa volvió para preservar esa herencia culinaria que ha pasado de generación en generación y que hoy consolida al departamento como un destino gastronómico de preferencia para turistas nacionales y extranjeros.
Durante la realización de este programa se dieron a conocer una gran diversidad de platos de la cocina santandereana que estaban olvidados como también los platillos más conocidos, entre ellos estaban la sopa de ruyas con chorotas, culata de maíz, ruyas de mazorca, perico antiguo, el tamal santandereano, el sancocho de gallina, el cabro y entre otros deleites de los ‘quinceañeros y quinceañeras de la tercera edad que aún conservan las raíces del departamento.
Tanto para los participantes como para el público en general, esta iniciativa ha sido de gran importancia para la cultura del departamento, porque recordó las enseñanzas de los padres, tíos y abuelos, le dio un valor agregado a la comida hecho con amor y dedicación, sobre todo es un reconocimiento a esos sabrosos secretos de la comida típica santandereana.
Giovanny Gamboa, chef reconocido en Santander, quien participó como jurado de este programa durante dos años aseguró que “este proyecto ha sido el que mayor impacto ha tenido en la cultura gastronómica de Santander, porque brinda nuevos conocimientos y promueve el sentido de pertenencia e identidad con la santandereanidad”.
“Este proyecto que para mí es fundamental para nuestra cultura santandereana tenga el reconocimiento que se merece, la cocina santandereana tiene mucho sabor” manifestó William Álvarez chef santandereano.
Gracias a esta gran iniciativa en pro de rescatar y posicionar la cocina santandereana, se resalta la participación de más de 2000 adultos mayores quienes hoy hacen posibles los platos con los que se criaron los abuelos y que una vez más reúnen a la familia en torno a la mesa.