Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ La emancipación no propone el camino a la libertad, aunque ha sido vista desde ahí, donde para ser libres yo puedo construir mi propia historia e incluso herir el libre albedrio de mis semejantes, olvidando así, la pluralidad de culturas, costumbres, religiones, credos, partidos políticos y pareciera que la cuestión de libertad nos hubiera llevado a acomodarnos.
Tampoco se deconstruye el quehacer social, no es el camino, porque hemos entendido libertad como solo dejar de estar subyugados a partidos políticos e ideologías religiosas, pensando que, para ser libres, solo se trata de deconstruir el machismo o el feminismo, el catolicismo o el cristianismo, la filosofía y la religión y otras comparaciones, como los liberales y conversadores, entonces, se volvió una guerra civil.
Todos en contra de todos defendiendo su propia creencia.
No estoy señalando, el no poder creer en algo, pero el asunto es que pareciera todo el tiempo estuviéramos en competencia para la libertad, porque entonces, no somos libres y nos sentimos abrumados, tanto que como yo pienso diferente, entonces tengo permiso de hacerle daño a otros.
Lo que se entiende son varias cosas; el pensamiento que tiene cada persona es distinto y por lo tanto al tener una ideología totalmente contraria a las demás, muchos lo asimismo como el sindicalista, la oveja negra, el Che Guevara; notando así, que normalmente se hace uso de información personal alterada para generar caos en la vida de una persona solo por no estar de acuerdo con su pensamiento o en la misma página.
Si, todos somos víctimas, hablando ya ha nivel de sociedad, se obliga a crear derechos pasando por encima de los derechos humanos reflejando muchas heridas sin resolver, hemos estado detrás de una libertad que no se soluciona creando más, sino estabilizando lo que ya se construido, porque eso significa que la moral esta a gusto y placer de cada pensamiento y pues que la verdad, entonces es una verdad subjetiva, finalmente construida por todos.
¿Cuántos años llevamos repitiendo los mismos estereotipos generacionales?
Concebir el poder como una lucha igualitaria, que trae consigo esa pluralidad de territorios y contextos comunitarios, que se deben enfrentar, porque como lo escuche por ahí “bien o mal, es lo que el medio presente”, por eso, es que cuando se construye política pública, se debe construir a la luz de diferentes realidades, sin embargo, cada política pública se caracteriza por estar enfocada en una población y/o necesidad; y desde lo que se aprueba finalmente todos somos veedores.
Sin embargo, aceptamos ser esclavos de lo que sea que elijamos, como acto rector de nuestra vida, aquí el asunto no es el sistema capitalista, ni el compromiso hegemónico, el asunto es que hemos subyugado nuestra moral, a nuestro antojo por defender ideas propias, pero que desbaratan la historia de las comunidades, entonces, ¿Estaremos olvidando nuestra historia?
Que la moral sea la posibilidad de construir en libertad y paz para todos.
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*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
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