El proceso judicial de Harry contra Mirror Group Newspapers, considerado uno de los más importantes del año, se extenderá mientras se escuchan testimonios de otros demandantes contra los tabloides. Esta es una página más en una larga disputa entre el príncipe y la prensa.
La comparecencia de Harry en el Tribunal Superior de Londres fue sobre todo excepcional. A la hora del almuerzo, no solo fans de la realeza sino trabajadores de las oficinas cercanas, en esta concurrida zona del centro de la capital británica, se asomaban por entre las puertas de vidrio para ver al hijo menor del rey.
El proceso contra The Mirror es apenas uno de los casos activos que enfrentan al príncipe Harry con otros grupos editoriales como The Sun y el Daily Mail.
Y en ese sentido, el hijo menor del rey Carlos III ha sido consecuente. Los responsabiliza de la mayoría de sus desgracias. La más dolorosa, la muerte de su madre, la princesa Diana, en un accidente de tránsito en Paris mientras era perseguida por paparazzis.
Está tan comprometido con forzar una transformación de la prensa sensacionalista que ha dicho que su misión en la vida es cambiar el panorama de estos medios, a los que acusó de «tener sangre en sus manos».
Tiene a su favor, mucho dinero y el poder que le da ser una figura pública tan reconocida como divisoria, al menos en el Reino Unido.
Harry -quien se mudó a California con su esposa Meghan Markle en 2020, tratando de alejarse de la prensa- rompió su relación con la familia real y, en este caso, afirma la prensa local, ignoró el consejo de su padre, quien le habría pedido no llegar hasta la Corte.
Así que fiel a su convicción, se convirtió en el primer miembro activo de la familia real desde el siglo 19 en sentarse en el banquillo para dar testimonio con el objetivo de exponer su verdad.
«Las prácticas ilegales como la piratería de teléfonos y la obtención de datos privados mediante engaños estaban muy extendidas en la prensa británica, y no solo en los tabloides», señala el director de periodismo de la University of the Arts London, Simon Hinde.
«El periodismo necesita ser salvado»
Su batalla contra los tabloides no es nueva. Lo deja claro tanto en su libro de memorias ‘Spare’ como en la serie de documentales de Netflix.
En la Corte, Harry dio un paso extra. Acusó a los tabloides de interceptar teléfonos a una «escala industrial». Según sus declaraciones, al menos tres periódicos sensacionalistas incurrieron en este delito entre 1996 y 2010.
En el caso contra Mirror Group Newspapers, según Harry, en el período mencionado, sus medios publicaron 147 artículos para los que utilizaron herramientas ilegales como la interceptación de sus llamadas, acceso a sus mensajes de voz y la contratación de investigadores privados para que consiguieran información exclusiva sobre sus movimientos.
De estos, 33 fueron seleccionados por él para demostrar en el Tribunal de Londres que los medios del Mirror cruzaron las líneas rojas para obtener historias que de otra manera no hubieran conseguido.
El príncipe alegó una persecución injustificada desde que era un niño, afectando todos los aspectos de su vida, como sus enfermedades, su familia, sus relaciones amorosas y su tiempo en el servicio militar.
Cada acusación de Harry fue objetada por Andrew Green, abogado del Mirror, que negó que los periodistas se hayan valido de practicas ilegales para obtener esas exclusivas con las que, sostiene Harry, también se le creó una imagen pública de drogadicto y de poco inteligente.
Sin embargo, afirmar que el gobierno y la prensa están «tocando fondo» fue una de las acusaciones más polémicas de Harry porque rompió con la neutralidad en política y asuntos de Estado que debe mantener la familia real.
«La democracia falla cuando su prensa no analiza y responsabiliza al gobierno y, en cambio, elige acostarse con ellos para que puedan garantizar el status quo», remarcó.
El poder de los tabloides
Harry afirmó en la Corte que esta batalla legal es en honor a su esposa y, sin duda, por la memoria de su madre.
Tras la muerte de Diana, los tabloides y sus paparazzis se comprometieron a romper con las prácticas ilegales y la persecución sin tregua a los ‘royals’.
En la actualidad podría decirse que el cubrimiento de los miembros de la monarquía, especialmente de los más jóvenes, es mucho más respetuoso. Generalmente, hay acuerdos con la prensa sobre qué se puede cubrir y qué no.
«Creo que hay más conciencia de lo invasivos que pueden ser algunos tabloides y especialmente los fotógrafos. Y hay, posiblemente, más aceptación en el mundo de los tabloides de que algunas prácticas son ilegales y malas. Pero estos necesitan primicias y seguirán haciendo todo lo posible para conseguirlas», añade la directora de la The Foreign Press Association, Deborah Bonetti.
La gran diferencia entre los tabloides y los medios en general radica en sus agendas informativas. Los primeros están obsesionados con las celebridades, los rumores y los escándalos.
El poder de estos medios sensacionalistas era tal que, hace más de 20 años, los políticos, y especialmente los candidatos a ser primer ministro, estaban más preocupados por ganar el apoyo de estos que de sus propuestas. Una portada de guiño de alguno de estos se traducía en millones de votos.
«Las ventas de tabloides han caído dramáticamente desde los días de Diana, pero aún ejercen una influencia cultural desproporcionada para su audiencia. Por ejemplo, la BBC a menudo sigue la agenda de los tabloides», afirma Hinde.
Justamente, la BBC ilustra la transformación de los tabloides. «Cuando algunas de estas historias se publicaron hace 20 años, el Daily Mirror vendía 2 millones de copias al día, mientras que las cifras de circulación más recientes de ABC muestran ventas de alrededor de 280.000».
Lo que sigue en el proceso judicial
Una vez concluyan los testimonios de otras celebridades demandantes, el juez tomará la decisión de si Mirror Group Newspapers es culpable. Al ser un caso civil, habría lugar a una compensación económica millonaria.
«Harry está en una cruzada, pero no le ha ido muy bien. Su obsesión por la prensa sensacionalista proviene de lo que él mismo ha llamado una infancia traumática. Sin embargo, en los últimos años, su voz se ha desacreditado un poco y no estoy segura de cómo planea triunfar contra el poder de los tabloides unidos contra él. Me viene a la mente Don Quijote», advierte Bonetti.
Aún si Harry pierde, habrá cumplido su promesa de exponer la que considera su verdad.