El ‘uribismo’ afronta uno de los momentos más turbulentos de su breve historia política. La imputación de cargos contra el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, uno de sus principales líderes, por el caso Odebrecht, plantea dudas sobre el futuro de la colectividad.
Las grabaciones divulgadas por varios medios de comunicación, en las que se escucha a Zuluaga reconocer que recibió dineros de la cuestionada multinacional brasilera para su campaña de 2014, en medio de sus conversaciones con Daniel García Arizabaleta, cayeron como un baldado de agua fría. En sus filas hay indignación, división, rabia, preocupación, desconcierto y, ante todo, incertidumbre.
Hasta hace unas semanas, Zuluaga siempre había negado haber recibido dineros de Odebrecht para su aspiración de 2014, en la que compitió con el entonces presidente-candidato Juan Manuel Santos. Por eso, escuchar a Zuluaga aceptando que la multinacional del soborno pagó la asesoría del estratega brasileño Duda Mendonça, por 1,6 millones de dólares, causó un remezón en las filas del Centro Democrático.
A la colectividad le ha costado aceptar que Zuluaga podría terminar en la cárcel por falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito de particular. Su hijo David, quien era el gerente de la campaña, será imputado por fraude procesal.
En medio del dolor, la tristeza y la indignación, el propio Álvaro Uribe fue el primero en reaccionar.
“Elegimos a Juan Manuel Santos y terminó con las Farc, sobornos de mermelada y Odebrecht; la tragedia del caso de Óscar Iván; congresistas con delitos de dineros entregados por el Gobierno Duque. Todo un engaño a tantos que lo han hecho bien y creen en estas tesis. Invitaré a considerar decisiones para no afectar a quienes merecen la confianza popular”, afirmó.
El exmandatario reveló que Zuluaga le expresó en su momento que en Brasil “nada había contra él”, y también aprovechó para pasarle una cuenta de cobro a García Arizabaleta.
“Nos reunimos, delante de Ernesto Macías. Le dije: Daniel, ¿esto es verdad? Y me respondió: “No es verdad”. Le expresé: ¿por qué no lo enfrenta? Nunca lo enfrentó”.
Además, reveló lo que habló con uno de sus abogados defensores, Jaime Granados.
“A raíz de información periodística sobre las pruebas contra Santos que tendrían las autoridades de Brasil, pregunté al doctor Granados por la noticia de los pagos de Odebrecht a Santos. El doctor Granados me contestó que no me podía decir por su acuerdo de confidencialidad con Odebrecht”, dijo.
Hasta ahora, Uribe no ha conversado con Zuluaga. La gran preocupación del expresidente es que el comité político que él nombró defina cuanto antes cuál será el camino a seguir. En ese sentido, el expresidente Iván Duque ha dicho que esta crisis deberá ser sorteada.
“El Centro Democrático es el partido más exitoso de los últimos 100 años en Colombia. Nació a la vida jurídica en 2014 y ese año ganó la primera vuelta y obtuvo 20 senadores. En 2018 registró la mayor votación al Senado y ganó la presidencia. No hay ningún partido que haya hecho algo así. Es un partido que ha pasado por momentos difíciles”, dijo el exmandatario.
“Los partidos pasan por crisis. Ahora hay que reflexionar e ir mucho más allá de los ‘ismos’, el movimiento no se puede quedar en la discusión de uribismo o duquismo, sino seguir consolidando su doctrina. Hay que hacer una revisión de los logros que se han tenido y abrir las oportunidades para nuevos liderazgos. El rol de los expresidentes es seguir impulsándolos”, agregó.
En el uribismo, en medio de la crisis, algunos han sido enfáticos para marcar distancia. Uno de ellos es José Obdulio Gaviria, uno de los fundadores del Centro Democrático y hombre cercano al expresidente Uribe, quien fue tajante: “Doy por sentado lo que Zuluaga dijo en esas grabaciones, le salía del alma, era la verdad. No necesitamos más explicaciones ni justificaciones”.
El pasado martes 4 de julio, un equipo integrado por los senadores María Fernanda Cabal, Miguel Uribe, Alirio Barrera y Óscar Darío Pérez se reunieron en la sede del Centro Democrático en Bogotá y hablaron durante casi cuatro horas sobre qué hacer frente a Zuluaga.
El excongresista Gabriel Jaime Vallejo, amigo personal de Zuluaga, y hoy secretario general del partido, participó del encuentro. Mientras tanto, Paloma Valencia asistió vía Zoom porque está de vacaciones en San Francisco.
Ese día, las tensiones y divisiones internas quedaron servidas sobre la mesa. El gran debate entre los cinco congresistas era qué posición fijarían a través de un comunicado de prensa que exigía a gritos la opinión pública.
Por un lado, estaba la opción de rechazar las controvertidas actuaciones de Zuluaga y mostrar indignación por lo ocurrido. Por otro lado, reinaba la prudencia para un hombre que se convirtió en una especie de consejero espiritual del Centro Democrático.
En medio de la más dura crisis de Uribe, cuando terminó privado de su libertad en su finca, en la investigación de la Corte Suprema por supuesta manipulación de falsos testigos, el exministro de Hacienda apareció en agosto de 2020 y tomó las banderas del partido. Convocó a las bancadas de Senado y Cámara y encarriló un movimiento que en ese momento se sentía huérfano.
Después de varias disertaciones, el comité político del Centro Democrático no llegó a ningún acuerdo. No hicieron a tiempo un pronunciamiento porque algunos congresistas prefirieron quedarse con las palabras de Uribe y soportar el chaparrón.
En las reuniones de los quíntuples –también llamado comité político del Centro Democrático–, no se habló de expulsar a Zuluaga del partido, pero las bases y algunos militantes con reconocimiento exigían su renuncia.
María Fernanda Cabal, quien pertenece al comité político, era amiga personal de Zuluaga hasta noviembre de 2021, cuando, en una controvertida elección interna, se quedó con la candidatura presidencial por el Centro Democrático.
Cabal aceptó el triunfo, pero no se tragó el sapo. Desde ese día, sus más cercanos colaboradores hablaron de un fraude en el proceso de escogencia y ella tomó distancia.
“A mí me da mucho dolor con el presidente Uribe, que fue una persona que entregó su vida por este país. Se le ha pagado muy mal, con mucho desprecio, indiferencia, incluso, con persecuciones judiciales y de todo tipo, cuando él confió, él le preguntó a Daniel García y a Óscar Iván Zuluaga y lo engañaron”, dijo.
Paloma Valencia, quien también forma parte de dicho comité, afirmó que se sentía engañada y decepcionada. Y aunque prometió inicialmente guardar silencio, estalló en sus redes sociales.
“Óscar Iván ha sido nuestro candidato, sujeto de tanta confianza que queríamos que fuera nuestro presidente. Tenemos desconcierto y tristeza. Todos los colombianos que votamos y creímos en él nos sentimos engañados. Muchos salimos a defenderlo de estas acusaciones”, manifestó.
El Centro Democrático aún no ha salido de la tormenta. El miércoles pasado circuló un borrador de un texto en el que decían “que la situación ocurrida con Óscar Iván Zuluaga es de defraudar la confianza del Centro Democrático, sus directivas y simpatizantes”.
Aclaraban que él no había sido candidato por el partido porque en 2014 el Centro Democrático no se había constituido y, por tanto, no había manejado los recursos de esa campaña.
Sin embargo, el texto, que no alcanzó a aprobarse, se archivó porque a las 8:30 a. m. de ese día Zuluaga le puso fin a su permanencia en el Centro Democrático. Llamó telefónicamente a las directivas y confirmó que enviaría su carta de renuncia. No entregó más detalles.
Minutos después, el documento, dirigido a la directora Nubia Stella Martínez, llegó al WhatsApp de uno de los teléfonos del partido. El mensaje era escueto: “Por medio de la presente me permito informarle de mi retiro del Partido Centro Democrático”.
Esa comunicación de pocas palabras tiene una razón. Zuluaga estaría molesto porque se siente solo y abandonado. En contraposición, muchos de sus copartidarios se sienten traicionados y engañados
La Fiscalía aseguró que la multinacional Odebrecht le entregó una millonaria suma de dólares a la campaña de Zuluaga para pagar los servicios del publicista Duda Mendonça.