La Unión Cristianodemócrata (CDU), partido de la canciller alemana Angela Merkel, ha ganado con contundencia las elecciones legislativas del Estado federado Sajonia-Anhalt, las últimas antes de los comicios generales del próximo 26 de septiembre.
Según una encuesta a boca de urna para la emisora pública MDR, citada por Reuters, los demócratas cristianos (CDU) obtuvieron alrededor del 36% de los votos, 6 puntos más con respecto a lo alcanzado hace cinco años.
Además, han quedado muy por delante de su partido contrincante, la alternativa de extrema derecha para Alemania (AfD), con cerca del 22,5% de los sufragios, ligeramente por debajo de las elecciones anteriores.
Con estos resultados, Reiner Haseloff, de la CDU, fue reelegido para su tercer y, según afirmó en la campaña electoral, último mandato en la región.
La contienda fue altamente disputada en medio los esfuerzos de la populista Alternativa para Alemania (AFD) por liderar, pues su discurso ha estado alineado y a su favor ha tenido el cansancio de la población a las restricciones impuestas por el Gobierno ante la pandemia de Covid-19. Una postura que hacía temer un repunte de esta formación.
El derrotado partido de ultraderecha AFD se impulsó en Alemania como movimiento protesta a la política de puertas abiertas de la canciller Merkel con los refugiados, una estrategia de enfrentamiento con tintes xenófobos que, con la crisis del nuevo coronavirus, se ha ido transformando en una fuerte oposición a lo que muchos consideran un golpe a las libertades de movimiento.
Pero, por ahora, los resultados regionales permiten a los conservadores de la Unión Cristianodemócrata de Merkel mantenerse en el poder en Sajonia-Anhalt, en el este del país.
Además, la victoria de la CDU en estas elecciones regionales da un espaldarazo a su candidato en las elecciones nacionales del próximo 6 de septiembre, Armen Laschet, quien espera suceder a la popular canciller Angela Merkel, tras meses turbulentos en el interior del partido desde que Merkel anunció que dejaría la dirección del mismo y no se presentaría para un nuevo mandato.
Punto de inflexión para Armin Laschet
En las elecciones internas Armin Laschet, de perfil moderado y actual ministro presidente de Renania del Norte-Westfalia, salió elegido nuevo presidente del partido y candidato a las elecciones. Sin embargo, se le ha achacado falta de carisma y liderazgo, especialmente desde el ala más conservadora del partido, que incluso plantea un giro a la derecha de la Unión para hacer frente a la AFD.
Durante esta campaña, Laschet ha dejado claro que la CDU no pactará con la ultraderecha, una línea roja de la política alemana que algunos miembros del partido en la región estaban dispuestos a cruzar. Laschet afirmó tajante que, si algún miembro se lo plantea, «puede dejar la CDU».
Tanto Laschet como Haseloff han dejado claro que tampoco pactarán con el partido más a la izquierda del espectro político alemán, Die Linke (La Izquierda), por lo que las opciones de Gobierno podrían pasar por una repetición de la actual coalición. También aparece la opción de que el SPD quede fuera, reemplazado por los Liberales.
El resultado que puedan sacar Los Verdes también es de gran importancia. Varias encuestas les dan como posibles ganadores de las elecciones generales, pero para ello deberán conseguir buenos resultados en los estados del este, los pertenecientes a la antigua República Democrática Alemana, que formó parte del bloque comunista, en donde su influjo es mucho menor que en el resto del país.
La división este-oeste se reduce
Una realidad sigue muy presente en Alemania más de 30 años después de su reunificación: los estados del este del país, aquellos que conformaban la antigua República Democrática Alemana (RDA) del bloque soviético, y de los que forma parte Sajonia-Anhalt, siguen siendo más pobres que el resto de los estados federados.
Según datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), el salario medio de estos estados es de 20,28 euros por hora frente a los 26,6 del resto de estados. En Sajonia-Anhalt, además, faltan profesores y médicos, temas sobre los que han virado las campañas de la mayoría de los partidos. Sobre el descontento que han ido creando estas cuestiones supo trabajar la AFD.
Nacida en Berlín en 2013 con un discurso euroescéptico, consiguió sus primeros éxitos en 2014 en las regiones de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, todas ellas regiones del este de Alemania. A caballo de la denominada como «crisis de refugiados», la AFD fue sumando apoyos con un discurso islamófobo y antiinmigración.
Casualmente, sin embargo, los estados del este son los que menos inmigración tienen en todo el país. Según datos de Destatis, la media de migrantes en Alemania se sitúa en un 13,7%. En Sajonia y Sajonia-Anhalt, por ejemplo, solo el 5,5% de la población es extranjera. La ultraderecha ha sabido jugar con el discurso del miedo.
En ocasiones la AFD ha sido acusada de situarse cerca de postulados neonazis por su discurso ultranacionalista. Ellos lo niegan, si bien muchos de sus miembros han hecho declaraciones abiertamente racistas y xenófobas. Si ganan en Sajonia-Anhalt, provocarían un terremoto en la política alemana.
La CDU, el partido troncal del país en los últimos años está débil. El SPD está lejos de sus mejores momentos y tanto liberales como Die Linke se mantienen en números bajos. Los Verdes son el partido al alza en Alemania.
Podrían gobernar con cualquiera, menos con la ultraderecha, pero para ello también necesitan a una CDU fuerte y sin dudas. Septiembre comenzó este domingo en Alemania.