Apenas el 14 % de los menores de 25 años está satisfecho con la forma en la que funciona la democracia. Solo el 25 % de ellos dice tener conocimiento de lo que es una iniciativa popular legislativa.
Por: Luisa Fernanda López Caicedo/ A escasos meses de iniciar la contienda política para conocer nuestros líderes y gobernantes por 4 años y someternos a un nuevo momento de la democracia, la apatía entre los jóvenes crece como espuma, cada vez es más marcada la indiferencia de jóvenes de todas las clases sociales, credos y religiones.
¿Y esto a que se debe?
4 de cada 10 jóvenes participan en política y es que la realidad es simple. Hoy en día es complicado creer en ella, cuando la mismas elecciones, partidos políticos y candidatos muestran el mismo método de hace más de 25 años.
Los jóvenes representan cerca del 25 por ciento de la población del país, pero la representación de menores de 30 años en el Congreso es inferior al 15 por ciento. Hay una realidad tanto inquietante como preocupante: la baja participación política de las nuevas generaciones.
Y no es solo que no tengan representación en el Legislativo, sino que están inconformes con la democracia misma. Según la más reciente Encuesta de Cultura Política, realizada por el DANE, el 48,2 por ciento de los jóvenes entre los 18 y los 25 años se siente muy insatisfecho con la forma en la que funciona la democracia en Colombia. Por su parte, el 34,4 por ciento tiene una posición media, pues no está ni satisfecho ni insatisfecho.
De este segmento poblacional, según el estudio, apenas el 14,1 por ciento de los encuestados está satisfecho con la forma en la que funciona la democracia en el país.
Con los partidos políticos en un nivel de desprestigio mayúsculo y pocos mecanismos para abrir espacios a nuevos liderazgos, los jóvenes se ven ante la disyuntiva de desistir o acudir al mecanismo incierto de las firmas, un recorrido en el que deben competir contra las estructuras de las colectividades tradicionales.
¿Dónde están los partidos abanderando causas como la protección del medio ambiente, la equidad de género, las libertades sociales? No se trata solo de que el joven vaya y vote o de tener menores de 25 años en cargos políticos, la realidad es que las instituciones bases del sistema democrático no los representan.
Según el mismo estudio del DANE, la desconfianza de los jóvenes con la forma en que funciona su democracia no solo provoca baja participación en la política electoral, en el deseo de elegir y ser elegido, sino que ha llevado a un bajo interés por conocer y hacer uso de los mecanismos de participación ciudadana.
Poca esperanza
A los pocos espacios que encuentran los jóvenes para participar en política y lo poco representados que están en cuanto a las causas que les interesan, se suma la apatía que sienten “por unas instituciones que no responden a sus expectativas”
“Estamos hablando de una generación endeudada con créditos educativos, que tiene la tasa más alta de desempleo y pocas expectativas de acceder a una pensión”, manifestó el profesor Roberto Sánchez de la Universidad Nacional, politólogo y experto en estos temas.
Como lo muestra una publicación de la Universidad Nacional, para el caso colombiano, el DANE muestra que en 2021 hubo 2,7 millones de jóvenes ‘Nini’ (ni estudian ni trabajan), y como resultado de la pandemia por Covid-19 otros 500.000 estuvieron en esa situación en 2020, 2021 y parte del 2022.
El profesor Roberto Sánchez Torres, de la Nacional, señala también que, “a diferencia de los países europeos donde uno de los aspectos principales que influye en el fenómeno nini es el desempleo, en América Latina el problema es más profundo, ya que además del desempleo existe una exclusión del sistema educativo”.
Ante la imposibilidad de obtener una representación real que lleve sus intereses a los planes de desarrollo – como lo muestra una publicación de la Alta Consejería para los Derechos Humanos – “los jóvenes han encontrado en la movilización social la forma de actuar políticamente, se trata de una manifestación alejada de los partidos políticos y las estructuras tradicionales. Es más, la protesta, en muchas ocasiones, va dirigida contra esas mismas estructuras”. Indica el profesor y politólogo Roberto Sánchez.
¿Qué hacer?
La solución está más cerca de lo que pensamos, No podemos permitir que el problema continúe, debemos contribuir al cambio, hagamos parte de la solución y busquemos a esos líderes políticos para transformar su forma de hacer política, aportar con pensamientos positivos y frescas innovaciones.
¿De qué lado estás? ¿De los que sí creen que es posible o de los que se quejan y viven infelices e inconformes toda su vida y dicen que no tiene oportunidades, por culpa de un gobierno, al cual no decidimos elegir? ¡Piénsalo!
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* Luisa Fernanda López Caicedo Comunicadora Social – Periodista, locutora profesional, voiceover y voz comercial de prestigiosas marcas locales, nacionales e internacionales, docente universitaria y productora radial.