En el sexto día de la guerra contra Ucrania, Rusia intenta apoderarse de Járkov, la segunda ciudad más grande del país. En un ataque grabado en video se vio cuando un misil ruso impactó sobre el edificio administrativo de la Plaza de la Libertad, dejando al menos 6 muertos y 20 heridos, según reportaron las autoridades.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó el ataque de «terror franco y no disimulado” y añadió que “nadie perdonará. Nadie olvidará. Este ataque en Járkov es un crimen de guerra».
Es la primera vez que el ejército ruso ataca el centro de la ciudad de 1,5 millones de habitantes, los barrios residenciales, por el contrario, han estado bajo ataque desde hace días. El servicio de emergencias dijo que había apagado 24 incendios en la ciudad y sus alrededores y que había desactivado 69 artefactos explosivos.
El bombardeo afectó también un campamento que servía para recibir ayudas para los combatientes voluntarios ucranianos que han acudido a la defensa de la ciudad. Boris Redin uno de los coordinadores del campamento dijo que «es simplemente una barbarie, así es como veo esta guerra» y que los rusos “seguramente están perdiendo porque no tienen más argumentos que los misiles y las armas pesadas».
Según el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, en el Ejército “toman todas las medidas para preservar la vida y la seguridad de los civiles» y agregó, “me gustaría subrayar que los ataques se llevan a cabo solo sobre objetivos militares y se utilizan exclusivamente armas de precisión».
Sin conocer a ciencia cierta si el ejército ruso cumplirá su palabra, un hospital de la ciudad trasladó su sala de maternidad a un refugio anti-bombas, allí se colgaron colchones contra las ventanas para proteger a los pacientes de los fragmentos de las explosiones.
La familia de Ekaterina Babenko completó su quinto día en el refugio anti-bombas, para ella “es una pesadilla, y te agarra por dentro con mucha fuerza. No se puede explicar con palabras», ella apenas puede creer que sus barrios estuvieran siendo asediados por los rusos.
Cuenta que una “amiga, que vive en el suburbio de Gorizont, hace unas horas, la casa contigua a la suya fue alcanzada y varios pisos quedaron destruidos. Y durante algún tiempo, no hubo conexión con ella. Fueron minutos de miedo, de mucho miedo».
El ejército ruso sigue negando el ataque a civiles aunque han sido compartidas imágenes de edificios residenciales, escuelas y hospitales bombardeados.
Mientras las autoridades endurecieron el toque de queda en la ciudad entre las 16:00 y las 06:00 de la mañana.
¿Bombas prohibidas sobre Járkov?
Al parecer las bombas utilizadas sobre la Plaza de la Independencia de Járkov parecen haber sido el objetivo de múltiples ataques con bombas de racimo”, según Sam Dubberley, director del Laboratorio de Investigaciones Digitales de Human Rights Watch, con sede en Nueva York.
El experto, exoficial del ejército británico y especialista en armas químicas y biológicas, Hamish de Bretton-Gordon, le dijo a la agencia Reuters que “esto se parece mucho a las bombas de racimo y similares a las que he visto explotar en Irak y Siria». Las múltiples explosiones en el impacto de cada ojiva sugerirían una munición en racimo».
Este tipo de bombas han sido condenadas por una variedad de organizaciones internacionales. En 2008 se firmó un tratado la Convención sobre Municiones en Racimo que prohíbe el uso y almacenamiento de este explosivo. Rusia y Ucrania no han firmado este tratado.
Una ciudad con un fuerte pasado ruso como objetivo militar
El pasado domingo 27 de febrero las fuerzas rusas se vieron sorprendidas tras ser repelidas por los ucranianos que defendieron Járkov en la primera gran avanzada sobre la ciudad.
La ciudad que queda a unos 40 kilómetros de la frontera con Rusia es en su mayoría rusoparlante y es el bastión en el ala oriental de Ucrania. Muchos de sus habitantes tienen negocios o familiares en la fronteriza rusa Bélgorod, que está a tan solo 80 kilómetros de Járkov.
En 2014, cuando las regiones de Donetsk y Lugansk cayeron en manos de los separatistas prorrusos, la alcaldía de la ciudad de Járkov, fue tomada de forma momentánea por los separatistas.
Desplante diplomático contra Lavrov
Unos 100 diplomáticos de 40 países, en un acto de rechazo a la guerra de Rusia contra Ucrania, abandonaron el recinto donde se llevaba a cabo el foro de derechos humanos de la ONU cuando hacía un discurso el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov.
En la sala permanecieron entre otros los enviados de Siria, China y Venezuela. Lavrov, quien no pudo llegar de forma presencial al foro por el bloqueo del espacio aéreo a los vuelos provenientes de Rusia, acusó a la Unión Europea de participar de un “frenesí rusófobo” al darle armas letales a Ucrania.
Yevheniia Filipenko, la representante permanente de Ucrania en la oficina de las Naciones Unidas de Ginebra, dijo que “es una notable muestra de apoyo a los ucranianos que luchan por su independencia».
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