Con el anuncio del cierre de la embajada de Israel en Dublín un viento gélido toca las relaciones que ya se habían tornado frías con Irlanda desde que el gobierno de Benjamin Netanyahu inició la ofensiva militar en la Franja de Gaza.
El ministerio de Asuntos Exteriores de Israel dice que el Gobierno de Dublín cruzó todas las líneas rojas y lo acusa de «políticas extremas antiisraelíes”, no por las frecuentes protestas propalestinas, que ocurren al frente de la embajada y que se han vuelto paisaje para los residentes y trabajadores de la zona de Ballsbridge. El verdadero motivo es el reconocimiento de la República de Irlanda de un Estado palestino y el respaldo a Sudáfrica frente a la Corte Internacional de Justicia en su acusación contra Israel por el «genocidio» en la Franja de Gaza.
«Las acciones y la retórica antisemita utilizadas por Irlanda contra Israel tienen sus raíces en la deslegitimación y demonización del Estado judío, junto con un doble rasero», dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, en un comunicado.
El gobierno irlandés ha criticado públicamente la respuesta de Israel al ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y, coherente con sus apreciaciones, el primer ministro de Irlanda, Simon Harris, amenazó con detener a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu si viajaba a Irlanda después de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de arresto en su contra «por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra», cometidos entre el 8 de octubre de 2023 y el 20 de mayo de 2024 en la Franja de Gaza.
La República de Irlanda fue el primer país europeo en decir que se debía reconocer a Palestina como «un Estado soberano e independiente», que incluía la Franja de Gaza y Cisjordania; y acordó establecer relaciones diplomáticas plenas. Este paso animó a España y Noruega, que reconocieron al Estado palestino ese mismo día; y luego a Eslovenia, que lo hizo una semana después.
«Como recordarán, la embajadora de Israel en Dublín fue devuelta a Israel en ese momento después de la decisión de Irlanda de reconocer unilateralmente un Estado palestino», le dijo a Irish Times el ministro de Asuntos Exteriores.
En efecto, la embajadora de Israel en Irlanda, Dana Erlich, fue llamada a regresar a Israel en mayo cuando el Gobierno de Dublín reconoció el Estado de Palestina.
Seis meses después, por primera vez fue nombrada una embajadora palestina en pleno derecho en tierras irlandesas. Se trata de la diplomática Jilan Wahba Abdalmajid.
Sin embargo, la decisión que ha llevado al punto más frío del vínculo entre estas naciones hasta este momento se tomó el 11 de diciembre, cuando Dublín se sumó a la demanda sudafricana, ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), que acusa a Israel de genocidio.
Simon Harris al conocer la noticia del cierre de la embajada de Israel en Dublín la calificó de «profundamente lamentable», explicando su postura como “pro- derecho internacional”: «Rechazo por completo la afirmación de que Irlanda es antiisraelí. Irlanda está a favor de la paz, de los derechos humanos y del derecho internacional», publicó en X.
“Irlanda quiere una solución de dos Estados y que Israel y Palestina vivan en paz y seguridad. Irlanda siempre defenderá los derechos humanos y el derecho internacional. Nada distraerá la atención de eso”, aclaró.
También Micheál Martin, ministro irlandés de Asuntos Exteriores, criticó la postura de Israel y aclaró que Irlanda no tiene planes de cerrar su propia embajada en Tel Aviv.
«Irlanda e Israel seguirán manteniendo relaciones diplomáticas. Inherente a ello es el derecho a estar de acuerdo y en desacuerdo en puntos fundamentales», dijo.
Otras voces son más radicales. Matt Carthy, portavoz de Asuntos Exteriores y Defensa del partido Sinn Féin, dijo en una publicación en X: «Este es un avance bienvenido: el gobierno irlandés debería haber retirado los privilegios diplomáticos hace mucho tiempo. Los próximos pasos deben ser la aprobación del proyecto de ley sobre territorios ocupados y la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel».
Mientras que grupos de solidaridad con palestina, encontraron sintonía en Richard Boyd-Barrett, de People Before Profit, que describió en sus redes sociales el acontecimiento como una «victoria importante para todos los que han marchado y protestado en solidaridad con el pueblo de Palestina y contra el genocidio israelí en Gaza».
Según el Instituto de Investigación sobre Políticas Judías, aproximadamente 2.700 ciudadanos israelíes viven en Irlanda, y algunos han tomado precauciones en sus negocios para evitar la afectación que genera el asocio de las decisiones del gobierno judío con la guerra en Gaza. «No estamos en un momento en el que podamos decir abiertamente que vendemos comida Kosher; prefiero decir que es comida internacional aquí en Dublín», comenta una fuente que prefiere mantenerse en el anonimato.
Por ahora, no está claro en qué fecha cerrará la embajada en la República de Irlanda, pero en España, Noruega o Eslovenia, países que también reconocieron a palestina como Estado soberano, no hay planes de cerrar embajadas de Israel.
Saar aclaró que Israel enfocará sus recursos en construir vínculos con otros países como Moldavia, donde Israel abrirá su embajada en 2025.
«Ajustaremos la red diplomática de misiones de Israel y al mismo tiempo daremos la debida importancia, entre otros factores, a las posiciones y acciones de varios países hacia Israel en el ámbito diplomático», dijo.
Según el comunicado oficial del ministerio, “las relaciones entre Israel y Moldavia son amistosas y ambos países están interesados en ampliarlas y profundizarlas. Moldavia ya tiene una embajada en Israel y ha llegado el momento de que Israel tenga una embajada en Moldavia”.