Una decisión compleja. El índice de precios al consumo en Estados Unidos se disparó un 9,1% en el último año, el mayor incremento anual desde 1981. La mitad del aumento se debió al incremento de los costos de la energía.
Las familias estadounidenses se ven afectadas porque una parte de sus ingresos se destina a productos esenciales como el transporte, la vivienda y la alimentación. Pero con los bienes y servicios aumentando más rápido que los ingresos medios, la gran mayoría de familias han visto resentidas sus rutinas diarias.
Para Marcia Freeman, de 72 años y jubilada que vive de una pensión, no hay escapatoria al aumento de los gastos. “Todo sube, incluso los artículos más baratos, como las marcas de la tienda», comentó Freeman, que esta semana visitó un banco de alimentos cerca de Atlanta, la capital del estado de Georgia, para tratar de controlar sus gastos de alimentación.
La Reserva Federal está realizando las subidas de tipos de interés más rápidas de las últimas tres décadas, con la esperanza de frenar la subida de los precios, el endeudamiento y el gasto de los consumidores y las empresas.
La economía estadounidense se contrajo en los tres primeros meses del año, y muchos analistas creen que la tendencia continuó en el segundo trimestre. «Las subidas de tipos de la Reserva Federal están haciendo lo que se supone que tienen que hacer, que es acabar con la demanda», comentó Megan Greene, economista jefe mundial del ‘Instituto Kroll’. «El truco es si matan demasiado y tenemos una recesión», agregó.
La inflación en ese país estalló cuando los consumidores desataron una oleada de gasto en 2021, que estuvo reprimido durante la pandemia, motivados por la gran ayuda federal, los costos de préstamo bajos y los ahorros que habían acumulado mientras se refugiaban del virus.
Las familias canalizaron sus compras hacia artículos para el hogar, como muebles, electrodomésticos y equipos de ejercicio. Entonces, las cadenas de suministro se atascaron y los precios de los productos se dispararon. La guerra de Rusia contra Ucrania remató los precios de la energía y los alimentos.
En los últimos meses, a medida que el miedo aumenta, el gasto de los consumidores se ha ido desplazando gradualmente de los bienes a los servicios. Pero en lugar de frenar la inflación mediante la reducción de los precios de los bienes, el coste de los muebles, los vehículos y otros artículos continúan aumentando, mientras que los precios en restaurantes, alquileres y otros servicios también se están encareciendo.