Por: Hugo Hernando Bernal Vallejo/ Para rescatar la barranqueñeidad o los valores y creencia de los barranqueños, que es nuestro patrimonio cultural debemos ser participativos ciento por ciento. La fuente de la cultura está en los miembros de la comunidad como parte y en la comunidad como todo.
Barrancabermeja es una unidad territorial que está conformada por siete (7) comunas urbanas y seis corregimientos (rural).
A pesar que vamos a cumplir cien años, los habitantes de Barrancabermeja no tienen claro nuestra cultura y por eso, no hay identidad cultural en el barranqueño de nacimiento o de corazón lo que explica el caos político, económico y social que vivimos día a día.
El patrimonio cultural es el legado de los ancestros, las construcciones del pasado, del presente y lo que se transmitirá a generaciones futuras. Un tesoro material e inmaterial que incluye arqueología, artesanías, biografía, danza, festividades, gastronomía, mitos y leyendas, personajes, poesía, música, arquitectura, vestuario y lenguaje.
Para proteger dicho patrimonio es necesario saber cuál es nuestro patrimonio. Por eso el primer paso es investigar cual es nuestra historia (Centro Histórico), nuestra cultura y sus diferentes manifestaciones que van a conformar los bienes materiales, muebles e inmuebles y los bienes inmateriales que tenemos los barranqueños gracias a la tradición o al gene cultural de los que vinieron a estas tierras dejando sus pueblos motivados por el oro negro.
El inicio de la industria petrolera en Colombia lo marca la entrada en producción del campo Infantas en Barrancabermeja, el 29 de abril de 1918, por parte de la Tropical Oil Company (la Troco). Son cien años, un siglo del llamado ‘oro negro’ que, indudablemente, ha sido protagonista en la conformación de la cultura barranqueña.
Hecha la investigación, registrada en libros (memorias) y dada a conocer a nuestra gente, vamos a tener claridad de dónde venimos y para dónde vamos. Tendríamos un libreto para entregar.
Barrancabermeja tiene una riqueza patrimonial muy grande, por ello es necesario que todos la conozcan para defenderla con orgullo y gritar sin temor que es nuestro.
La verdad es que si hacemos un diagnóstico sobre el conocimiento de nuestra cultura, como insípidamente lo he hecho, la ignorancia es la sorpresa que nos vamos a llevar. Es triste, pero es la verdad y esa es la realidad que entre todos debemos cambiar. Solo educando con el corazón lograremos un cambio en otros corazones.
Siempre he dicho, que lo que une no conoce, no lo puede querer. Este planteamiento es el que debemos cambiar de tajo.
Esta primera parte filosófica debe ser el resultado de una construcción colectiva con las comunidades y no solo con la participación de unos pocos, por ello, debe aplicarse el ciclo Deming, como herramienta administrativa de gestión.
La pregunta que nos debemos hacer, es quien posee (personas o entidad) los elementos académicos y la experiencia que pueda identificar el patrimonio cultural en Barrancabermeja. Hay que conformar un buen quipo de trabajo de barranqueños, no traído de afuera, que establezca una metodología para la recolección de información en las comunas y corregimientos para tener un diagnóstico inicial al menos.
Partiendo de qué considera la gente que es un patrimonio cultural, se puede unificar el concepto construyendo una cohesión colectiva que va permitir el nacimiento de la identidad cultural. Con este producto se puede elaborar un plan participativo y no excluyente. Así, consolidar una construcción colectiva que será la base del sentido de pertenencia e identidad de lo nuestro. La información recolectada se debe socializar, ese es el aprendizaje dialógica, obvio.
Una de las manifestaciones de la cultura es la tradición. Si la tradición muere, seremos un pueblo sin norte y sin sentido, una mera suma de personas que coexisten sin ninguna intención que nos una. Por eso es importante conocer lo nuestro, nuestros valores y creencias.
En algo si quiero ser claro y lo voy a decir con mucho respeto. La música es una expresión cultural, pero el músico que toque un instrumento es un actor cultural pero no necesariamente fortalece los valores y creencias que hacen parte del patrimonio cultural. Ejemplo un guitarrista o acordeonero adicto a las sustancias psicotrópicas, o golpea a su pareja o no paga a los músicos o todo lo soluciona con la violencia.
Si definimos lo nuestro (cultura) y construimos identidad y pertenencia (arraigo) en el barranqueño se fortalecen las relaciones sociales y culturales, creando al barranqueño que la ciudad requiere para mejorar las condiciones de vida. Recordemos que el patrimonio está sujeto a nuevas prácticas culturales creando paradigmas positivos o negativos, volviéndose una barrera para lo que se pretende.
La pluralidad de los habitantes asentados en Barrancabermeja constituye un reto para determinar el patrimonio cultural de los barranqueños. Nuestra pluralidad no puede constituirse en obstáculo, sino por el contrario, es una ventaja sobre las monoculturas que tienen algunas comunidades en el país.
Todo pueblo tiene un patrimonio cultural y Barrancabermeja no es la excepción. Hay que tener presente que desde el 12 de octubre de 1536 hasta abril de 1918 éramos un villorrio, que no vivimos la época de la colonia. Por ello la historia debemos atenderla con varias connotaciones.
A partir de 1918 nuestro pueblo se llenó de aventureros de diferentes pelambres y partes del país, que venían motivados por los altos salarios que pagaba la naciente industria del petróleo. La presencia de americanos, costeños, antioqueños, santandereanos generaron una sumatoria de mundos culturales diferentes a cada uno de ellos. Nuestra cultura es dada, la heredamos y la hicimos nuestra creando una sola.
Hay que ser conscientes que por tener una cultura formada de varias, tiene sus propias particularidades y diversidad, de ahí la importancia del diagnóstico.
Con la ignorancia galopante de ciertos” lideres” el riesgo diario es la perdida, demos un ejemplo, del daño al patrimonio cultural material y su significado: la estatua del pescador que no está en el lugar que debería estar, niega la cultura del rio y todo lo que significa para nosotros como ribereños o porteños, estatus que nos da el río Magdalena.
Si esto ocurre con el patrimonio material, que decir, del patrimonio inmaterial que por estar en manos de entidades particulares, sin control de autoridad alguna, corre un riesgo de perderlos, al no cumplir la función y finalidad frente a la barranqueñeidad.
Hasta donde sabemos en Barrancabermeja no hay inventarios de patrimonio inmaterial, mueble o inmueble, se está perdiendo patrimonios como el culinario, musical, prácticas de agricultura, prácticas religiosas, artesanía, fiestas y festivales comercializados sacrificando la tradición.
Ahora, que decir, de los saberes ancestrales, historia viva de nuestra cultura. Esto también son bienes de interés cultural. Un bien cultural, ontológicamente hace parte del patrimonio cultural, por ejemplo un taburete. Pero también hace parte de nuestra cultura el saber quién y como hace el taburete.
En conclusión, hay que unirnos sin distingo político o ideológico y elaborar un plan a largo y corto plazo que oriente la investigación cultural, su memoria o registro, su difusión, defensa y elaboración de programas pedagógicos culturales en todo el territorio del distrito especial de Barrancabermeja y realizar eventos institucionalizados, debidamente reglamentados para garantizar su función y finalidad.
*Abogado, poeta e investigador cultural.