El deterioro del crédito ha mostrado una ligera recuperación, en especial en las modalidades de consumo y microcrédito, aunque todavía permanece alto frente al promedio de los últimos años y los hogares han disminuido levemente su carga financiera, de acuerdo con sus ingresos.
Así lo consideró el Banco de la República en la actualización trimestral del Reporte de Estabilidad Financiera en la que evaluó la evolución de los últimos meses de las vulnerabilidades y principales riesgos que afronta el sistema financiero.
En el reporte, el banco central colombiano advierte que “recientemente, se ha observado una recomposición del riesgo hacia las modalidades de vivienda y comercial”.
Por su parte, al analizar el crecimiento de la cartera riesgosa, es decir aquella que tiene una calificación diferente a la primera categoría (A) el informe dice que se observa que la modalidad de vivienda contribuye de manera importante a la dinámica reciente y comercial pasó a contribuir positivamente por primera vez desde finales de 2021.).
Además, el informe asegura que lo anterior coincide con lo analizado en el último Reporte de Estabilidad Financiera, en el que se identificó que los bajos niveles de actividad que se han registrado los últimos años en el mercado de vivienda y el menor nivel de inversión en la economía, podrían afectar el crecimiento de las firmas.
Adicionalmente, en el Reporte de la Situación del Crédito de junio de 2024, un porcentaje importante de los intermediarios manifestaron tener condiciones de otorgamiento más restrictivas para estas modalidades, lo que, junto con la dinámica prospectiva de la cartera riesgosa, indicaría que los establecimientos de crédito se han anticipado a posibles deterioros.
Sobre el endeudamiento de los hogares, se señala que estos “han registrado reducciones recientes en su razón de deuda a ingreso, continuando con la tendencia decreciente observada desde 2022”.
Así, consistente con el bajo crecimiento de los créditos de consumo y vivienda, los indicadores de apalancamiento de los hogares continuaron descendiendo, alcanzando niveles no observados desde 2015. “A pesar de lo anterior, la carga financiera de los hogares que accedieron a nuevos créditos, definida como el porcentaje del ingreso disponible destinado al pago de las obligaciones financieras, se mantiene ligeramente por encima de su promedio histórico”, dice el informe.