El domingo 24 de noviembre de 2019, a casi un mes de las elecciones, el Presidente de la República, se reúne con los mandatarios locales y regionales elegidos en las recientes elecciones del 27 de octubre.
Se trata, según informaron desde Presidencia, de entablar una relación estrecha que le permita al Gobierno Nacional trabajar en equipo con los Alcaldes y Gobernadores electos y sus administraciones.
De igual forma en la semana del 25 el presidente Iván Duque continuará la Conversación Nacional con los distintos sectores sociales de todo el territorio nacional.
Se informó además que el Presidente realizará una Gran Alianza por las Regiones de Colombia, para articular el Gobierno Nacional con los 1.122 nuevos alcaldes y 32 gobernadores electos del país.

A manteles con los ministros
La declaración presidencial viene luego de que el Procurador General de la Nación, Fernando Carillo, escribiera en las redes sociales: “Pongamos fecha y hora para sentarnos a escuchar y a diseñar una nueva agenda social. Sin tenerle miedo a la voz del pueblo. Colombia puede mostrarle al mundo que así como sobrevivió a 50 años de conflicto, ahora podrá reinventar la democracia con un modelo de justicia social”.
Carrillo dijo que en lugar de que el Presidente de la República esté reunido con sus ministros para evaluar el paro de este 21 de noviembre y las consecuencias que dejó, debería sentarse a conversar con los líderes sociales, con los alcaldes y gobernadores recién elegidos, porque son los compañeros del camino.
En una alocución sobre las marchas de protesta en el país, Duque anunció que abrirá «una Conversación Nacional, que fortalezca la agenda vigente de política social; trabajando así, de manera unida, en una visión de mediano y largo plazo, que nos permita cerrar las brechas sociales, nos permita luchar contra la corrupción con más efectividad y nos permita construir, entre todos, una Paz con Legalidad».
«Esta conversación se hará en las regiones con todos los sectores sociales y políticos; utilizará medios electrónicos y mecanismos participativos para todos los colombianos; buscará tener un cronograma claro, para que todos podamos edificar un camino significativo de reformas», precisó.
En el transcurso de la semana entrante el diálogo continuará con diferentes sectores sociales, se informó. Además de la reunión de este domingo con alcaldes y gobernadores electos, los diálogos se iniciarán este miércoles.

Ministra del Interior habló de 200 mil personas
Esos anuncios vienen luego de la intervención de la Ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, el mismo 21 de noviembre cuando señaló que en el paro participaron solo 200 mil personas en todo el país. Mientras que personas ajenas al Gobierno señalaban que en la marcha participaron diez millones.
En su primera alocución, el día del paro, el Presidente de la República, se refirió más a los actos de vandalismo en diferentes ciudades que a las razones que originaron el llamado a paro y el consiguiente cacerolazo que se generó casi que por generación espontánea el mismo 21 y se repitió el viernes 22.
Boris Duarte, Politólogo y docente de la Universidad Nacional, miembro del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional, escribió en el portal razonpublica.com que “contrariamente a lo que dicen los profetas del anticomunismo, la protesta en Colombia aparece hoy como la respuesta obvia ante el fracaso de un modelo económico y de un régimen político que permitió la captura del Estado y de la riqueza del país por unos cuantos monopolios y mafias”.
El mismo Duarte refiere a continuación que las cifras oficiales bien lo dicen:
“La pobreza llegó al 30 por ciento el año 2018, cifra que en algunos departamentos como Guajira y Chocó es superior al 50 por ciento. El desempleo llega ya al 10 por ciento y en el caso de los jóvenes es 17 por ciento. Según la Cepal, en Colombia el uno por ciento de la población más rica concentra el 20 por ciento del ingreso, lo cual nos convierte en el segundo país más desigual de la región”.

Bucaramanga activa en paro y cacerolazo
En Bucaramanga la protesta del 21 de noviembre fue masiva. Las oleadas de gente llegaron a la Plaza Cívica Luis Carlos Galán, lugar de concentración desde las tres de la tarde. Caminar por el lugar no era fácil por la cantidad de personas, familias enteras, jóvenes, trabajadores públicos y privados, y estudiantes, entre muchos otros.
La Policía estaba en las calles aledañas y solo hacía presencia sobre la marcha el Helicóptero que sobrevolaba a muy poca altura el sitio de concentración y las calles adyacentes.
Desde las tres de la tarde hasta las siete u ocho de la noche la gente llegaba a la Plaza Cívica y así como llegaba empezaba su retorno al hogar. No había transporte público de pasajeros, solo algunos taxis.
Ya cuando empezó a ocultarse el sol la oscuridad fue evidente. Ni las luminarias del Parque García Rovira ni de la Plaza Cívica generaban la suficiente claridad. En las calles adyacentes igual la penumbra reinaba. Los famosos bombillos led no daban toda su potencia o eran escasos.
En medio de la multitud y en la penumbra de la noche algunas personas habrían lanzado artefactos contra la Alcaldía y la Gobernación con la intención aparente de romper los vidrios.

Cacerolazo por generación espontánea
En la calle 36 rompieron los vidrios frontales de un almacén de electrodomésticos y sacaron los televisores y bicicletas. El cajero automático de un Banco vecino al establecimiento comercial fue destrozado.
En Bucaramanga no se decretó ni el toque de queda ni la ley seca. En el lugar de concentración la gente bebía y fumaba, algunos consumían lo que parecía ser marihuana, sin olvidar que está permitido hacerlo. Tamboras y grupos musicales juveniles acompañaban la protesta, y se bailaba. Alguna música que salía de altoparlantes ponía a mover a algunos, aunque de la manera menos adecuada porque se golpeaban entre sí, poguear, el pogo o pogueo, lo llaman.
En lugares distantes del sector centro de la ciudad de Bucaramanga la gente salió a la calle al llamado cacerolazo. Unos en las vías y otros desde las ventanas participaban en el cacerolazo como símbolo de la protesta. El día viernes 22 también hubo cacerolazo con marchas pacíficas. Fue histórico en todo el país.
El discurso televisado del Presidente de la República el 21 de noviembre, antes de responder al clamor de la ciudadanía que participó en el paro, dejó más dudas que certezas de si en el Palacio de Nariño se habría entendido lo sucedido.
Por ejemplo, la Ministra del Interior quiso minimizar las cifras de la gente que participó y el Presidente se concentró en condenar la acción de los vándalos.
