Una de las noticias que ha ocupado la agenda de los medios de comunicación y analistas políticos, tiene que ver con que, a pesar de los muchos tropiezos, el presidente Petro y su equipo de ministros logró sacar adelante la polémica reforma a la salud.
El jueves, 7 de diciembre, el editorial del periódico El Colombiano, de Medellín, señala que la aprobación de la reforma a la salud en la Cámara de Representantes es, a los ojos de un lector informado, el triunfo de la burocracia y el clientelismo.
“[…] No deja de causar temor el hecho de que una reforma tan abiertamente nefasta, en favor de la cual es casi imposible encontrar un solo argumento, haya sido votada a favor, incluyendo votaciones con mayoría absoluta en los artículos que le dan facultades especiales al presidente”, se lee en la nota periodística.
Más adelante, contiene una dura crítica a las formas utilizadas por el Gobierno Nacional para conseguir el respaldo de iniciativas como estas, que a todas luces podrían ser contraproducentes para el sistema y afectar la prestación del servicio a los usuarios.
“El gobierno se empleó a fondo en una estrategia de conseguir, a puerta cerrada y a oscuras, los votos de aquellos representantes que, careciendo de valores y de ideas, están dispuestos a negociar sus votos a cambio de las prebendas políticas, burocráticas y presupuestales que han venido a conocerse como ‘mermelada’”, asegura el medio antioqueño.
Durante el primero y también en este segundo trámite en el Congreso, las encuestas dieron cuenta de que los colombianos a pesar de las falencias que hoy presentan, consideran que el sistema de salud funciona bien.
Atendiendo a esas estadísticas y los derroteros que deberían señalar los datos a la hora de tomar decisiones, aprobar contra viento y marea una iniciativa legislativa con tantas falencias estructurales y hasta vicios de forma, significa contrariar la voluntad y el ideario popular.
“¿No les importa la salud y la vida de los colombianos? ¿No les importa que el país dé un salto al vacío, desmantelando un sistema que, si bien es imperfecto y se puede mejorar, cubre hoy a casi el 100 % de la población colombiana? ¿En serio vale la pena transar la salud y la vida de 50 millones de personas por un puestico aquí o allá para un amigo para cumplir el capricho de quienes han demostrado desconocer la realidad de la salud en Colombia?”, interroga la nota directamente a los ministros de Interior, Luis Fernando Velasco y de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
Por último, sostiene el medio de comunicación que la intención de aprobar a rajatabla era tan evidente, que quienes se atrevían a cuestionar el servilismo de los congresistas eran adeptos o dependientes económicos de las EPS y apremiaron a los senadores, quienes tienen la última palabra, tomarse en serio el asunto.
“En ausencia de argumentos, tuvieron que mover en la Cámara a trancazos, por lo cual ha acumulado numerosos vicios de forma. Se pupitrearon en bloque, por ejemplo, artículos centrales de gran importancia que comprometen derechos fundamentales, sin discusión y casi sin información.
Llegará en febrero este nefasto proyecto al Senado, donde esperamos que los miembros de esta corporación tengan un poquito más de vergüenza y de responsabilidad que sus compañeros de la Cámara”, puntualiza la editorial de El Colombiano.
Vea nota completa aquí:
https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/no-les-da-pena-PK23292508
APN Noticias