En un trabajo conjunto del Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Defensa con la Fuerza Aérea Colombiana y Corpoamazonia, se logró que 2.162 tortugas Matamata fueran liberadas en aguas del departamento del Vichada, su hábitat natural, en la lucha contra el tráfico ilegal de especies en Colombia
1.300 de estos ejemplares fueron decomisados el mes pasado en el aeropuerto de Leticia y los otros 860, algunos meses atrás.
A la Laguna Azul
Poco a poco, 2.162 tortugas Matamata empezaron a recorrer a paso lento la Laguna Azul y otros sitios estratégicos del departamento de Vichada. Allí regresaron a su hábitat natural del que habían sido extraídas para su comercialización ilegal.
Así mismo, la liberación de estos especímenes hace parte de la campaña #NoEstánSolos desde la cual se sigue velando por la conservación de nuestra Biodiversidad.
Estas tortugas fueron extraídas de la Cuenca del Orinoco y llevadas al Amazonas, por donde los traficantes pretendían ingresarlas a Perú. Sin embargo, la acción conjunta de la Policía ambiental y Corpoamazonia permitió la incautación de estas especies, que permanecieron en la capital amazónica hasta su traslado a Puerto Carreño esta última semana de abril del año 2020.
Tráfico ilegal
El traslado fue posible gracias al apoyo del Grupo Aéreo del Oriente de la Fuerza Aérea Colombiana, liderado por el Coronel Edward Rodríguez, desde Leticia hasta la Base Aérea de Marandúa, en Vichada.
Para Emilio Rodríguez, director de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, estos decomisos permitieron detener un proceso de tráfico ilegal de fauna bastante complejo que se estaba dando en el Amazonas.
“Estas tortugas son extraídas en la Orinoquia y suelen ser llevadas a Bogotá y de ahí enviadas en vuelos de carga hacia Leticia. La intención era sacarlas a Perú, en este país es mucho más fácil su comercialización hacia el exterior. Su costo en países asiáticos y europeos oscila entre 80 y 100 dólares y son compradas para ser usadas como mascotas”, aseguró Rodríguez.
La primera liberación de 438 tortugas se dio en distintos puntos de la Laguna Azul, un ecosistema lagunar de aguas someras con un buen bosque de galería, hábitat ideal para la liberación de estas especies. Y la segunda liberación, del resto de animales, con apoyo de 50 oficiales, capacitados para este proceso, se realizó en el mismo sector a pocos días de diferencia.