En abril de 2020, la agencia antimonopolio francesa dio órdenes temporales a Google para que mantuviese conversaciones con los editores y medios de noticias, en un plazo de tres meses.
Sin embargo, los editores de APIG, SEPM y AFP denunciaron que la empresa de California no mantuvo con ellos dichas conversaciones de buena fe, con el fin de establecer un pacto que permita la remuneración del contenido de noticias en línea, de acuerdo a una reciente normativa de la Unión Europea (UE) en la que se establecen los llamados «derechos conexos».
«Cuando la autoridad decreta una obligación para una empresa, debe cumplir escrupulosamente, tanto en el espíritu como en la letra (de la decisión). Aquí, lamentablemente no fue así», denunció en un comunicado la jefa del organismo antimonopolio, Isabelle de Silva, quien agregó que el regulador consideró que Google no había actuado bien en sus negociaciones con los editores.
La decisión emitida refiere que el organismo de control se centró en algunas violaciones específicas de sus directrices por parte de Google. Sobre ello, Silva especificó que Google presionó a los editores para que se centraran en acuerdos sobre su producto ‘News Showcase’, una plataforma que permitiría a los editores empaquetar historias con paneles y características como líneas de tiempo, mientras que excluye los ingresos de los resultados de búsqueda generales.
«La sanción de 500 millones de euros tiene en cuenta la excepcional gravedad de los incumplimientos constatados (…) el comportamiento de Google ha supuesto retrasar la buena aplicación de la ley sobre los derechos afines», sentenció Isabelle de Silva.
La compañía de Internet, software y tecnología se vio en la necesidad de negociar con los editores franceses luego de que el año pasado un tribunal impusiera la legalidad de los acuerdos, dentro de los requerimientos emitidos por una directiva europea de 2019 sobre derechos de autor.
Francia, nación que ha sido pionera dentro del bloque en la búsqueda de regulaciones para las empresas de tecnología, fue la primera en buscar una solución para la que los editores y empresas puedan llegar a pactos de licencia con las plataformas en línea.
Google ha sido blanco constante de las autoridades antimonopolio del país y de la UE por varias actividades comerciales consideradas como un abuso de su dominio del mercado. Este junio, el organismo de control de la competencia en Francia ya le impuso a la empresa una multa de 220 millones de euros por abusar de su posición dominante en la publicidad online.
Decepción en Google por su supuesta buena fe
Por supuesto, en un inicio Google se negó a pagar por las noticias, bajo el argumento de que las empresas de medios de comunicación se benefician de los millones de lectores que sus sitios web envían.
No obstante, según la agencia Reuters, la empresa con sede en Silicon Valley habría acordado pagar 76 millones de dólares durante tres años a un grupo de 121 editores de noticias franceses para poner fin al caso de derechos de autor.
Por lo que este 13 de julio ha dicho sentirse decepcionada por la decisión de la autoridad francesa de control antimonopolio ya que, a su juicio, había mantenido una actuación de buena fe durante el proceso.
«Hemos actuado de buena fe durante todo el proceso. La multa ignora nuestros esfuerzos por llegar a un acuerdo y la realidad de cómo funcionan las noticias en nuestras plataformas», defendió un portavoz.
Asimismo, Google ha dejado clara su intención, pese a no estar de acuerdo, en cumplir con las medidas: Nuestro objetivo sigue siendo el mismo: queremos pasar página con un acuerdo definitivo. Tendremos en cuenta los comentarios de la Autoridad de Competencia de Francia y adaptaremos nuestras ofertas».
En un mensaje a través de la red social Twitter, Sebastien Missoffe, director general de Google en Francia, informó que su empresa se encuentra cerca de llegar a un acuerdo con la agencia francesa de noticias AFP sobre el tema de los derechos conexos. El comentario fue respaldado por la propia agencia a través de una publicación en la misma red social.
En los últimos años, las demandas de este tipo han ido en aumento, no solo en Francia sino en gran parte del mundo, con el objetivo de que las empresas de tecnología paguen por el uso de las noticias. Aún más, si se tiene en cuenta que el sector vive una disminución constante de los ingresos publicitarios en los medios tradicionales y un crecimiento de estos en las plataformas digitales.
Como resultado de dicha presión, Australia logró que tanto Google como Facebook firmaran acuerdos de licencia con compañías de noticias. Pactos que fueron respaldados por una legislación que hoy requiere que los gigantes digitales contribuyan a pagar el periodismo.