En estas elecciones se elegirán las nuevas asambleas de las 13 regiones y 96 departamentos de la Francia continental y se estima que la extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen ganará al menos una región por primera vez, lo que supondría un gran golpe para la política tradicional francesa.
Le Pen no se presenta como candidata, pero ha hecho una intensa campaña de cara a las elecciones presidenciales del próximo año que, según las encuestas, podrían acabar siendo una carrera reñida entre ella y el presidente centrista Emmanuel Macron, que va en busca de la reelección.
«Lo que sería estupendo para ella (Le Pen), y provocaría un cierto impulso en la pre-campaña presidencial, sería que la Agrupación Nacional ganara una región», dijo Stephane Zumsteeg, de la empresa de sondeos Ipsos.
Aunque los políticos de extrema derecha presiden un puñado de ciudades, dirigir una región con un presupuesto de miles de millones de euros y competencias en materia de escuelas, transportes y desarrollo económico le daría el tipo de legitimidad que Le Pen ansía, dicen los analistas.
La votación se llevará a cabo durante dos domingos consecutivos, y será necesaria una segunda segunda vuelta el 27 de junio, a menos que los partidos obtengan más del 50% en la primera ronda.
Problemas de predicción
Los analistas advierten que no se pueden extrapolar demasiado los resultados que, en muchos casos, estarán condicionados por las dinámicas locales y por una elevada abstención, lo que limita cuánto deberían verse como indicadores para el panorama político más amplio en Francia.
Sin embargo, el resultado inevitablemente dará forma a la narrativa en las próximas semanas, en particular en relación con la fuerza y la elegibilidad de Le Pen, así como el estatus del debilitado partido de Macron, La República en Marcha (LREM).
«Estas elecciones nunca son buenas para el partido en el poder. Siempre le dan en el cuello», dijo un ministro el mes pasado.
Las predicciones son difíciles debido al sistema electoral de dos fases y al impacto del voto táctico, que suele ver a los partidos mayoritarios unirse para mantener a la extrema derecha fuera del poder.
Un sondeo realizado por los grupos Ipsos y Sopra Steria la semana pasada mostraba que los candidatos del RN iban en liderando en seis de las 13 regiones principales en la primera vuelta, lo que significa que los resultados del domingo por la noche podrían sugerir un amplio dominio del partido.
No obstante, debido al voto táctico anti-RN –los votantes de izquierda y centro a menudo suelen acudir en masa para evitar que la extrema derecha gane– podrían acabar perdiendo todo en la segunda vuelta, como ocurrió en las últimas elecciones de 2015.
La abstención también es otro factor
Una posible abstención récord de hasta el 60% también se considera un factor importante.
«Cuanto más sube la abstención, en términos de número de votos, los extremos del espectro político son los ganadores», dijo Pierre Lefebure, politólogo de la universidad de la Sorbona en París.
«Sobre todo la RN, que cuenta con un electorado muy comprometido y encendido por el material de campaña en el que aparece la cara de Marine Le Pen por todas partes a un año de las elecciones presidenciales», añadió.
Por su parte, Antoine Bristielle, experto en opinión pública de la Fundación Jean-Jaures, de tendencia izquierdista, cree que el voto será un paso más en la normalización de la otrora extrema derecha.
«Se ve que no es tanto que las ideas de la Agrupación Nacional sean más populares o sean más aceptadas por la sociedad francesa», dijo a la AFP. «Es que el partido ya no asusta a la gente lo suficiente como para provocar una ola de oposición».
Los votantes se han encogido de hombros ante la serie de escándalos que han envuelto al menos a media docena de candidatos de RN por sus comentarios racistas o antisemitas en el pasado, o por sus antecedentes penales.
Mientras tanto, el voto también se considera crítico para los candidatos presidenciales de centro-derecha Xavier Bertrand, presidente de la región de Altos de Francia, y Valerie Pecresse, que dirige la región parisina, que se presentan a la reelección.
Asimismo, las elecciones podrían suponer un avance para el partido verde EELV, que obtuvo unos buenos resultados en las elecciones locales del año pasado.
Las urnas se abrieron a las 8 de la mañana, hora local