Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ ¿Qué es la felicidad? Muchos la asocian a tener dinero, o un alto cargo, o mandar, a ver felices y exitoso a los hijos, contar con una excelente pareja, un hogar hermoso, poseer bienes, gozar de buena salud…
Filósofos como Aristóteles decía que, “la felicidad es el anhelo supremo de todo ser humano”. Seneca decía que, “la felicidad esta dentro de nosotros y a nuestro alcance”. Lao Tzu decía que, “si estamos deprimidos es por que estamos viviendo en el pasado, si estamos ansiosos estanos viviendo en el futuro y si estamos en paz estamos viviendo el presente”.
¿Cuántos de nosotros hemo sido felices con cosas simples? Y eso se da porque vivimos el momento. Ejemplos, “he sido feliz tomando una Kola con una mestiza rellena de queso”, o “tomando una cerveza con amigos en una tienda de barrio”, o “ir al parque con mis hijos”. ¿Pero que hizo que esos momentos nos proporcionara felicidad? Que los estaba viviendo, no estaba pensando en estar comiendo una paella, o tomando un sello azul en un club, o en un yate con mis hijos, la felicidad consiste en vivir el ahora, recordemos que nuestro futuro depende de cómo vivamos el presente.
Desde los comienzos del mundo todos los seres humanos hemos buscado la felicidad, ¿nos henos preguntado que es la felicidad?, ¿dónde la encontramos?, ¿cómo la logramos? La gran mayoría la asocia con el dinero, se que es vital contar con él, Rockefeller quien sufría de problemas estomacales en una ocasión dijo, “prefiero gozar de una buena comida que tener un millón de dólares”, obvio lo dijo porque tenía el millón de dólares.
Busquemos la felicidad en cosas sencillas, cuántos de nosotros en el confinamiento dejamos de usar cosas suntuosas, joyas, ropa de marca, carros y desde lo sencillo vivimos felices compartiendo con nuestros seres queridos.
Una vez más recalco que cosas sencillas producen felicidad, un helado, un elogio, un bello amanecer, una sonrisa, una llamada de tu hija (o), muchas cosas que a menudo pasamos por alto producen felicidad solo que en ocasiones no lo percibimos.
En estos tiempos es muy común oír hablar de ansiedad y depresión, originada por la pandemia, por dificultades económicas, o por problemas familiares. La depresión es más que tan solo sentirse triste o tener un mal día.
Cito un caso que tiene conmocionada la farándula y las redes, el caso J. Balvin quien, a pesar de tener dinero, fama, reconocimiento, juventud, está sufriendo de ansiedad y depresión, paradójico, muchos diríamos que no tiene sentido que una persona con esas características este sufriendo de ansiedad o depresión.
Esto reafirma que todo está en nuestro interior, la vida por si misma es eso, saber asimilar las dificultades y encontrar el camino correcto para superarlas, nadie sube una escalera del primer escalón al último se hace escalón por escalón y cada escalón se debe gozar, recordemos que la felicidad no es la meta es el trayecto, es evidente que uno de los propósitos fundamentales en nuestra vida es encontrar la felicidad. Independientemente de nuestras creencias o cultura. Cualquier persona tiene como propósito y fin el de ser feliz, esto es un sentimiento común. La gran diferencia en cada uno de nosotros reside en la forma en cómo intenta llegar a esa felicidad…
La felicidad es un concepto muy bien arraigado en cada uno de nosotros. En muchas ocasiones creemos realmente ser felices, debemos entender que el mundo actual nos desorienta y confunde en cuanto a lo que es la felicidad. Nos la venden a través de muchas formas, y acá cito a Buda, “no hay camino a la felicidad, la felicidad es el camino, todos tenemos trazados caminos en esta vida, recorrámoslos con alegría, compartiendo nuestras experiencias con los seres amados y aprendiendo de ellas”.
Algo fundamental es encontrarse en paz con uno mismo, esto aporta una serenidad y alegría que tiene relación con la felicidad. Las personas más felices que hemos visto a lo largo de nuestra vida no son precisamente por todo lo que tienen, sino porque valoran los pequeños detalles y son capaces de dar amor de una forma incondicional. Una persona feliz no compite con los demás, no se compara, no tiene la necesidad de demostrar su éxito, no juzga ni se queda a la espera de recibir todo lo que da. La persona feliz va mucho más allá, disfruta del camino pues percibe que su felicidad está en él.
Mi invitación a ser felices, a disfrutar lo que tenemos, la vida es bella y todos tenemos un propósito en ella, les recuerdo esta frase que me gusta mucho de García Márquez: “Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo».
*Profesional en Mercadeo
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