Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Bajo la reciente de lo que sucede con Pedro y Trump se ha visto la importancia de mantenerse casi que al margen de todo lo que está pasando, conociendo cada paso que se da en temas sociopolíticos, porque indudablemente en algún momento sentiremos repercusión de cada acción.
Sin embargo, por más cosas injustas que sucedan, llevado a la realidad legal y en el marco de los procesos inconstitucionales, se asoma el pago de realidades crueles y sin sabores que no apartan lo ineficaz que es el sistema penal del país, ya que no otorgar a tiempo la pena o el precio del error hace que muchas familias se destruyan y que se dividan las opiniones a nivel nacional, sobre quien actúa de mejor manera o si alguien es inocente o no.
Lo que inconscientemente termina siendo una razón fuerte para tomarse la justicia en las manos de la comunidad, lo que hace que se pierda la confiabilidad no solo en los procesos sociales sino los procesos políticos, parecerá que no afectará una situación al resto del país, pero a la luz de las cosas la confiabilidad que muchos han depositado en quienes hoy gobiernan El País seguramente se está perdiendo.
Parece ser entonces lo menos indicado hablar de quién fue la culpa, porque la culpa infiere montón de asuntos sin resolver, entonces hablamos de las cortinas de humo y otro sinfín de situaciones que no se relacionan con las realidades presentes.
Bien es cierto que la forma en la que se hacen los procesos sí es injusta también es inequitativo, porque le roba al colombiano la posibilidad de tomar buenas o malas decisiones, también la inspiración por hacer bien las cosas cada día no solo como persona, sino con un compromiso ciudadano, qué es este finalmente el asunto que me trae acá.
Pensar en que muchas situaciones que pasan en El País son producto de una cortina de humo para evitar pensar en la realidad total que tenemos, porque finalmente, muchas normas y leyes están escritas, y evaluar la forma en que se actúa a nivel judicial infiere también muchas otras partes de esos ejercicios institucionales, en los que se respeten precisamente la norma, no siendo la norma la responsable de condenar, sino de generar buenos procesos comunitarios, familiares, sociales y políticos; la excusa no puede seguir siendo tratos por una pena, por eso vemos que El País se debate en malas decisiones cada día.
No solo en las urnas por como escogemos una persona que nos represente, sino también en sí cruzaron no la calle por el puente o también recoger la basura, es estratégicamente condenado ser un buen ciudadano porque aun cuando lo seas pareciera que la justicia no estuviera a tu favor, la norma se ve muy bien, pero si no se cumple con todo un proceso judicial para que sea otorgada la pena en el momento en el que es necesario hacerlo, la justicia ya no es justicia a justicia parece desorden.
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*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
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