Por: Yamil Cure Ruiz/ Siguiendo con las columnas de estrategias de marketing político originadas en las agencias de publicidad y comunicaciones estratégicas de la unión americana y su colombianización por parte de nuestros estrategas y políticos, hoy le tocó el turno a la Posición Electoral I.
Recordando las dos estrategias electorales anteriores ya tratadas en Corrillos que puede repasar en nuestra columna anterior; hablamos del enroque electoral “Line Backer” u operación avispa (la colombianada de esta) y la Pantalla Reversible “Screen pass” o victimizarse como estrategia electoral en Colombia.
Vamos a tratar en estas líneas la estrategia electoral en Posición I o lo que comúnmente se llama discriminar a nuestros opositores en los mamertos populistas o en la terca derecha nacionalista.
En sus orígenes nominales en juego de la NFL la Posición I o posición escopeta consiste: Es usada en el Fútbol Americano por el equipo ofensivo, principalmente para realizar pases por aire, aunque algunas escuadras la tienen como su formación base para poner a los adversarios a la izquierda o la derecha del campo.
En otras palabras, polarizar a los rivales generando con mi formación en el juego político que estos se ubiquen a la derecha e izquierda, permitiendo que sea el que practique la estrategia escoger por cuál de los dos frentes a atacar.
Llevando esto a la estrategia de marketing político consiste en polarizar al electorado en dos frentes para dividir sus fuerzas y consolidar mis mayorías en centro de la ofensiva de las comunicaciones estratégicas en la campaña donde yo estoy.
Tal vez es algo muy parecido con lo que Napoleón decía: “Divide y vencerás”. Pero aquí es diferente porque soy yo quien ubico a mis rivales en una de las dos trincheras generando la polarización.
La Posición I a la colombiana es la polarización entre ‘uribistas’ y ‘petristas’, los que están a favor del proceso de paz y los que piensan que fueron robados en el referendo, donde el costo de la paz no puede ser entregar todo a la subersión a cambio de que no haya violencia.
Todo el que entrega todo y espera todo del Estado y que le den todo a cambio de poco trabajo, la Posición I de Colombia los ha denominado ‘mamertos’. Y todo el que esta con el estamento corrupto y que supuestamente se beneficia de la contratación estatal es según esta estrategia ‘furibista’.
La comunicación estratégica de los dos bandos opositores en Colombia, con sus bodegas de trabajo en aire ubican a sus detractores y opositores como los populistas de izquierda para satisfacer a los ‘mamertos’ que todo lo esperan del Estado y como nacionalistas de derecha para satisfacer a los denominados ‘furibistas’.
La política de la Posición estratégica en I consiste en dos tareas: 1. Decirles a sus seguidores lo que quieren escuchar. 2. Ubicar a los líderes míos y de los otros en una de las dos orillas a populistas mamertos o nacionalistas corruptos.
Y aquel que no se puede ubicar en la polarización implícita de esta estrategia, será entonces candidato ‘tibio’ o tercería chimba.
Al final si una tercería es viable es atacada por igual por ambas bodegas polarizadas para dejar el centro libre y concentrado para desgranarlo hacia uno de los dos polos.
Si usted revisa los tweets de Petro, encontrará esto: “El centro es el refugio de derecha derrotada” y se revisa los tweets de Uribe: “El centro es el disfraz de la izquierda para evitar su derrota”. Con estos dos vemos cómo funciona en la práctica la Posición I.
La polarización de la Posición I absorbe todas las posturas del espectro político unos se autodenominan candidatos alternativos e independientes y los otros se autodenominan candidatos defensores de la democracia y salvadores del temido ‘castrochavismo’.
¿Cómo se han hecho las posiciones I en Colombia y que ejemplos tenemos de ejecución? Pues además de lo cotidiano que prolifera en las redes sociales con la agresividad entre las dos corrientes de Uribe y Petro; entre los que peroran contra los ricos corruptos y contra los fracasados ‘bombril’ que aún viven solteros con sus padres con más 33 años.
La Posición I se ejecuta en Latinoamérica con el populismo, con una “cruzada” por algo que todos van estar de acuerdo en el centro del espectro electoral.
La Posición I en lo nacional como ejemplo fue la famosa consulta anticorrupción, o hablando localmente la defensa del páramo.
Es lógico que nadie va estar en contra de esto y todo el que lo haga esta contra el pueblo y por tanto el opositor es malo que debe ser odiado y repudiado. El uso político de los temas populares y sensibles es como se inicia la Posición I.
El encontrar ese tema lleva al que lo lidera a visibilizarse en el espectro y a ubicarse en la orilla de polarización que quiera, para profundizar los odios entre los dos bandos.
Cuando la actual alcaldesa de Bogotá propuso recoger firmas para la consulta anticorrupción (hoy ya parece tanto tiempo) se estaba incubando el resultado electoral de 2019 desde el 2017.
Algo parecido ocurre con las diferentes marchas y movilizaciones por motivaciones justificadas por las mayorías de los votantes, así se logra para hacer transferencia electoral indirecta a favor de quien se adjudique dicha cruzada en pro de ciudadanía.
Capitalizar la mayor cantidad de posicionamiento de esta marcha o cruzada (evento en marketing), en imagen favorable para mi candidato para luego adquirir base de datos para identificar a mis seguidores y hacer conversión electoral a votos efectivos, es la labor estratégica de esta Posición I.
La Posición I se puede confundir con la Posición E, pues aquí los eventos de marketing político y las cruzadas no se hacen para adquirir popularidad si no para dividir el centro hacia mi polo, como la consulta que se empieza a gestar por uno de los bandos del espectro ideológico para acabar con la JEP y de paso enganchar electorado reduciendo el tamaño del congreso.
La Posición E será el tema de la próxima entrega.
Por ahora verifiquemos la teoría…
La gringa: Posición I – la colombianada: Populismo vs nacionalismo: Es trabajar los temas sensibles a todos con piezas publicitarias de trabajo estratégico, muchas veces con publicidad negra o emotiva, como la de Trump, decir que la vacunas contra el Covid están listas para conseguir multiplicar votos transferibles por intereses de nicho, así ganó la Florida pero perdió Michigan y por ende su reelección.
Una ‘colombianada’ de esta estrategia, fue la bajada estratégica de tono de Claudia López en su campaña en la alcaldía de Bogotá en momento que Galán la pasó en las encuestas. Ver análisis de su asesor de campaña aquí.
Para terminar, recapitulemos: El enroque electoral es jugar en elecciones de mayor circunscripción para intercambiar transferencia electoral en votos una de menor circunscripción o por posiciones en cargos públicos en la de mayor.
La Pantalla Reversible es victimizarme de las críticas de los opositores, para que los contradictores de estos se conviertan en seguidores propios; inmunizándome de los errores o defectos que tenga mi candidato por que se acentúan los defectos o errores de los opositores que me atacan con sus críticas.
Y la Posición I que es polarizar al electorado con temas sensibles para todos, pero ubicando ese todo en uno de los polos generando odio y repudio hacia el otro lado ideológico, y que dependiendo de esa intensidad de odio se convierten en votos castigo de mi opositor para mi candidato; para ello se necesitan dos bandos y evitar que haya un tercero o tercería.
En Enroque Electoral explica la proliferación de candidatos presidenciales 2022, la Pantalla Reversible justifica el resultado electoral en Bucaramanga a la Alcaldía en 2019 y la Posición I llevó a una senadora odiada a ser alcaldesa de Bogotá en 2019.
¿Veremos estas aplicaciones estratégicas para el 2022? Yo creo que sí, no mas es ver la polarización actual ocasionada por el masivo uso en redes de la Posición I y todas las estrategias serán mejoradas. Estaré listo para medir sus efectos sobre los votantes.
Bendiciones
*Encuestador, docente y consultor.
Twitter: @yamilcureruiz