2024 será el año electoral más tumultuoso de la historia reciente. En cerca de 40 países alrededor del mundo, que representan aproximadamente el 40% de la población mundial, se llevarán a cabo elecciones nacionales.
Millones votarán en India, Rusia, Irán, Ucrania, Turquía, Reino Unido y Venezuela, entre otros. Y en Estados Unidos se elegirá nuevo presidente, un tercio del Senado, la totalidad de la Cámara de Representantes y cientos de líderes y jueces estatales y locales.
La intención de voto para las primarias de ambos partidos, Demócrata y Republicano, indica que el presidente Joe Biden y el exmandatario Donald Trump volverán a enfrentarse por la Presidencia como lo hicieron en el 2020. Una encuesta de ‘The New York Times’ revela que Trump va por encima de Biden con más de cinco puntos porcentuales en los siete estados péndulo que pueden definir la elección.
La posición de la Administración Biden frente a Israel y su guerra en Gaza, la inflación y la crisis migratoria son temas que le cuestionan constantemente al mandatario estadounidense.
Los jóvenes y las minorías que han sido cruciales en las elecciones legislativas pasadas se han desmarcado del accionar y los proyectos del presidente de cara al 2024. De hecho, el 70% de los jóvenes en Estados Unidos desaprueba el manejo de Biden al conflicto entre Israel y Gaza.
Por su parte, líderes de las minorías árabes, afroamericanas y latinas han manifestado abiertamente que no votarán por el demócrata si EE. UU. sigue enviando armas y dinero a Israel y si continúa la negativa de apoyar un cese al fuego cuando el número de víctimas supera las 23.400 en su mayoría mujeres y niños.
Biden envía 3.800 millones de dólares al año a Tel Aviv y quiere transferir 10.000 millones más en los próximos meses con la aprobación previa, algo esquiva por la oposición republicana, del Congreso.
La abstención, otro desafío
Las elecciones en Estados Unidos se celebrarán el martes 5 de noviembre, un día laboral en el que el descontento podría podría llevar a una alta abstención y favorecer a Trump como ocurrió en 2016 contra Hillary Clinton.
En estados péndulo como Wisconsin, Michigan, Georgia, Arizona, Nevada y Pensilvania, donde se define la elección presidencial, una diferencia de 20.000 votos podría inclinar la balanza a favor de un candidato. En 2020 Biden ganó por un margen de 20.600 votos en Wisconsin.
“Joe Biden es un político que no ha logrado inspirar a los votantes como lo hacía en su momento Barack Obama, otro candidato demócrata. Entonces, realmente, Joe Biden, sin inspirar a la gente y con la economía en su contra, puede ser que no gane las elecciones”, dice Andrew Seele, presidente de la Organización Mundial de Migraciones, agregando que el público estadounidense todavía siente que la economía no está bien, aunque los expertos digan que sí.
Lo que más afecta a las personas comunes y corrientes es la inflación, opina Seele.
Esta es la elección presidencial número 60 y el candidato ganador necesitará cerca de 81 millones de votos para lograr los 270 votos electorales que le permitan llegar a la Casa Blanca.
Trump y la Justicia
Donald Trump, que sigue alegando «fraude electoral» en las pasadas elecciones del 2020, enfrenta cuatro juicios legales y 91 cargos criminales en su contra. Su agenda de campaña estará muy ocupada con visitas a la corte en Atlanta, Miami, Washington y Nueva York y sus gastos legales le costarán millones de dólares al expresidente, que según analistas legales la Presidencia será lo único que lo salve de la prisión.
Trump, con 78 años, ha sabido monetizar sus juicios recibiendo donaciones de sus simpatizantes para costear sus millonarios gastos y hacer campaña.
“En general, la riqueza de Trump depende menos del imperio inmobiliario por el cual alguna vez fue conocido y más de negocios que convierten su popularidad política en dólares”, reza en la declaración compartida en la corte y revelada por el ‘Times’.
Según el medio estadounidense, Trump reportó ganancias de aproximadamente 14,8 millones de dólares en discursos pagados en 2022 y 2023, recibió 250.000 de los Log Cabin Republicans, un grupo republicano gay, y alrededor de 2,3 millones por cuatro discursos de la American Freedom Tour, un grupo que organizó mítines con fines de lucro de Trump. Además, el expresidente ganó 2 millones dando dos discursos a la Universal Peace Federation, una rama de la Iglesia de la Unificación.
Para el analista republicano Arthur Estopinan, Trump volverá a la Casa Blanca, en parte, por sus posturas más fuertes frente a otros líderes mundiales.
“El expresidente ganará las elecciones porque tiene una visión para Estados Unidos y una postura más fuerte en contra del presidente (ruso) Vladimir Putin, en contra del líder chino Xi Jinping y en Corea del Norte con Kim Jong-Un”, dice Estopinan.
Las polémicas declaraciones de Trump frente a los inmigrantes, la economía, los ataques personales a los jueces que llevan sus procesos legales y su posición frente a regímenes autócratas ya empiezan a llevarse la atención mediática.
Durante este 2024 electoral se leerán muchos titulares llamativos que polarizarán aún más al votante estadounidense y llevarán a las urnas a los que siguen creyendo en el proyecto de “Make America Great Again” o a los que votan para evitar el regreso de Trump a la Casa Blanca.
El camino aún es largo. En el primer semestre del 2024, la carrera por la Presidencia empieza con las elecciones primarias en las que cada estado vota para definir su candidato presidencial por el partido Demócrata y Republicano. La primera parada será en Iowa, donde por medio del caucus o agrupación de electores registrados, se definirá el ganador de la nominación republicana en ese estado.
En los meses siguientes, el resto de los 50 estados definirán su candidato a la Presidencia y a mediados de julio y agosto se llevará a cabo la Convención Nacional Demócrata y Republicana respectivamente, donde se hará la nominación oficial de candidatos de los dos partidos. En septiembre y octubre se desarrollarán los tres debates presidenciales en Texas, Virginia y Utah.
Estados Unidos se aboca a un año electoral determinante en el que se elegirá un modelo en un contexto volátil y complejo y con él, decisiones que afectarán directamente otras latitudes.