El empleo fue uno de los campos más golpeados por la pandemia desde 2020, pero también uno de los que se ha mostrado más resiliente a la recuperación. A seis días que Iván Duque le entregue a Gustavo Petro las llaves del Palacio de Nariño, las cifras aún parecen tener un trecho importante por mejorar.
Cabe destacar la recuperación de los puestos de trabajo pese a la emergencia sanitaria que vivió este gobierno. En la actualizad la cifra de ocupados asciende a 22,03 millones y muestra una recuperación de 1,9 millones de empleos si se compara junio de 2022 con junio de 2021.
La encuesta del Dane muestra un fuerte crecimiento del empleo, con tasas históricas altas, y se está recuperando quienes fueron más altamente afectados en la pandemia. Ya se pasó el nivel de empleo que había antes de pandemia, pero para los expertos, hay que crecer más.
Sin embargo, el concepto de ocupados que maneja el Dane incluye a todas las personas que trabajaron al menos 1 hora en la última semana previa a las encuestas que realiza la entidad a cambio de un ingreso monetario o en especie, o trabajaron al menos 1 hora sin recibir pago en calidad de trabajador familiar; o que no trabajaron, pero tenían un empleo o negocio.
Esto dista mucho de la concepción de un empleo formal, y cifras de la misma entidad señalan que la proporción de ocupados en el país es de 44,7%, es decir, que casi la mitad de los trabajadores son informales.
Indicadores de la Unidad de Pensiones y Parafiscales (Ugpp) muestran como en el país hay, dentro de ese universo de ocupados, solo 12,86 millones de cotizantes al sistema de seguridad social. De ellos, 10,6 millones son dependientes, y 2,21 millones independientes, según las cifras para abril, último mes del que se tiene información disponible de aportes.
La informalidad tiene una definición conceptual inicial, como lo mide la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane, pero hay otra medición, contra datos de seguridad social, contra los que se mira de esos 22 millones de ocupados cuántos están en seguridad social, que es poco menos que la mitad.
Cabe recordar que la informalidad es un problema típico en América Latina y el Caribe, pues hay mucho incentivo contra la informalidad, pues la seguridad social es vista como un costo sin retorno en el corto plazo y hacen falta políticas activas para la creación de empleo formal.
El Servicio Público de Empleo, por ejemplo, detalla que para junio se registraron 262.360 ofertas de empleo a nivel nacional dentro de estas plataformas.
Uno de los indicadores más importantes es la tasa de desempleo, que ha venido bajando en los últimos meses, y para junio se ubicó en 11,3%.
Aunque el número de desempleados frente al año anterior es inferior en 650.000 ciudadanos, el país aún tiene a 2,79 millones de desempleados. Y así mismo, esta situación golpea con más fuerza a algunos grupos sociales, como las mujeres y los jóvenes.
Por ello, la tasa de desempleo de las mujeres está en 14,1%, una brecha importante frente a la población masculina, cuyo desempleo está en 9,2%. En cuanto a las personas entre 15 y 28 años, se tiene registro de 1,2 millones de desempleados, de 2,88 millones de jóvenes que no trabajan, y un desempleo en 19%, según las últimas estadísticas oficiales para el trimestre marzo-mayo de 2022.
El balance en el plano laboral es bastante preocupante, el actual gobierno perdió el año frente a los trabajadores.
La pandemia solo exacerbó los problemas estructurales que se venían profundizando previa a esta, develó por completo la configuración de una economía con los nexos rotos entre producción, dinámica productiva y empleo.