Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Mucho se habla del miedo, incluso sin saber que estamos hablando del miedo, puesto que es una emoción que se activa para protegernos, justamente cuando nos sentimos amenazadas de forma real o imaginaria. Esto hace que el miedo tenga que ser visto desde varias ópticas, porque solemos rechazar el sentir una emoción porque no me gusta como he aprendido a sentirla, pero pocas veces detallamos la razón por la cual se activó y si en específico, fue por protección y supervivencia.
El miedo es entonces, una emoción que puede limitar incluso mi crecimiento personal y mi bienestar diario, puedo dejar de cuidarme porque he estado escuchando voces contrarias a elevar mi proceso de vida, crecemos con el engaño de que la libertad es el consumo de algunas sustancias, pero el resultado es que mi cuerpo no tiene la capacidad para recuperar las neuronas que se pierden mediante el consumo o que la capacidad hepática del cuerpo deja de funcionar con regularidad.
¿Es falsa la libertad que vivimos?
El miedo no es en vano, me permite entender las cosas por las cuales me siento amenazado y necesito seguir trabajando en ellas o entender quizá, que no me he permitido reconocer lo que lo causa y su afectación en mi vida.
Además, de que no cuestionamos si es real o es imaginario, podemos crecer pensando en que no podemos hacer algo y una sola vez lo intentamos y ese pensamiento que por años nos destruyó, quedo totalmente invalidado, porque con la intención de lograrlo, se rompe el mismo.
Ahora bien, en un escenario de cuidado y perdón, vale la pena poder enseñarle a mi cuerpo a regularse, entendiendo primero la importancia de reestructurar el pensamiento que me anclaba al miedo, por uno más racional y que me permita resaltar mis recursos y habilidad, también es importante, aprender a pedir apoyo, este último, desde el saber que no me hace mala persona no poder con todo, pero si aprender a gestionar mis recursos personales.
Esta priorización es contraria a todo lo que hemos aprendido, porque creer que puedo con todo solo es un engaño que me desgasta emocional y físicamente, que me pone en el nivel de no saber recibir y de sentirme solo.
Es injusto totalmente esto, más favorable es que pueda aprender técnicas, herramientas o procesos personales para sobrellevar una situación, la historia que escribas es la que vas a vivir, pero tienes derecho a borrar y escribir otra forma de ver las cosas, bien es cierto que ya lo vivido no lo podemos cambiar, pero si podemos cambiar la forma en que lo estamos viendo, esto es ponernos en un primer lugar, en el lugar de la priorización de mi salud mental y física, que me permita reconstruirme desde el amor.
No sirve de nada que sigamos cargando con situaciones que solo nos anclan al dolor, al miedo o al abandono, entender que soy responsable de asumir mi dolor, pero también de verme con mucho amor.
…
*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
Facebook: RuthSCata
Twitter: PsiRuthSCata
Instagram: psicologaruthscata