Su victoria era casi un hecho y ahora está confirmada. El presidente egipcio Abdelfatah al-Sisi ganó las elecciones presidenciales con el 89,6% de los votos, según informó la Autoridad Electoral Nacional el lunes 18 de diciembre. Unos resultados que aseguran, como era de esperar, un nuevo mandato de seis años.
El jefe de la autoridad, Hazem Badawy, dijo que la participación había alcanzado un nivel «sin precedentes», con un 66,8% entre los 67 millones de votantes habilitados de Egipto. Más de 39 millones de electores optaron por a Al-Sisi, que lleva al frente del país desde 2014.
El presidente se opuso a tres candidatos: Hazem Omar, líder del Partido Popular Republicano y segundo en la votación con el 4,5% de los votos; Farid Zahran, líder de un pequeño partido de izquierda, y Abdel-Sanad Yamama, del Wafd, partido centenario de centroderecha pero que ahora es marginal.
Crisis económica
La victoria de Abdelfatah al-Sisi le garantiza un tercer mandato que comenzará en abril y que se supone será el último, de conformidad con la Constitución egipcia. Su elección no es una sorpresa en un país de 106 millones de habitantes acosado por múltiples crisis, que van desde el poder adquisitivo hasta la guerra en la vecina Franja de Gaza.
En plena crisis económica, la inflación se sitúa actualmente en el 36,4% mientras la moneda ha perdido la mitad de su valor y los precios de algunos alimentos básicos aumentan cada semana.
Dos tercios de la población viven por debajo o justo por encima del umbral de pobreza. En las elecciones presidenciales de 2014 y 2018, Abdelfatah al-Sisi ganó con más del 96% de los votos.