El empresario ruso cercano al Kremlin, Yevgeny Prigozhin, expresó que interfirió en las últimas elecciones de Estados Unidos y que planea continuar haciéndolo. La afirmación sucede en las vísperas de los comicios de medio término que se celebrarán el martes en suelo norteamericano.
“Hemos interferido en las elecciones, estamos interfiriendo y seguiremos interfiriendo. Con cuidado, precisión quirúrgica y a nuestra propia manera, como sabemos hacer”, manifestó en VKontakte, el equivalente ruso de Facebook.
El funcionario ruso está visto de reojo por operar con “granjas de trolls” desde Rusia para influir en el rumbo de las elecciones estadounidenses. Una acusación fuerte surgió en torno a la votación de 2016, donde Donald Trump terminó adjudicándose el sillón de la Oficina Oval.
Prigozhin es conocido como “el chef de Putin” por su cercanía al presidente de Rusia y por los estrechos lazos existentes gracias a su empresa de cáterin y los contratos montados con el Kremlin.
Desde la Casa Blanca respondieron rápidamente ante los comentarios del ruso y le restaron importancia a su accionar. La portavoz Karine Jean-Pierre aseveró que “no les sorprendieron” las declaraciones de Prigozhin y agregó que el empresario intenta influir en todas las elecciones del mundo, incluyendo las estadounidenses.
Además, desestimó que la seguridad electoral esté en peligro de cara a la votación del martes, dado que no hay “amenazas específicas y creíbles” hasta el momento.
Los intentos del magnate ruso no son una novedad para Washington. En julio, el Departamento de Estado emitió una recompensa de hasta 10 millones de dólares para quien tuviera información sobre los movimientos de inteligencia de Prigozhin, uno de los ciudadanos que se vio afectado por las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido.
Prigozhin, el cabecilla del Grupo Wagner
El perfil del empresario subió consideradamente en los últimos meses desde que enarboló la bandera de ser el fundador del grupo de paramilitares rusos Wagner, un escuadrón de mercenarios que tiene presencia en conflictos de todo el mundo, desde la guerra en Ucrania hasta las revueltas en Mali y Siria, entre otros países.
Durante un tiempo, realizó denuncias a comunicadores que lo ligaban a la firma de mercenarios. Sin embargo, en la actualidad, el propio Prigozhin se encarga de presumir y de remarcar públicamente su rol en la agrupación.
Su proyección militar también ha aumentado recientemente y comenzó a opinar abiertamente sobre la “operación especial” que Rusia montó en el este de Europa, siendo crítico del desempeño de altos mandos en el territorio ucraniano.
Los paramilitares de Wagner ganan cada vez más terreno en África, donde países con conflictos políticos profundos e inestabilidad por la inseguridad provocada por los atentados yihadistas, como Mali, han optado por pedir su colaboración por sobre la de los militares de Francia, país históricamente influyente en el Sahel.
Otro caso reciente ha sido el de Burkina Faso, que atravesó un golpe de Estado hace semanas y su población se expresó en las calles con banderas de Rusia exigiendo el ingreso de tropas mercenarias e instando la expulsión de las francesas.
Sin embargo, el Gobierno militar de transición desechó esa posibilidad, para tranquilidad de Estados Unidos, desde donde monitorean con preocupación la extensión de las células rusas en el continente africano.
No obstante, la eficacia de Wagner en el Sahel aún está en duda. Durante su estadía en Mali, la violencia por los ataques de yihadistas aumentó y se elevaron denuncias de violación a los derechos de la misión de Naciones Unidas en el país.