Por: Luis Eduardo Jaimes Bautista/ Uno de los mayores retos para un escritor o periodista, es tener frente a su mente una hoja en blanco para llenarla de colores alegres o tristes, o escribir los acontecimientos con que se inicia un año con emoción o con desgano. La rabia o el entusiasmo. Porque la humanidad es la artífice de los cambios. Si iniciamos por lo pequeño y nos adentramos a lo grande, todos estamos regidos por los sistemas de la información. Estos jamás paran o callan. A ello nos gobierna el poder de los elegidos. Unos buenos, otros malos y en su pensamiento mentirosos y con doble máscara.
Creo que el inicio de este 2019, sin meternos en las predicciones, siendo más reales a las situaciones en que vive la gente: Un mundo con un crecimiento exponencial de pobres, otros más holgados y una clase privilegiada que no pasa de cuatro dígitos en la opulencia. Es la desigualdad que llevará la tierra a sentirse lastimada en la medida que pasan los años.
En el siglo XIX se convierte en la piedra angular para los estudiosos: La ecología. Se crearon las primeras organizaciones y defensores del ambiente, basados en estudios científicos, que tocaban las primeras campanadas sobre la contaminación ambiental, el calentamiento global y el cambio climático.
Existe un organismo que se llama el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, quien todos los días presenta sus pronósticos del clima. Todo gracias a los satélites que están monitoreando desde el espacio la tierra y envían la información del estado del tiempo. Colombia por estar cerca de la órbita de los satélites o eje central, le permite que tengamos datos inmediatos.
En el inicio del nuevo año, las temperaturas en la zona tropical son altísimas y los rayos solares, empiezan hacer estragos cuando se presentan los incendios forestales. Conflagraciones provocados por la mano del hombre, que siempre en sus paseos al campo dejan fogatas, vidrios, latas, que al recalentamiento se inicia el fuego, siendo difícil de controlar por los cuerpos de bomberos y socorro, cuando coge fuerza ante el material vegetal seco. A ello se le une la contaminación. Destrucción de la fauna y la flora.
Otros problemas de estos inicios, son: La sequía y las heladas en la madrugada, más intensas ocasionando la quema en algunos cultivos. Los productos empiezan a escasear y subir de precio. Son factores que durante años se vienen incrementando, sin que los gobiernos, tomen cartas en el asunto, dejándolos pasar de agache, sin que exista la menor preocupación por solucionar estos problemas que tocan a la población y el mundo viviente.
Para terminar de llenar esta hoja en blanco, más negra que blanca, me preocupa, el cambio climático, como una de las mayores amenazas que una guerra nuclear desbastadora, porque está en peligro la sociedad, su economía y el mundo natural. Todos sienten que la temperatura aumenta en la superficie global por encima de los 2° grados centígrados.
El clima ha variado mucho y es un hecho real, más allá de los estudios científicos, lo sentimos y no podemos remediarlo con bloqueadores solares. Los mares están creciendo por encima de lo normal e invaden las costas cada día; la biodiversidad se está perdiendo al derretirse los glaciares, los corales, se están muriendo.
En Colombia solo nos limitamos a decir que estamos en el fenómeno del niño y que salimos de la niña. Cuando ellos no se ocupan de la cantidad de víctimas que deja, en la época de invierno. Pasan los meses y nos olvidamos de las tragedias. Cuando llega la temporada de verano que se pueden hacer mitigaciones, igualmente se olvida la prevención en las zonas de alto riesgo, costos que sumados, si fueran previsibles, se ahorrarían millones y millones de pesos en los presupuestos.
Postdata: El Área Metropolitana, tiene uno de los compromisos con sus cuatro municipios del Área, vigilar y controlar las emisiones de gases, -vehículos viejos- del efecto invernadero (GEI) en el control de las fuentes móviles contaminantes, para tener calidad de aire.
Twitter: @LuisEduardoJB1