Por: César Mauricio Olaya Corzo/ De acuerdo con las oídas que se multiplican por los pasillos del edificio amarillo, se vienen importantes modificaciones en la Secretaría de Cultura y Turismo, donde al parecer se va a presentar un desmembramiento de una de sus alas, de cara a proyectar la creación de un Instituto especializado y fortalecido en el sector del turismo, que a mi juicio le sentaría bien al Departamento, si se tiene en cuenta que este sector a pesar de la gran potencialidad de la región, solo le alcanzaba el presupuesto para tirar la casa por la ventana en la Feria de Anato y repartir unas migajas en proyectos donde la mayoría de ellos, quedaban literalmente engavetados y sin continuidad.
Dentro de los planes que se dicen se implementarían, está el cambiarle los nombres tanto al Parque Nacional del Chicamocha – Panachi –, como al Parque Cerro del Santísimo (no estoy ni seguro si así es como se llama); una medida que busca darle una reingeniería administrativa y operacional al proyecto, permitiendo ¨limpiar¨ la correlación entre el imaginario, de que estos parques pertenecen a una familia de ex gobernantes.

Si me preguntaran por mi concepto sobre estos parques, diría sencillamente que me gustan. Tienen componentes novedosos que sin duda atraen y dejan satisfechos a sus visitantes. Sencillamente, por ejemplo, recorrer y pretender acercarse a las profundidades del imponente Cañón del Chicamocha, no es un ejercicio accesible para cualquier visitante que quiera soslayarse con este paisaje qué por demás, es parte de nuestra identidad y que desde este privilegiado mirador o su ¨vuelo¨ a través del teleférico o incluso de manera más extrema, desde un parapente, brindan singulares cercanías a esta maravilla de la naturaleza.
Ahora y acá comienza a descuadernarse la perspectiva de hacer de estos lugares los ejes del turismo regional, lo que es real y no admite discusión es que el turismo en Santander no puede limitarse a impulsar y promover estos dos lugares que deben seguir siendo parte del plan integral de promoción de la región, pero es precisamente acá donde es importante que se estructure una mesa de expertos que junto con el gobierno departamental, estén dispuestos a escuchar más a los que saben que a sus ¨expertos¨ asesores, cuyos bolsillos terminan bien rellenos, pero a decir verdad, sus resultados quedan en los mismos diagnósticos y buenos planes que parecieran ser palos de ciego, pues carecen de lo más importante que se debe tener en cuenta y es que planificar proyectos no puede hacerse desde un escritorio y tras un computador.

En Corrillos TV recientemente escuchamos a Yoanny Herrera, gerente de la empresa Universal de Turismo, una empresa santandereana que desde hace más de veinte años le viene apostando al turismo regional y que fuera invitado por el exalcalde del pequeño pueblo de Encino, José Gabriel Giratá, a conversar sobre turismo y perspectivas de la región y allí surgieron muchas verdades y quedaron sobre el tapete expuestas las miserias y oscuridades que los gobernantes no han querido escuchar, pues la adulación de sus ¨expertos asesores¨ les han cerrado las puertas a los que realmente conocen del tema y cuya conclusión es una sola: mirarnos hacia adentro, reconocer nuestras potencialidades y dejar a un lado las prevenciones que determinan retos como los accesos a ciertos lugares. Lo dijo el experto, ¨el turista del mundo quiere vivir experiencias y el turismo de naturaleza es el trampolín perfecto para brindarlas¨.

Repasando la historia
Es muy posible que yerre en esta fracción de mi comentario, pero lo hago desde la perspectivo de lo que solemos anteceder con la frase coloquial – desde que me conozco-, y es que realmente por muchas y afortunadas razones, he tenido la oportunidad de estar medianamente cerca y participando de actividades relacionadas con la promoción de nuestro departamento y en tal sentido, recuerdo la existencia de la seccional de la Corporación Nacional de Turismo, que en la época puso a Santander en la óptica de los atractivos nacionales a partir del trabajo que desarrolló el fotógrafo bumangués Mario Zafra, quien realizó una serie de afiches promocionales de nuestro país, a partir del eje del rescate de nuestras tradiciones. Entre los temas de estos afiches aparecían las danzas indígenas de la alta Guajira, el carnaval de Barranquilla, el Carnaval de blancos y negros y para nuestro orgullo, las imágenes del festival de la Guabina y el Tiple en Vélez.
Años después se crearían los llamados Fondos Mixtos de Promoción de Turismo, donde ya tuve la oportunidad de participar directamente, cuando a mediados de los 80´s me contrataron para realizar una serie de afiches de promoción de nuestro departamento y en ese contexto, me aprobaron cuatro temáticas donde se proyectó la imagen de sendos pueblos casi inéditos, incluso en el mismo colectivo regional: Cabrera con sus calles empedradas y sus cultivos de tabaco, Cerrito con sus hermosos paisajes y el universo de la lana, Jordán, perdido en la inmensidad del cañón y Guadalupe donde por primera vez se mostró el bello espectáculo natural de Las Gachas.

Unos años después, durante el gobierno de Clara Elsa Villalba de Santander y a través de este mismo fondo, se presentó el proyecto Ventanas de Caucayá, nombre del sitio donde hoy se levanta Panachi y que no pasaba de ser una especie de tienda de ventas de comidas típicas, artesanías y unos balconcitos donde los visitantes podían apreciar las dos vueltas del río, el principal atractivo de este lugar.
Una aventura llamada Santander
No podría asegurar sí para bien o para mal, a mediados de la década de los 90´s y luego de superar el sanedrín que le colgaron a la recién creada Secretaría de Cultura, Turismo y Recreación a la que un político de la región bautizara con saña y desdén como la ¨secretaría del tiple¨; se da inicio a una apuesta que fue seria en sus objetivos y metodologías, pero negativa al volverse excluyente de otras opciones y hablo específicamente de la apuesta alrededor del nombre Santander: Tierra de Aventura.
Durante la administración de Mario Camacho Prada, quien llegaba ser elegido gobernador luego de un corto paso como embajador de Colombia en Nicaragua, entusiasmado por lo conocido en materia de turismo en el país centroamericano, el mandatario se trajo a un grupo de expertos en la práctica del rafting o navegación en ríos turbulentos, quienes dieron un parte positivo de esta práctica en las aguas del rio Fonce.

El proyecto inicialmente tuvo grandes resistencias, pues era difícil predecir que ese ¨atractivo¨ de navegar en botes de goma por las aguas de un río apenas conocido por la canción de Jorge Villamil, Si pasas por San Gil, pudiera convertirse en un atractivo que atraería a cientos de visitantes que hoy llegan a disfrutar de esta y otras prácticas de turismo de aventura, con el negativo reporte del desorden y la carencia de planeación derivada de la competencia por la conquista de clientes que hoy ensombrece el mercado persa en que se convirtió el malecón del Parque Gallineral.
En cuanto al panorama vivido en el terreno, el tema institucional es igualmente complejo. Si se analizan las consecuencias de hacer de la aventura la principal bandera de promoción y venta turística del departamento, se observa lo sucedido con Fontur que al definir el mapa del aviturismo en Colombia, excluyó a la región de Santander a pesar de su gran potencial. Según sus directivos, al tocar las puertas del gobierno departamental, la respuesta fue siempre la misma: nuestro objetivo turístico ya está definido en dos ejes: la aventura y la promoción de los parques del Chicamocha y de El Santísimo para el área metropolitana.
En nuestra próxima entrega, hablaremos al oído al Gobernador a partir de un inventario de las riquezas que tenemos por explotar en Santander.

…
*Comunicador Social y fotógrafo.
Maestro es maestro la experiencia no se improvisa, bonita historia abrazos Maestro Olaya
Lo señalado sobre Santander Tierra de Aventura es totalmente equivocado. No fue el gobernador de turno quien acometió la empresa de traer el Rafting a nuestro departamento; FUE PROSANTANDER el que ideó y lideró este proceso, dentro de una estrategia de propiciar el desarrollo regional. La administración departamental colaboró y facilitó apoyos regionales, principalmente a través de su Secretaría de Planeación, así como la Cámara de Comercio de Bucaramanga fue un coequipero muy importante de Prosantander y luego se sumaron empresarios.muy importantes del departamento que atendieron el llamado de aquella Fundación.. Esto lo escribe quien fuera su Director Ejecutivo en esa época, encargado de hacer todos los contactos nacionales e internacionales y conducir ese proceso, Luis Gustavo Álvarez.