Reinaldo Pérez Flórez/ La historia nos ha mostrado que las enfermedades o las pandemias siempre generan un impacto político, social y económico, diezmando drásticamente a la población, transformando civilizaciones enteras donde siempre había una preocupación; no crean que era buscar rápidamente una cura para los enfermos, la gran preocupación era la de evitar la propagación de la enfermedad, ¿pero quienes están a cargo de evitar la propagación?, en nuestro caso el Estado a través de sus políticas de salubridad pública, es el encargado de evitar su propagación, adoptando las medidas necesarias y pertinentes para que un virus no se expanda.
¿Alguien recuerda la última gran epidemia en nuestro departamento de Santander?, es interesante revisar cuales fueron las políticas de salubridad pública que en su momento del Soberano Estado de Santander implemento para mitigar esa transformación política, social y económica, gracias a la epidemia de viruela sufrida del año 1857 a 1886, políticas que debían estar articuladas entre el Gobierno Central y el Estado Soberano, no solo evidenciaron las políticas implementadas para contener el virus, también lo que debemos tener en cuenta es la resistencia de algunos sectores sociales para acatar estas políticas.
Nadie tiene un registro exacto de como llego la enfermedad a nuestro Departamento, lo que si se sabía era como se empezaba a propagar y como eran identificados los síntomas, fiebres altas fuertes dolores, postración, inmovilidad, sin mencionar lo que sucedía con la piel, por lo cual muchos llamaban a esa muerte, “la muerte pegajosa o apelmazada”, igual que la mayoría de enfermedades que actualmente nos atacan, se contagian por el contacto con la persona enferma ya que ellos son agentes transmisores, las dificultades para contrarrestar la enfermedad eran muchas, siempre hablaron fue de la implementación de políticas sanitarias (La solución está en tus manos), encontrar una vacuna tomo mucho tiempo, alrededor de 20 años, antes de eso, la enfermedad supero todos los umbrales epidemiológicos conocidos.
Era una época en la que el gobierno central y el Estado Soberano de Santander no tenían una comunicación inmediata como la tenemos hoy en día, pero esta semana vimos que muy a pesar del internet, las redes sociales y la tecnología, la comunicación entre el Gobierno Central y los entes territoriales que ya no son Estados Soberanos era desastrosa, los pantalones los tienen una alcaldesa que actuó responsablemente sabiendo lo que venía “si ustedes les quedo grande el manejo del aeropuerto, devuélvanoslo” y al igual que la viruela hace más de un siglo, esta enfermedad el Covid-19 superará los umbrales epidemiológicos, teniendo en cuenta el porcentaje de la población actual.
Lo que iba a pasar estaba más que anunciado, nuestras autoridades ya se habían dado cuenta de lo que estaba pasando en el mundo, pero desafortunadamente solo tomaron medidas cuando vieron que las dinámicas económicas se empezaban a desestabilizar, igual que en el siglo XVIII, las autoridades del gobierno en procura de un buen estado de salud, tomo las medidas necesarias cuando las enfermedades endémicas o pandemias empezaron a desestabilizar la actividad socioeconómica del Gobierno Central, hay se empezaron a conocer medidas que garantizaran un mejor estado de salud de los ciudadanos.
En aquella época, en Santander se conformó una Justa de Sanidad para hacerle frente a estos brotes, hablamos de hace más de un siglo, aquí el gobierno central y el jefe de la cartera más importante que tenemos en este momento, (el Ministerio de Salud y Protección Social), no han podido coordinar ni un saludo; el director de Noticias RCN ha puesto en evidencia la omisión criminal y la descoordinación institucional, en la toma de pruebas para identificar este virus, dice el director ante la no entrada de algunos reactivos al país necesarios para la toma de pruebas del Covid-19, “ la denuncia es que no han podido entrar al país por líos de burocracia y cuando le preguntan a una entidad le dicen que es una y cuando le preguntan a otra entidad dicen que es la otra”.
Señores ya no estamos en el siglo XVIII donde la atención se priorizaba dependiendo de la hegemonía del trapo rojo, o la del trapo azul, los enfermos eran buenos dependiendo su partido político, solo algunos Gobernadores y alcaldes desde un comienzo han tomado las medidas adecuadas, otras decisiones fueron cantinflescas como la del pico y placa ambiental de la ciudad de Bucaramanga; pero es que la falta de coherencia no termina ahí, si los ministros de gobierno salen con estas perlas “no es el momento de cerrar las ciudades y menos en las ciudades donde todavía hay, ni siquiera ha llegado el virus”, si esto lo dice un jefe de cartera ministerial, pues no esperemos mucho de algunos alcaldes del país, repito solo algunos.
Puedo decir que a mis 42 años, nunca conocí algo parecido a lo que vivió mi familia en la noche del viernes, escuchar al pie de fuerza del Estado con sirenas por toda la ciudad diciéndoles a los bumangueses “que permanecieran en sus casa”, para los que han vivido en las ciudades es un mundo que jamás habían conocido; vale la pena resaltar las palabras del presidente de Francia Emmanuel Macron “lo que ha revelado esta pandemia, es que la salud gratuita, nuestro estado de bienestar, no son costos o cargas, sino un bienes preciosos, y que este tipo de servicios tienen que estar por fuera de las leyes del mercado”.
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