Deivy Fernando Vega Herrera/ En Colombia nuestro sistema educativo tan solo logra que el 1% de los estudiantes alcance la lectura crítica de acuerdo con las Pruebas PISA[1]. Esto implica que la enorme mayoría de los colombianos somos lectores acríticos: es decir, que tendemos a aceptar información sin cuestionarla, sobre todo cuando viene de figuras de autoridad.
Por eso cuando el Banco de la República publicó un estudio donde estima una pérdida de más de 450mil empleos formales por la reforma laboral, muchos asumieron estos hallazgos como una verdad incuestionable, sin discutir ni analizar la forma en que se construyeron esas estimaciones[2].
Para llegar al dato de los 450mil empleos que destruiría la reforma, los investigadores del Banco de la República (GAMLA) realizaron una parametrización como mínimo discutible: utilizaron como referencia las elasticidades calculadas en seis estudios previos sobre la reforma tributaria de diciembre de 2012 y su efecto en el empleo formal colombiano (Ley 1607).[3].
Es decir, el estudio parte de considerar que una reforma tributaria tiene un impacto similar en el empleo formal que una reforma laboral, aun cuando estas son diferentes en sus fines y medios.
En otras palabras, la estimación de que la reforma laboral eliminaría 450mil empleos se basa en la premisa de que la reforma laboral de 2025 generará efectos en el empleo formal equivalentes a los de la reforma tributaria de 2012. Este supuesto es sumamente impreciso, ya que una reforma tributaria tiene un efecto directo en los costos laborales (al reformar el estatuto tributario) mientras que una reforma laboral tiene un efecto indirecto (al reformar el código sustantivo del trabajo).
Asimismo, es especialmente discutible suponer que la elasticidad del empleo formal ante una reforma tributaria de 2012 es igual o similar a la de una reforma laboral en 2025, más de una década después, ignorando los cambios económicos y laborales en ese periodo.
No obstante, el aspecto más cuestionable del estudio del Banco de la República sin duda está en la discrepancia en sus resultados. Y es que, aunque se tomaron seis estudios que analizan el mismo efecto (trabajo formal) de una misma política (reforma tributaria de 2012) con métodos similares (5 de los 6 estudios utilizan modelos de diferencias en diferencias), los resultados son muy diferentes entre sí[4].
Por ejemplo, mientras con unos estudios se estimó un impacto (elasticidad) en el empleo formal de 1,38 o 2,92 con otros estudios el impacto fue de 6,80 o 5,37. Es decir, puede haber una diferencia de hasta cuatro veces en la elasticidad estimada de un estudio a otro, a pesar de que en el papel los seis estudios analizan el mismo efecto de la misma política con métodos similares.
Esto explica por qué los seis estudios tomados como referencia por el Banco de la República calcularon pérdidas de empleo que difieren ampliamente entre sí. Por ejemplo, mientras con unos estudios se estimó una pérdida de entre 152.052 y 389.892 empleos formales perdidos con la reforma, con otros se estima una pérdida de entre 527.177 y 746.835 empleos(4).
A pesar de estas diferencias, los investigadores del Banco de la República decidieron promediar las estimaciones de pérdida de empleo de los seis estudios, obteniendo así la cifra final de los más de 450mil empleos formales que supuestamente destruirá la reforma laboral.
Pese a estas inconsistencias metodológicas, en el documento no hay ninguna mención que explique o justifique, por qué el Banco de la República usa estudios de una reforma tributaria cuando se está analizando una reforma laboral, o por qué se toman elasticidades de una política aplicada hace más de una década o por qué los estudios tomados de referencia tienen resultados tan diferentes entre sí. Todas estas incógnitas quedan en el aire, lo que deja la impresión de que el estudio del BanRep responde más a una narrativa predefinida que a una evaluación rigurosa de la realidad económica.
Seguramente los investigadores del BanRep confían en que la mayoría de los colombianos se enfoca en el dato (los más de 450mil empleos formales perdidos por la reforma) y no en el estudio en sí. Por eso no tienen problema con vender un estudio sesgado como un informe técnico y científico. Para muchos, el simple hecho de que el BanRep emita un concepto sobre algún tema es motivo suficiente para darle credibilidad y considerarlo respaldado por bases técnicas.
La estimación de los supuestos 450mil empleos formales que se perderían con la reforma es una muestra de que ni siquiera las investigaciones de instituciones “confiables” como el Banco de la República están exentas de sesgos ideológicos y de simplificaciones cuestionables.
Aceptar sin cuestionar estos estudios solo contribuye a reforzar narrativas que no necesariamente reflejan la realidad económica del país. Por eso, más que confiar ciegamente en el prestigio de una entidad o una figura pública, debemos cuestionar sus conceptos con la misma exigencia con la que se debe evaluar cualquier otro argumento en el debate público. No se trata de quién lo dice, sino de cómo lo demuestra.
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*Economista y Magíster en Economía y Desarrollo. Asesor pensional independiente con experiencia certificada con Colpensiones y empresas privados. Investigador interesado en la academia. Docente universitario.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] Julián de Zubiría Samper (febrero de 2025). ¿Qué es leer de manera crítica?. El Espectador.
[2] Grupo de Análisis del Mercado Laboral (Gamla) – Banco de la República. (2023). Estabilidad en el mercado laboral y análisis cuantitativo de algunos impactos del proyecto de ley de reforma laboral.
[3] Ver capítulo 4.1. del documento “Estabilidad en el mercado laboral y análisis cuantitativo de algunos impactos del proyecto de ley de reforma laboral“.
[4] Los dos datos salen del cuadro 8 con referencia a los trabajos de Bernal, Eslava, Melendez, Pinzón (2017), Antón (2014), Kugler, Kugler, y Herrera (2017) y .Villar y Fernández (2017) del documento “Estabilidad en el mercado laboral y análisis cuantitativo de algunos impactos del proyecto de ley de reforma laboral“.