Por: Laura María Jaimes Muñoz/ La intención real de cambiar el caos y el atraso nacional por una prosperidad colectiva que le devuelve la tranquilidad, la esperanza y la seguridad a la gente, es definitivamente lo que hemos deseado por más de 200 años mirando nuestra historia de muerte, de guerra y de “paz”.
Es cierto, queremos un cambio transformador, pero cuando estamos preparados para asumirlo como en el caso de gobierno actual, el cual duró décadas esperando esta oportunidad, hoy miramos con desilusión las acciones mediáticas que agotan para seguir en su discurso, por esto se habla “que el papel aguanta todo” ya que hablar es una parte, pero tener la oportunidad de hacer es transcendental.
Hoy nos encontramos con la unión de una crisis por la devastadora economía que enciende el miedo de pensar en no tener la seguridad ¡que vamos a estar bien! y es allí donde buscamos soluciones inmediatas que en su gran mayoría resultan ser malas decisiones, encontrando casos, entre ellos, aquellas personas que se van de país buscando mejores oportunidades lejos de su familia, de su profesión e inclusive de su oficio, es como volver a empezar sin saber que tal vez te equivocaste y aprendiste del error para volverlo a intentar, sino más bien es una situación la cual debes asumirla adaptándose para sobrevivir.
También podemos pensar en aquellas personas que asumen un “compromiso” donde sin pensarlo en muchas ocasiones toman riesgos como por ejemplo: perder su tarjeta profesional, su libertad o su capital, accediendo a decisiones arriesgadas o al simple hecho de “hacer caso” abrigando miedo “casi el punto, de no poder dormir en las noches” pensando que su solución se convirtió en el aumento de su intranquilidad o también encontramos a aquellas personas que no lo hacen por el dinero, sino más bien para no perder su status, su poder o su reconocimiento.
Es así, que probablemente todo esto responde a un miedo generado por la angustia que le concibe el dilema que amenaza su bienestar.
Ahora bien, si miramos al cielo y nos damos cuenta que nuestro territorio está clamando porque seamos más empáticos con la naturaleza y más agradecidos con lo que tenemos, entonces sería más fácil y lo tendríamos todo.
Por esto el cambio y la incertidumbre son parte de la vida, buscar apoyo, mantener la esperanza y enfocarse en acciones positivas puede ayudar a recuperar la tranquilidad.
El miedo es una respuesta natural y útil para protegernos del peligro, sin embargo, es importante gestionarlo de manera saludable para evitar que nos impida avanzar hacia nuestros reales objetivos los cuales trazamos en un proyecto de vida donde planeamos lo que queríamos llegar a Ser.
Creería que es más peligroso no sentir miedo… porque esas personas no tendrían nada que perder.
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*Psicóloga, especialista en psicología clínica y de la salud.
Buenas tardes mi querida y apreciada amiga Laura, me encantó como desarrollaste el tema, su idea fundamental, la síntesis de lo que ocurre a través del sentir o no miedo, yo, de manera personal y junto a mi esposa en determinado momento y 08 años atrás llegamos a sentirlo, cuando decidimos emigrar de Venezuela hacia otro país, eligiendo a Colombia, la sola idea de pensar en un inicio desde cero » no poseer nada aquí, dinero, vivienda, equipos eléctricos, muebles, etc,» después de haber logrado materializar con mucho esfuerzo y sacrificio el tan anhelado proyecto de vida llamado estabilidad, en economía, vivienda y vehículo propia, independencia laboral en cuanto a mi se refiere y mi esposa ejerciendo como funcionario público y de carrera, todo ello hubo que dejarlo de un lado, arriesgar la estabilidad que ya no teníamos producto de la nefasta malversación de fondos y una pésima administración del gobierno que aún se mantiene en el poder. Durante tres largos años estuvimos esperanzados en que ocurriece un cambio a favor que nos permitiera quedarnos y mejorar nuestra calidad de vida, pero no fue así, entonces añrace nuevamente el miedo, pero está vez acompañado de gallardia, fortaleza, ímpetu y el más grande y valioso motivo para dar ese paso en pro de un mejor porvenir para nuestro hijo, la mayor inspiración que nos convierte en retadores a una vida llena de viscitudes, obstáculos y demás altibajos, los cuales hemos sabido sortear a la fecha de hoy. Por último quiero enfatizar en tu extraordinario texto que hace referencia al miedo, ¿es necesario?, si, si lo es, y debe convertirse en parte de nuestra vida como eje fundamental que impulse a la mente en la toma de decisiones para un cambio significativo, claro está, cuando nos convertimos en seres visionarios, de lo contrario, puede causarnos daño el resultado obtenido. Felicitaciones nuevamente, continúa el camino que haz trazado para vuestra vida y la de los tuyos. Un abrazo a la distancia.