Por: Fredy Garzón/ “El exceso de poder y dinero puede generar patologías en muchas personas…”; así comienza uno de los capítulos de la serie con mayor reproducción en las redes sociales que ha causado gran expectativa y diversas reacciones por el contenido de sus afirmaciones e historias documentadas.
El protagonista de esta serie es un ser muy particular con características que definen a un dirigente político muy oscuro, como muchos que a través del poder que se les otorga en las democracias abusan de él, para satisfacer sus deseos más profundos y viles.
Con el acenso político de Rodolfo Hernández en Bucaramanga, la ciudad no está muy lejos de tener su propio Matarife, guardadas las proporciones con el protagonista de la serie, el nuestro es un ser con patologías de sociópata narcisista, megalómano, embustero, corrupto, pendenciero, demagogo y un populista que desprecia las instituciones y no reconoce orden jurídico.
Suspendido por la Procuraduría, por sus actuaciones abusivas de poder embestido como alcalde, imputado por la Fiscalía por sus acciones corruptas y fraudulentas en el caso Vitalogic, donde un grupo de hampones, entre ellos su hijo Luis Carlos Hernández Oliveros, con una coima notariada pretendían quedarse con un contrato multimillonario que les dejaría 360 mil millones de pesos a 30 años.
La vida de ‘El Matarife’ de Bucaramanga siempre ha estado rodeada de politiquería y clientelismo, desde el primer día como profesional pudo saborear las mieles de la burocracia, su primer padrino político, el conservador Jaime Serrano Rueda lo llevó a trabajar al Fondo Regional de Caminos Vecinales, fue concejal del partido liberal en el municipio de Piedecuesta y cuentan sus contemporáneos que para llegar a ser presidente del cabildo tuvo que comprar esa dignidad, práctica que hoy irónicamente rechaza y condena.
El escandaloso prontuario de negocios de ‘El Matarife’ de la ciudad bonita, ha dejado a muchos de sus antiguos amigos y socios en la ruina y cárcel, uno de ellos es Rodolfo Prada Forero, con el proyecto de vivienda “La Tierra Prometida” en Barbosa Santander, este sociópata por muchos años realizó captación indebida de recursos con el “Plan 100” en sus proyectos de asociaciones de vivienda.
Además de construir en suelos no aptos afectando a los más pobres de la ciudad, como en el barrio “Altos de Kennedy” de Bucaramanga, donde les vendió casas inestables y a pesar de los fallos judiciales que lo conminaban a reparar los daños en estas viviendas, siempre desconoció la autoridad e incumplió sus fallos; otros proyectos de vivienda en el municipio de Girón como los de San Antonio del Carrizal y La Arboleda, también tienen líos que a la fecha no ha solucionado y no ha reparado a los afectados.
Con la clase dirigente de Santander con la que ‘El Matarife’ bumangués realizó proselitismo abierto, crearon la empresa “Entorno Verde” y con ella pretendía quedarse con uno de los negocios que siempre ha rondado en su cabeza: los residuos sólidos, basuras y reciclaje.
En sus reuniones como alcalde, este ‘Matarife’ grababa todas sus encuentros en el despacho donde gobernaba, por allí pasaron todo tipo de personajes y quedaron registrados en su cámara oculta; en una de esas reuniones que se filtró a la opinión pública se llevó a cabo una conversación con el polémico político mexicano Ramón Merino, donde abiertamente hay un tráfico de influencias para recibir una propuesta para el establecimiento de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Bucaramanga.
La patología y los sucesos en la vida pública y privada del Matarife de Bucaramanga, no se alcanzarían a escribir en una columna de opinión, esto sería digno de una serie, documental o libro que quede para la posteridad.
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