Por: Yuli Metaute/ El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso pisó suelo colombiano el pasado 4 de marzo, luego de que desde la Presidencia de la República se emitiera una resolución designándolo como gestor de paz, un nombramiento que no solo generó fuertes críticas en distintos sectores políticos, sino también claros conceptos jurídicos que señalan que no es constitucional este «estatus» en medio del conflicto armado en Colombia y también lo ratificó el magistrado de Justicia y Paz, Carlos Andrés Pérez.
Estos días serán cruciales para Mancuso y poder definir si puede quedar en libertad para cumplir las funciones como gestor de paz, pero, por ahora, el Tribunal de Barranquilla ya cerró la puerta a esa posibilidad.
Lo que pasa es que otorgarle la libertad a Mancuso correspondería a un indulto por sus crímenes de lesa humanidad cometidos durante su participación en las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Recordemos que, la Corte Constitucional dicta que las amnistías o los indultos de delitos son inconstitucionales cuando se trata de las violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos.
Sobre Mancuso recae la imputación de 34 mil crímenes de la mayor gravedad, 12.315 homicidios en persona protegida, 2 mil desapariciones forzadas, 13951 desplazamientos forzados, 880 crímenes compatibles con violencia basada en género, nueve reclutamientos ilícitos y 4797 crímenes de guerra, según declaraciones del magistrado de Barranquilla recientemente.
Por eso la designación es contraria a lo que dicta la Constitución y la resolución la vulnera porque pretende generar el efecto práctico de un indulto.
Además, sigo pensando en la falta claridad en esta designación, así como en algún momento lo indicó La Procuraduría.
Es que a estas alturas no está claro qué papel concreto desempeñaría el procesado en las mesas técnicas, es más, no se sabe cuáles son las mesas, quiénes las integrarían, dónde operarían, por cuánto tiempo sesionarían.
Inclusive hay opiniones encontradas entre grupos armados ilegales por cuenta de la eventual representación de Mancuso como vocero ante unos posibles diálogos de paz con el Gobierno.
Por ejemplo, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) también conocidas como el Clan del Golfo negaron hace algunos días autorización al exjefe paramilitar para ser representante de ellos para una eventual mesa de diálogos con el Gobierno. Mientras, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) piden que sea él quien medie el cese del conflicto armado.
Por esto pienso que no debe ser avalado este rol. Siempre he apoyado la esperanza de paz en mi país, debido a que las historias de las víctimas del conflicto armado me han tocado desde que tengo uso de razón, y no podemos olvidar la historia desgarradora que ha marcado a Colombia.
Aún siento que Mancuso ha callado muchas verdades que no ha querido contarles a las personas que perdieron a sus hijos, esposos, esposas, amigos en la guerra. Y a las víctimas hay que respetarlas.
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*Comunicadora Social y Periodista, locutora, presentadora de televisión. Adscrita a la Asociación Colombiana de Periodistas de Bogotá. Periodista del noticiero Alerta Paisa en Medellín de RCN Radio y capitana del deporte en el fútbol profesional femenino para Antena 2 Colombia.
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